Capítulo 34

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Cuando nos damos cuenta, ya estamos llegando a Ourense. Nos hemos despertado bien temprano para sorprender a mis padres y Aitana la pobre, no para de quedarse dormida. En la parte trasera, Lilo y Sopi van recostadas en el asiento.

Pongo un poco de música desde Spotify para alegrar un poco el viaje y no sentirme sólo ante el silencio sepulcral que inunda el coche. Hace bastantes km que el paisaje dejó de ser urbano para ser más verde.

-Odio esa canción. -Susurra Aitana con una sonrisa. -Ponnos algo más movido...

-Vaya, ¿te ha despertado la canción? -Sonrío.

-Sí y bueno, tus hijos reclamando que tienen hambre. -Ríe.

-Vaya... Pues podemos parar en una estación de servicio a tomar algo y a ir al baño. Quedan 3 horas todavía para llegar...

-¿Y Sopi y Lilo? -Me mira.

-Las bajaremos y nos quedaremos en la terraza. Hacemos turnos para ir al baño. No te preocupes. -Le sonrío.

-Vale. -Me devuelve la sonrisa.

En cuanto veo la primera estación de servicio desde que anunciamos el plan, aparco y nos bajamos. Aitana abre una de las puertas traseras y suelta a Lilo del arnés para luego coger la correa, yo hago lo mismo con Sopi y vamos a la cafetería.

-Voy al servicio, Luis. -Me besa mientras me acaricia la mejilla.

-Vale, amor. Por cierto, ¿qué vas a querer? -Sonrío.

-Un colacao estaría guay y un croissant si hay. -Me sonríe.

-Perfecto... -La beso. -Te amo.

-Y yo a ti. -Me besa la mejilla.

La miro entrar adentro del local mientras yo me quedo con Lilo y Sopi que están recostadas al sol. Las acaricio y me responden con lametones. De repente sale un camarero.

-Buenas caballero, ¿qué va a ser? -Pregunta con una sonrisa.

-Un café con leche grande, un colacao también grande, un corissant y unas tostadas y, si puede ser, ¿podrías traerme un recipiente con agua para las perras? -Digo ajustándome las gafas de sol.

-¡Claro! -Dice anotando todo lo que le digo.

-Muchísimas gracias. -Sonrío.

-A usted. -Dice yéndose.

Unos minutos después veo a Aitana salir viniendo en mi dirección. Cuando llega a la mesa me besa súper contenta. Sopi se encarga de ponerse a su lado.

-¿Ya has pedido?

-Todo listo. -Le sonrío. -Ahora voy a ser yo quien se vaya al baño, si me lo permite señorita... -Río y me levanto.

-Me parece buena idea caballero... -Ríe. -No se vaya a perder... -Tira de mí para besarme durante unos segundos más de lo previsto.

-No me voy a perder... -La beso de nuevo. -Vengo ahora pequeños. -Digo con los labios pegados en su vientre.

-Tira anda. -Ríe Aitana acariciándoselo.

-Os echaré de menos. -Río y entro en el establecimiento.

Me cruza con el camarero que me avisa de que me va a llevar lo pedido a la mesa. El pobre debe de pensar que vengo solo o algo.

Me meto en el baño y me miro al espejo para luego ir a mear. Odio mear en baños públicos. Los tíos me miran como si no hubiesen visto una polla en sus vidas. De hecho en este momento, entra un tío en el baño que se me queda mirando. Lo miro yo también y le sonrío de forma irónica.

ME DA IGUAL (AITEDA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora