Capítulo 24 🥀

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Daeyeol abrió la puerta de su casa y entro junto a Bomin a quien todavía tomaba de las manos.
Solo la luz de la cocina estaba prendida junto a las luces del árbol de navidad.

Sus padres no estaban en la sala pero en la mesa habia dos platos con comida que asumió eran suyos.

-¿Tienes hambre?

Bomin asintió inquieto ante la cantidad de comida.
Eso era penas lo que comía su hermano cuando era pequeño

-¿No es poco?

Daeyeol negó con la cabeza.

- Probablemente salgan mañana, porque esto es la cena y desayuno. - Dijo apuntando cada plato.

Bomin arrugó la frente. Daeyeol era un Alfa, pero estaba comiendo solo unas cucharadas más que un Omega y eso no estaba bien.

-Antes. - Comenzo el mayor. - cuando era un niño siempre tenia hambre pero mis padres dijeron que no era normal. - soltó una risa. - pero ahora estoy acostumbrado a comer así.

Bomin lo observó con una mueca de desaprobación.

-Eso explica el porque estás tan flaco.

Daeyeol sonrió por el comentario.

-¿Te parece?

El menor al darse cuenta que había hablado en voz alta, se sonrojó antes de cubrir su boca avergonzado.

Comieron tranquilamente entre susurros ya que Bomin no quería molestar.

-Vamos a mi cuarto.- Dijo una vez que Choi había terminado.

Daeyeol le prestó algo de ropa y le dijo que se metiera bajo las cobijas porque hacía frío.

- Tengo que hablar con mis padres, deberías dormir.

Bomin apretó los labios viendo al mayor salir.

No habían dicho nada directamente, pero Daeyeol no permitiría que Bomin regresara a un lugar donde no iba a estar seguro.

Suspiró fuerte antes de tocar la puerta de sus padres y una vez que se escucho el "pase" entró.

Su madre se levantó de un salto al ver su rostro.

- ¿Qué diablos te pasó? - Preguntó preocupada.

El Alfa solo cerró los ojos, sus padres odian la violencia y en su casa no es justificable de ninguna forma.

- Tengo una razón, lo juro.

- ¿Y cuál es? - Comenzó molesta. - no te vas a comportar como esos chicos que se van a los golpes por todo y se justifican diciendo que son Alfas.

Su padre había regresado con el botiquín y se acercó a su rostro para aplicarle alcohol.

-Dinos que sucedió, tu no eres así. - Dijo su padre buscando calamar el ambiente.

- Es que -

Unos golpecitos en la puerta lo interrumpieron.

Sus padres lo miraron.

-¿Trajiste a alguien?

Su padre fue hacia a abrir la puerta.

-Buenas noches señor Lee.

-Buenas noches pequeño.

-¿Me permite entrar?

El señor se movió a un lado y dejó pasar a un niño bastante lindo pero con una notable vergüenza.

Es Realmente DestinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora