Witchcraft

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Walburga estaba emocionada había planeado todo el día con sus hijos, primero irían al Callejón Diagon, harían las compras escolares y le comprarían una nueva escoba a Regulus, su hijo mencionó que quería postularse para ser buscador de Slytherin y a Sirius lo llenaría con sus dulces favoritos y lo que sea que pida en el camino, pero lo más importante es que todo eso era una distracción para que Orion les diera una sorpresa.

El primero de septiembre se acercaba y no querían desaprovechar ni un segundo a sus hijos, necesitaban demostrarles lo mucho que les importaban, sabían que no eran solo la cosas materiales las que ayudaban, pero en su "otra realidad" tampoco les habían hecho obsequios que a ellos les gustaran, nada más que reliquias familiares ¿qué haría un niño de 10 años con un guardapelo? Walburga estaba comprometida a poner atención en las pequeñas cosas y conocer bien los gustos de sus hijos.

Orion por otro lado se encontraba en Grimmauld Place acomodando la sala de estar para la gran sorpresa, había sacado todos sus vinilos de Frank Sinatra, en el tocadiscos sonaba Learnin' The Blues y un cachorro de crup no dejaba de morder los flecos que colgaban del borde de un sillón. Cuando Regulus y Sirius tenían cinco y siete habían pedido con esmero un crup, claro que ellos se los negaron en ese entonces y esperaba que a los chicos les guste su regalo de inicio de curso, sí, ahora habría regalos para cualquier ocasión.

Escuchó a Kreacher llegar con todas las compras y se acercó a las escaleras para darle la bienvenida a su familia, un beso en la frente para Sirius que movió la cabeza incomodo al recibirlo, un abrazo a Regulus y un casto beso en los labios a su esposa, gesto que sorprendió mucho a sus hijos.

- ¿Qué tal las compras?

- Estuvo increíble, mamá me compró una estrella fugaz y a Sirius le compró un poster de Gryffindor es un león enorme camina y se levanta para rugir.— Regulus estaba muy feliz y corrió a su alcoba a guardar sus cosas, Orion y Walburga sabían perfectamente que en unos segundos Kreacher aparecería en esa habitación por petición de su hijo.

- ¡No olvides ir a la sala después de acomodar tus cosas!— Le gritó Orion a Regulus.

Los tres miembros restantes de la familia se habían quedado en el salón, Sirius había pedido ese poster solo para ver si podía molestar a su mamá, pero ella había accedido a comprarlo sin ninguna queja y además había comprado uno de los más bonitos. Para él las cosas seguían raras, todo era como estar en una nube y si no tenía los pies sobre la tierra la caída sería muy dolorosa. No podían culparlo por hacer "esas pruebas" era de dominio publico que Walburga le había enviado un vociferador a en su primer año gritándole que era una vergüenza familiar. Ahora se sentía incomodo, quería darle las gracias a su mamá pero le era muy difícil, nunca le daban nada que le gustara y no es que fuera un mal agradecido, siempre les daba las gracias a las mamás de sus amigos cuando tenían un gesto lindo con él.

- Iré a dejar mis cosas... gracias por el regalo.— Sirius había dicho lo ultimo en un tono muy bajo, pero pudo escuchar un "de nada" por parte de su madre.

Walburga estaba muy contenta, aún le faltaba mucho camino que recorrer, pero los pasos de bebé no iban tan mal.

- ¿Lo compraste?

- Sí, esta arriba.

- Ya quiero ver sus caras de felicidad.

La sala de estar de Grimmauld Place lucia muy distinta, el techo mostraba el cielo nocturno y las estrellas alumbraban el lugar, se podía escuchar Witchcraft de fondo, Regulus y Sirius se deslumbraron al entrar, todo se veía muy hermoso había unos cojines y colchonetas en el suelo, no entendían mucho lo que pasaba pero por ahora todo se veía bien. Ninguno dijo nada cuando vieron a sus padres bailando muy juntos, parecía que ambos estaban en su mundo, solo atinaron a sentarse en uno de los cojines a esperar que la canción terminara.

My WayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora