ONE SHOTS HAWKSILVER.

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Y allí se encontraba, en un amplio y bien decorado salón junto a desconocidos, como compañeros. Todo exactamente igual a los otros, casi tanto como la manía que aún mantenía en ir y probar gustoso de los ricos aperitivos en la mesa dulce.

Acomodó el antifaz blanco que cubría parte de su rostro, combinando de una manera gratificante con su vestuario. Sin embargo, un suspiro apenas audible entre todo el barullo provocado por las charlas entre los demás presentes, salió del primogénito de la familia Lehnsherr-Xavier. Aun no creía que sus padres volvieran a esa faceta de su juventud de hacer esas exitosas fiestas con extrañas temáticas sin razón aparente. En parte, no le molestaba en absoluto ello, era divertido, y también la costumbre con el pasar de los años, ayudo.

Esta vez, comenzó a reírse suavemente cuando recuerdos de los diferentes trajes que sus hermanos y él tuvieron que usar en su niñez, como también en el presente, aparecieron en su mente. Sin duda, debieron haber algo muy malo en sus vidas pasadas como para merecer tal "castigo".

-¿Qué es tan gracioso como para que te rías igual que chinchilla, copycat?- escuchó Pietro detrás suyo. Claro que era sencillo saber quién era, pues esa leve ráfaga de viento, tenía un particular dueño.

Nada más ni nada menos que su hermano menor, Peter Maximoff.

El mayor del dúo, se volteó momentos después de oirle hablar, manteniendo una sonrisa fingida en su rostro por sus palabras. -¿Disculpa?, ¿Como cuantos insultos hacia mi persona estuvieron en tu pregunta, Peter Jose Maria de la Rioja Lehnsherr Maximoff?- preguntó, colocando su mano libre de esos ricos alfajores en su pecho, demostrando su indignación. -A ver, a ver, pendejo. Según la ley de Sokovia y papá, yo soy mayor por cuatro años. ¡El copión claramente eres tú!-

El velocista más joven iba a contradecir al de mechas platinadas, pero el hecho que recibió, literalmente, un empujón hacia el mayor en altura, lo calló por completo.

-¿Ahora si se calmaron, loros teñidos? Hacen demasiado ruido para una simple discusión. - dijo la única mujer en la prestigiosa familia. Wanda llevaba una burlesca sonrisa en su rostro al ver lo que había provocado ese empujón, a pesar que no se viera tanto al tener su antifaz que cubría la otra mitad de su rostro.

-Uy, perdone, princesa. - respondió Peter, a la par que se acercaba más de lo que estaban, al mellizo mayor para decir:-No lo sé, Piet. Pero yo creo que alguien pasa más tiempo de lo debido con su mommy. - ambos mutantes veloces empezaron a carcajearse sin pena apenas vieron el rojo carmesí en los pómulos de la bruja. Sabían que ese apodo para la esposa de ella, le había avergonzado.

La castaña, simplemente respiro hondo, soltando todo el aire acumulado segundos después. A veces, solo a veces, ese par era incontrolablemente irritables. Luego, se acercó a ambos y les jalo fuertemente de sus cabellos, sonriendo satisfecha al escuchar los quejidos.

-Solo vine aquí para llevarlos con nuestros padres. Quieren saber de nosotros para hacernos pasar vergüenza, digo ponernos al día. Desde que te fuiste a Inglaterra para "perfeccionar tus conocimientos" antes de dejarte manejar la empresa, que Peter se vaya de ese viaje alrededor de Asia para saciar sus ganas de conocer el continente por completo, y que yo volviera de mi Luna de Miel, Charles y Erik no saben nada de nosotros. - a la brevedad de informar todo eso, la mujer se abrió paso entre los muchachos, con intención de llevarse bocadillos en un plato. Después, les saludo amablemente, como si no los hubiera maltratado igual que a perros, y fue hacia la mesa de la familia, teniendo a su alrededor su característica aura escarlata con uno que otro postre.

-Dices...¿Que vayamos con ellos?- la pareja de Howlett observó dudoso por donde se iba su hermana, y a continuación al mellizo de esta, quien solo se encogió de hombros como respuesta, dirigiendo elegantemente la copa de vino en su boca. -No mames Pietro, ¿Y eso quien te lo dió?-