El Cuadro de Hannah

Capitulo 17.

Capitulo 17.

Hannah

  No eh visto ah Patch varios días, mi hermano no me ha dejado ir a verlo. Me costaba la comunicación con mi hermano, ah estado extraño casi siempre me ve de una manera rara. Me grita o me encierra en mi cuarto, ah estado de mal genio y cuando lo lleno de preguntas cambia. Está muy mentiroso también, no sé que le ha pasado. En dos días será la gran presentación de cuadros, y éstoy muy alegre porqué seré juez. Y mucho se han esforzado.

Estubo sonando mi teléfono, y lo tomé era Patch contesté inmediatamente.

— Hola Patch.

— Hannah¿estás ocupada?– preguntó

— No, ¿Porque?

— Quiero verte, tengo varios días y necesito ponerme al día.

— Está bien, pero habla con mi hermano no quiere dejarme salir y me mantiene encerrada con llave.– contesté desconcertada.

— Qué, yá déjame y voy inmediatamente a tu casa.

— Ok.

Colgué, y me apresuré a vestirme había hecho un pequeño regaló pará Patch me había dedicado estos días.
Escuché un pequeño ruido por la ventana, sentí mucha curiosidad y me asomé era Patch. Le sonreí ya me sentí más segura en eso de expresarle con lo que pensaba de él o como hacía sentir. Aunque su sarcasmo creo que le dice, no me haga entender mucho.

— Hannah salta.

— ¿Que? – le pregunté

— Si salta, note que no está y como te dejo con llaves es mejor que saltes.

— ¿No crees qué estás falta de cordura? O generalmente los accidentes ocurren por saltar de lugares altos.

— Confía en mí, santa pelirroja.

Lo consideré por un momento me senté en el borde de la ventana pero mis nervios me invadía locamente. No dejaba de sentirme mal

— No puedo hacerlo.– dije

— Claro que si puedes, tú puedes hacer todo lo que te propongas solo confía en mí.

— ¿No me dejarás caer?

— Realmente no me perdonaría si algo te pasará.

Lo pensé, y sin evitar dos veces salte.
  Estuve temblando mucho, y al abrir los ojos estaba en los brazos de Patch.

— Te dije que no te dejaría caer.

Me baje de sus brazos, pero cuando note no se veía el mismo Patch. No sabía describir la expresión de tú rostro, se notaba que había perdido mucho sueño. Y eso hizo qué como me explicaba mi mamá me preocupará. Que es cuando notas que no está bien alguien como debería sentir su promedio emocional.
Estiró los brazos, y yo me acerqué ya sabía que era un abrazo. Era mi único forma de sentir que realmente se comportaba distinto.
El se montó en la moto, y me dió un casco subí y rápidamente empezó a acelerar.

  Llegamos a un lindo parque, pero estaba lleno de tantas flores silvestres. Era muy hermoso, nos bajamos y caminamos por medio de los árboles al encontrar una banca nos sentamos y él sacó un cigarro. Y comenzó a llorar, pero porque lo hacía.

— Hannah, mi papá desaparecio eh estado tan ocupado con sus negocios pero no los deseó.– mencionó

— ¿Porque no los dejas?

— Porque es la única forma de poder cuidarte.

— ¿No entiendo?

— Pronto te lo explícare, Hannah te extrañé mucho.

— Patch, mi mamá me decía que cuando alguien llora es porque se siente mal y que la mejor forma es un abrazo. Nunca comprendí como un abrazo quitaba los problemas pero quiero abrazarte.

Me acerque un poco y lo abracé. El todavía lloraba un poco, pero mantuve mi abrazo muy fuerte creo que lo estaba haciendo bien

— Hannah.

— ¿Si?

— Me estoy ahogando.

Lo solté inmediatamente, y ambos reímos.

— Perdón.

— No te preocupes, me gustó tu abrazo me siento cómodo contigo.

— Me eh sentido segura contigo Patch, aunque me despierto en la madrugada cada noche sintiéndome vigilada.

—¿En serio?– se tenso mucho, incluso encendió otro cigarrillo.– Estás segura que no hay nadie más en esa casa.

— Sí, que quieres tratar de decirme¿con eso?

— Tienes que tener cuidado, deberías quedarte hoy en mi casa.

— No tengo problema.– contesté

Por un momento mi mirada se dirigió a él, también me observaba como alguien puede verse así un espíritu tan libre tan hermoso. Y a su vez con tantas heridas en el alma incluso así quiero limpiar cada una de esas heridas.

— Mi pequeña Hannah eres lo más puro que hay en este terrible mundo.– mencionó Patch

— El mundo no es terrible, las personas son las que lo vuelven insoportable, insípido y incluso sin emoción.

— Concuerdo contigo, pero solo me gusta conocer a alguien tan increíble y pura como tú.– Pronunció con cada emoción alguna, y me atreví en ese momento a tomar su mano.

— Patch, eres lo único qué realmente no se va y desaparezca. Por mentiras, eres mi pequeña estrella de Van Gogh.

Consideraba a él, una especie de estrella que era por lo que Van Gogh amaba y veía cada noche. Dedicando su amor incluso sintiéndose libre. Con Patch me siento libre, puedo ser yo incluso si no termine de entender al mundo.

— ¿Sabes qué tú tienes el privilegio?– preguntó, sin dejarme de observar.

— ¿El privilegio? – lo mire confundida

— De Romperme el corazón, y de igual manera volvería a tí una y mil veces.

Se acercó para besarme, y acepte ya no ponía nerviosa ese hecho. Quería que sólo él tuviera el privilegio. Me acordé del regalo que le tenía, lo saqué de mi bolso y se lo estire.

— Pero hoy no es mi cumpleaños, o es una fecha importante.– Dice él

— No tiene que ser una fecha importante, para regalarle algo a alguien que tú quieres.

El sonrió porque recordó que era cuando nos conocimos, la vez que no sabía el significado porque era un regalo sin fecha alguna. Abrió la caja y la miro. Era un collar la mitad contenía el sol y la otra la luna junto a una pequeña estrella.

— Significas para mi la Luna junto a las estrellas brillas, cada vez que estoy cerca iluminas mi caminó así cómo una especie de vagabundo buscando un poco de luz en la noche tan oscura.

— Hannah. – Contesto, y luego volvió a agarrar fuerzas para hablar.– Tú eres mi sol, porque eres calidad y me das fuerzas para algunas cosas.

Nos pusimos la mitad del collar. Y ambos seguimos ahí sintiendo la segura de que nos damos ambos y simplemente eso era suficiente.

— Última cosa, nos volveremos a encontrar sí no nos vemos más ¿Ok?– estire el dedo mequiñe para hacer la promesa.

— Por tí regreso, incluso el mundo se nos venga encima.

Acercó su meñique y ya habíamos hecho una promesa, nos volveríamos a buscar así la vida se corta y nos cueste.