Capítulo 11

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Un moratón y un fuerte dolor en la parte baja de la espalda es lo que me gano después de la caída que me ha originado Odín. Aitana no para de reírse mientras lo recuerda y Hernán le ríe las gracias mientras ambos me miran caminando dolorido sin camiseta, porque el roce de la tela me provoca un dolor superior.

-Ya basta... Menudo dúo el vuestro. Si es que si fuera ahora no te traía... -Digo mirando a Aitana.

-¿Y perderme tu caída? No, gracias. -Sigue riendo.

-Aitana es de las mías. Por cierto, ¿sabes que la primera vez que se cayó se hizo daño en el culo? -Ríe a carcajadas Hernán.

-¿Enserio? -Aitana no aguanta más y su risa se vuelve estridente. Al final consigo reírme al recordarlo. -Tiene más mala suerte...

-La verdad es esa. Por cierto, podéis ducharos aquí.

-¿Ah sí? Pues es genial, la verdad, así vuelvo a casa limpia. Luís, ¿me dejas las llaves de tu coche para ir a por mis cosas?

-Claro. -Digo metiendo la mano en el bolsillo del pantalón para dárselas.

-Gracias... No tardo.

-Por cierto, Aitana, ¿qué quieres para comer?

-Pues me da igual, la verdad.

-¿Ensalada?

-Me vale.

Me flipa lo bien que se llevan estos dos en cuestión de horas y lo capaces que son de reírse de mis desgracias en sintonía. Aitana termina abandonando la estancia para ir a buscar sus cosas a mi coche y Hernán y yo nos quedamos solos.

-Ha sido una buena hostia, ¿eh?

-Te juro que me ha dolido más la otra, que ni siquiera podía sentarme. -Me río.

-Pero esta te ha dejado en evidencia. Te has caído delante de la chica que te gusta. -Ríe.

-¿Sigues todavía con lo mismo?

-Os he visto miraros, Luis... Además que cuando no miras a Aitana ella te observa de lo lindo. Por no hablar de cuando te estuvo poniendo el hielo... No sé cómo lo haces, pero esos abdominales bien marcados las enamoran a todas.

-Cállate, ¿eh? -Río.

-Es que aún encima te paseas sin camiseta. ¿Es que no eres capaz de ver cómo la pones?

-Hernán, para de comerte el tarro. Somos amigos.

-Ya... Amigos...

-Vete a hacerle la ensalada.

-Y tú a observarla mientras se ducha.

-No voy a hacer eso.

-Ganas no te faltan.

-Me voy a fumar a fuera.

-Por cierto, se me ha olvidado. Viene a comer Héctor también, así que necesitaré que prepares tu famosa tortilla, porque quiero que la pruebe.

-¿Viene tu novio?

-Pues claro.

Sí, Hernán es gay. Pero es la leche. Apenas se le nota. Me resbala su condición sexual. Es mi amigo de toda la vida y le quiero así. Conozco a Héctor desde hace años, no muchos, más bien unos dos años, por aquel entonces Hernán se consideraba heterosexual y Héctor pertenecía a nuestro grupo de amigos. El mismo al que nunca veía por mi apretada agenda de artista, pero que nunca llegué a dejar del todo de lado y me alegro de no haberlo hecho.

-Aitana se va a llevar una desilusión por saber que eres gay... -Río.

-¿Por? -Hernán alza una ceja.

ME DA IGUAL (AITEDA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora