Four

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-¡Hey, escúchame Donghyuck!- exclamó Mark- Podría dejar de marlgastar mi saliva en contártelo.

-¿Para qué la querrías sino?

-Pues para cualquier otra cosa.

-¿Como qué?- Sonrió descaradamente, hasta que escuchó como el contrario ponía el pestillo de la puerta.

Mark comenzó a acercarse lentalmente hacia el pelinaranjo, que yacía en el sofá.

Ambos se aproximaron hasta que sus facciones estuvieron a muy pocos milímetros de distancia.

Donghyuck sabía lo que iba a pasar. Pensaba que él era el único que tenía cierto sentimiento en su amistad, que sentía algo más; pero algo dentro de él se alivió al descubrir que no era así.

Sintió cómo la mirada del canadiense se posaba en sus labios, para después dar el paso a juntarlos.

El beso fue corto pero dulce, y al separarse se miraron expresando aprobación; lo que les llevó a otro beso más intenso.

Sentían los ágiles movimientos de sus bocas. Mark introdujo su lengua en la cavidad del menor. Al poco rato ya se oían los fuertes chasquidos que producía su saliva.

Donghyuck dudó un segundo, ¿y si alguien se daba cuenta de lo que estaban haciendo?

El canadiese notó un sentimiento de inseguridad invadir al contrario, y se separó de este; quien por su lado se sorprendió.

-¿Qué te ha parecido ahora este uso, eh curioso?- rió Mark.

-Pues y-yo...- Donghyuck se sonrojó, no sabía como reaccionar ante lo que acababa de suceder- yo no pensé que tu irías a... bueno... esto...

- La verdad es que yo ni siquiera pensé en como reaccionarías. Simplemente me dejé llevar, de verdad lo siento...

- ¡No, no! ¡No te disculpes! Realmente... estuvo genial...

-¿Lo harías de nuevo?

Donghyuck sabía perfectamente que la respuesta a esa pregunta era un sí, pero, pese a eso, no contestó porque  era muy obvio.

Y Mark, sabiéndolo, volvió a besarlo.

Mientras ambos se seguían el excitante ritmo, el canadiense aproximó su mano hasta la cintura del pelinaranjo hasta llegar y comenzar a acariciarla. Este, por su parte, puso sus brazos en los hombros de Mark, atrayéndolo cada vez más.

Sus respiraciones comenzaron a entrecortarse y chocar entre ellas; a punto de ahogarse, separaron sus labios para coger aire. Mientras continuaban a pocos centímetros, sus miradas se cruzaron y sonrieron.

Juntaron sus bocas en cortos besos entre risas.

Ambos se sentían en ese momento como los chicos más afortunados de todo el mundo, con tan sólo tenerse el uno al otro entre sus brazos.

Pausaron sus besos por un momento. No podían dejar de verse y sonreír. Donghyuck sintió la mano de Mark acariciándole. Se abrazaron. Podían oírse el uno al otro suspirar de alivio y felicidad.

Llamaron a la puerta.

Se sobresaltaron y se separaron rápidamente.

El canadiense se levantó para abrirla.

- Hola Mark- vió como su madre comenzaba a hablar-¿Bajareis a merendar?- el nombrado miró a Donghyuck, quien sonrió.

- En dos minutos estaremos abajo- contestó el hijo, cerrando a su vez la puerta-. Hey, tenemos dos minutos.

Más que amigos... [MarkHyuck]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora