~ Capitulo 1: Club ~

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Los días habían pasado desde aquel Insidente mientras limpiaba los sanitarios, pero, aún no lograba sacar la imagen de ese chico de su cabeza.

La piel palida junto a los largos cabellos azabache y rosados labios con un grosor considerable, los finos rasgos de su rostro realmente le habían encantado, incluso recordaba el notorio lunar debajo de su ojo derecho.

Xx—Hey, Ji Min, pareces perdido, ¿Qué ocurre?.—pregunto el chico de piel tostada a su lado.

Ji Min—¿Ah?.—Reacciono volteando hacia su ahora amigo, Tae Hyung.

Tae—Hombre, estás perdido, te quedaste mirando a la nada.—Rio divertido ante la expreción del más bajo.

Ji Min—No te burles de mi.—le golpeó levemente mientras hacía un puchero.

Tae—Bien, hay algunos clubes en el instituto, ¿A cual te unirás?, Puede que el chico del que me hablaste esté en el club de música si tocaba tan bien en piano.—Los ojos del rubio brillaron con ilusión.

Ji Min—Vamos, tenemos que investigar, ¿Podrías ayudarme a encontrarlo TaeTae?.—Los ojos de cachorro siempre funcionaban.

Tae—Solo llevo un año aquí Hyung, deberías ir a ver los clubs, están en la planilla de los casilleros.—después de un ruido sordo solo pudo escuchar la dulce voz del mayor gritando un adiós a lo lejos.

Después de correr apresuradamente por los pasillos choco con algo y callo a el suelo de tracero.

Xx—mira por dónde vas.—Sin decir nada más el chico le pasó y fue directamente hacia una de las aulas en el pasillo.

¿Quien era ese?, Tan mal educado y oh dios, ¿¡Acaso todos en ese maldito lugar estaban ciegos!?.

Xx—T-tú, ¿Qué haces en el piso?.—¡Lo encontré!.

Fue lo único que pudo pasar por su mente al mirar a el chico que ahora estaba sobre el, su cabello, el lunar, sus anchos hombros y finos rasgos que ya había mencionado antes, pero, era tan perfecto.

Ji Min—¿Quien eres?.—Pregunto inmediatamente sin preocuparse por el peso sobre el.

Xx—Y-yo, lo s-siento.—Se puso de pie inmediatamente mientras un lindo carmín adornaba sus mejillas.

Antes de que pudiera correr lejos del rubio esté le sostuvo por la muñeca llamado su atención.

Ji Min—Soy Park Ji Min ¿Y tu?.—se presento antes por cortesía.

Xx—Yang, Yang Seong Ho.—Respondió aún sonrojado.

Ji Min—¿Estás en el club de música?.—el chico río tímidamente y nego.

Seong—Ji Min-ssi, ¿P-podrías soltarme?, Está empezando a doler un poco.—confeso algo avergonzado.

El rubio reaccionó inmediatamente y soltó la muñeca del más alto sintiendo sus mejillas calentarse.

Seong—Estoy en el club de danza.—Sonrrío avergonzado y se dió la vuelta dispuesto a seguir su camino.

¿Danza?, ¿De verdad ese hermoso ángel podia bailar aparte de tocar de esa manera el piano?, Suspiro atontado mientras miraba a el azabache irse, una risita sonó a sus espaldas y volteó de inmediato.

Xx—Lo siento, no era mi intención asustarte, pero, ¿En serio acabas de hacer eso?, Ah, tonto, debes presentarte primero, Soy Jeon Jung Kook.—Hablo consigo mismo de una manera graciosa, así que el mayor solo río.

Ji Min—Soy Park Ji Min, pero, ¿A qué te referías?.—Pregunto algo intrigado.

Kook—Acabas de hacer hablar a el chico mudo, no importa que, nunca habla con nadie.—El más bajo pareció realmente sorprendido ante esa revelación y el menor rodó los ojos.

Kook—Vamos, estoy seguro de que te interesa ese chico, te contaré todo lo que se sobre el.—fue arrastrado hasta dentro del aula.

Después de una conversación donde el más alto hacia enfacís a el hecho de que Yang no solía hablar con nadie y pasaba sus días de instituto solo en la biblioteca o "quién sabe dónde" el nativo de Busan estaba cada vez más interesado en el chico del aula.

¿De verdad ese chico era como Jung Kook decía?, Tímido, calmado y sobre todo, invisible para casi todos, pero, el menor lo había notado después de un Insidente en la enfermería que le hizo notarlo en todas partes que lo encontraba después.

El Insidente de la enfermería había sido bastante cómico según el chico con apariencia de conejo, la enfermera salió por una urgencia y el pobre chico que tenía algunos rasguños después de caer a un arbusto había sido tratado por el.

Desde ese día, empezó a notarle entre los demás, no solo por su gran altura, si no, por qué lo podía reconocer, aunque, en todos sus encuentros nunca había dicho una sola palabra, solo le había escuchado tararear algunas canciones que no reconoció.

Por esto le había llamado "el chico mudo", si, algo grosero.

Tae—Entonces, hiciste un nuevo amigo y resulta que es un acosador de tu amor a primera vista, vaya, es impresionante.—Se burló y el más bajo le miro mal.

Ji Min—Kook no es un acosador, solo es, muy observador.—Defendió con algo de pena a el menor.

Tae—Si, como no, bueno, ahora que sabes en qué club está tu amado, deberías apuntarte.—Después de pensarlo por unos momentos nego.

Ji Min—Nunca eh sido bueno en la danza, será mejor que me apunte a otro club, puedo ir a el de deportes.—El menor le miro confundido y suspiro.

Tae—No seas cobarde Hyung, debes aprovechar la oportunidad de acercarte a el.—Después de pensarlo por unos segundos volvió a negar.

Tae—Tarde, ya estás en el club de danza, no estaremos juntos así que sobreviviras solo Hyung.—el rubio nego aparentando llorar.

Ji Min—No quiero parecer un acosador Tae Hyung, además, tengo pánico escénico.—El menor río sin tapujos haciendo molestar a el más bajo.

Tae—Estoy seguro de que bailas bien, no te preocupes por tu pánico escénico, la profesora de danza es amable.—Dejo salir su particular sonrisa.

[...]

Las clases terminaron, pero, al igual que los demás días, buscaba aquel pasillo por el que se había perdido y el aula aquella en la que le había visto por primera vez, tal vez hoy tendría suerte, era casi la misma hora que ese día, de alguna manera su corazón se aceleró.

Estaba emocionado, sentía que estaba cerca y sus pensamientos no estaban muy equivocados, la suave melodía de un piano empezó a sonar algunas aulas más hacia el frente, corrió por el pasillo asta llegar a está.

Sentado en un taburete, el cabello sobre su cara y sus hermosas manos danzando sobre el piano creando una dulce y suave melodía algo triste, pero unica.

Sin saberlo, se acerco a la entreabierta puerta del aula y se quedó observando, su cabello danzaba al la vez de sus suaves movimientos para poder tocar todas las notas.

Una admosfera melancólica le rodeo y sintió el corazón acelerarse al darse cuenta que el chico sonreía, aunque era una sonrisa que demostraba la tristeza en si, era la primera vez que le veía sonreír.

Aunque ahora su voz no había salido en ningún momento, escucharle tocar esa melodía lo había dejado completamente sin palabras.

Las lágrimas empezaron a rodar por las mejillas del azabache y abrazo sus piernas haciéndose un ovillo en el taburete, el rubio sintió su corazón oprimirse y como acto reflejo se acerco envolviendo los hombros del más alto con sus brazos.

Este no detuvo sus lágrimas, en su lugar, abrazo el delgado cuerpo. —A comparación del propio. —Dejando sus lágrimas fluir...

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• El chico del aula •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora