¿Cuántas veces no hemos deseado regresar en el tiempo y borrar todos esos fallos que cometimos? Yo lo he deseado cada maldito día de mi vida. Siempre he amado y odiado lo que ahora solo existe en recuerdos. Todo se vuelve más valioso, importante, porque, nos cala en lo más profundo cuando revivimos algún instante de nuestra vida y, parece como si todo hubiese sucedido ayer.
Pensé que no volvería a tocar este tema, pero por alguna razón, no puedo dejar ir estos recuerdos que simplemente me duelen, pero también son la razón por la cual estoy una vez más ante ustedes desnudando una parte de mi alma.
He tomado muchas malas decisiones desde tiempos inmemorables.
Me he culpado por todas las cosas malas que me provocaron otras personas, siempre he creído que es mi culpa, que siempre lo fue, y que siempre lo será.
Este quizás no sea un tema tan largo como lo tenía pensado, pero sí lo suficiente como para poder expresar todo.
Y para ello, necesito de mi poesía:
He querido saber quién soy desde siempre,
me he sentido solo por ser diferente,
que ni por muy valiente que seas, es fácil decir las cosas de frente.
El tiempo me persigue,
y no sé cómo escapar de él,
es estricto y siempre me exige,
no lo puedo alejar ni con tinta y papel.
¿Por qué no me dejas en esos instantes en los que fui feliz?
No hablo de mi desmadre ni mi desliz,
ni tampoco de las veces en las que me dejaste más de una cicatriz,
ni cuando volviste negro cada matiz.
Has ido forzándome a conocerme,
pero más que amarme
he llegado a temerme,
y muchas otras veces a odiarme.
Siempre te he creído,
pero también de ti he huido,
escucho tu tictac, y me mata el sonido,
porque sé que avanzas, y yo sigo aquí dormido.
Todo el tiempo me estoy contradiciendo,
porque no sé qué pasa ni qué estoy haciendo,
quiero escapar de todo lo que está sucediendo,
pero si lo hago, sé que estaré perdiendo...
Cómo hablar de ti sin sentirme miserable, pendejo, inútil, vacío...
Todo mundo se enfoca en mirar en diferentes direcciones, buscando nuevas formas, nuevos caminos. Mientras yo sigo sentado observando cómo pasa todo, cómo avanza todo. Con mi libro de recuerdos a la mano, observando cada uno de los momentos que no disfruté como debía, cada uno de los instantes en los que pude sonreír y reír más. Hacer caso a los consejos y recomendaciones que me dieron en su momento, abrirme a más experiencias a no tener miedo a lo que me dirían mis papás por atreverme a vivir más.
A simplemente vivir más.
Toda mi vida me la he pasado preocupado y con miedo de lo que pasó hace tiempo. Sigo estancado en el año 2017. Porque, mierda, fue un grandioso año, y lo repetiría una infinidad de veces, y no por la escuela, o porque en ese año entré a la universidad, sino porque, en ese año, sin darme cuenta, hice lazos sumamente fuertes con mis amigos, con mi Ohana, con ese pequeño grupito que no puedo dejar de ver como mi familia. Por todos los momentos que vivimos, por todo lo que hicimos, dijimos, pensamos y pasamos.
Por supuesto que corregiría una infinidad de cosas de aquel entonces, hacer cosas de maneras más responsables y racionales. Por otro lado también haber cometido tantas estupideces, tantas mamadas sin sentido, solo por reír una vez más con ellos.
También porque, en ese año, hace tres putos años, conocí a mi perdición, ya he hablado infinidad de veces sobre ella. No olvido la fecha en la que fue, y lo maravilloso que me sentí, porque, por primera vez me puse a vivir mi presente, me di cuenta de que lo estaba viviendo, ese instante que me hizo ver todo. Así de esa misma manera me habría encantado pasar cada uno de esos días de ese año.
Ahora... tres años después, tres años que no he sentido, tres años que olvidé de vivir, mirando al pasado mientras todos armaban o trataban de detallar su futuro. Yo no, yo seguía tratando de trazar líneas en el ayer, en lo que pudo haber sido, en lo que pude haber hecho, dicho, pensado, actuado, tantas cosas. Y seguro todos se preguntarán "¿Por qué carajos te da tanto puto miedo el pasado si es algo que ya fue?". Están en toda su razón de sentirse enojados, o confundidos, no los culpo. La razón por la cual siempre me siento así, es porque sé quién soy, cómo soy, de lo que soy capaz, y que todo lo que fue en su momento, no lo hice con mi máximo potencial, y todo eso me distrae de lo que me puede deparar el mañana, el ahora. Me pierdo de tantas cosas con mis introspecciones al pasado. Que me intriga tanto el ayer, los secretos que revela aún después de haber pasado mucho tiempo.
Hay algo en lo que no me dejarán mentir. El pasado siempre está detrás de nosotros; irónico. Porque, podremos ser felices en nuestro presente, pero antiguos sucesos nos pueden perseguir y perjudicar. La mayoría de las personas tienen esa mentalidad tan pendeja, tan estúpida, de fijarse en todo el pasado de alguien y juzgan, juzgan hasta más no poder.
Por eso me preocupa, porque, ¿de qué sirve aprender de tus errores si un cualquiera te juzgará por tus errores y no te juzga por tu aprendizaje de ellos? Les vale más rumores, creencias y estupidez y media.
No planeo mi futuro, porque no sé qué pueda pasar mañana. En lugar de planearlo, procuro hacer lo importante, a lo que debo de dar prioridad sin importar el resultado, ya se verá cómo fluye y concluye todo.
A pesar de eso, me da miedo, por la misma razón de que no sé qué me depara. Cosas buenas, malas, trágicas, decepciones confusiones, nuevos miedos, no lo sé.
No tengo metas ni planes, porque siempre he creído que eso nos limita. Yo tengo cosas por hacer, y cada día hay algo nuevo por hacer, aunque no me dé cuenta, lo estoy haciendo.
ESTÁS LEYENDO
CONTRADICCIÓN
PuisiCONTRADICCIÓN es la tercera parte de este proyecto que comenzó hace poco más de un año en el cual he ido aprendiendo a expresar todo lo que pienso y darle al mundo un poco más lo que soy. Mostrar mis heridas y que otros duelan conmigo. Ha sido un añ...