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CHAT ENTRE
CHANGBIN Y FELIX.

Changbin.
Detesto hacer esto, pero necesito preguntarte algo sobre Jeno.

Felix.
¿Jaemin no sabe cómo?

Changbin.
Lo descubriste más rápido de lo que creí.
¿Él te lo contó?

Felix.
¿Por qué otra razón me hablarías?
Y no, Jeno no es de muchas palabras.
Así que cualquier cosa que suceda con Jaemin, no me lo contará.

Changbin.
Entiendo.
Es sólo que no quiero que Jaemin termine mal por lo que sea que tenga.

Felix.
Jeno no le haría daño.
Al menos, no de manera intencional.

Changbin.
¿A qué te refieres?

Felix.
Que el no es el monstruo que todos piensan que es :(

Changbin.
Sí, está claro que no lo es.
Pero los monstruos no son los únicos que dañan.

Felix.
Lo sé, y tampoco puedo darte un informe completo sobre Jeno, no es algo que deba hacer yo, ¿sabes?
Dile a Jaemin que no se rinda.
Sea lo que sea que esté haciendo... lo hace bien.

Changbin.
¿Realmente quieres saberlo?

Felix.
Dios, no JAAJAJJAJAJAJJAJA
Puedo imaginarlo.
Pero mientras Jeno no sea un capricho y no lo dañe también, ¿por qué no?

Changbin.
Entonces gracias, supongo.
Significa que no tendré que romperle la nariz a Jeno ni tú tendrás que agarrar de las mechas a Jaemin, ¿verdad?

Felix.
AJAJJAJAJAJAJAJAJAJA
Espero que no sea así, me cae bien.
No querría arruinar su lindo pelo :(

Changbin.
Ni yo romper la perfecta nariz de Jeno.

Cuando Lee Soman estaba en casa, era muy difícil no saberlo. Quizás se debía a los pasos fuertes que daba al caminar o la manera en que elevaba su voz cuando saludaba a todos. Para Mark, a lo largo de su infancia, siempre había sido una visita agradable, le daba mucha felicidad verlo entrar por la puerta principal. Mientras que, para Minho, no lo era tanto. Mark se divertía con el millón de historias que contaba su abuelo, de pequeño estuvo esperando tener la edad suficiente para poder ir a su escuela y pasar más tiempo con él. Minho detestaba la simple idea de compartir la misma habitación que aquel hombre.

Sin embargo, de alguna manera, ahora ambos estaban de acuerdo en que sus visitas no iban con una buena intención.

Y mucho menos un día después de clases.

Él siempre iba a visitarlos el fin de semana, pues de lunes a viernes se encontraba ocupado con los temas de la escuela. Minho fue el primero en darse cuenta que había llegado y, ya por costumbre, se dirigió directamente a la escalera para subir al segundo piso y encerrarse en su cuarto. Pero su madre no lo dejó.

Ella era demasiado amable para su propio gusto, y no iba a permitir que se fuera sin siquiera saludar.

Así es como llegaban a la actualidad. Se encontraban los cinco sentados en la mesa, cenando. Mark y Minho estaban a la par, al frente Yunho y Jessica, y el abuelo en la cabecera. Habían estado hablando sobre diferentes temas para nada interesante, los típicos de adultos. El silencio de los hermanos llegaban a ser aterrador, tanto que a su propio padre le pareció extraño que ni siquiera estuvieran discutiendo como siempre hacían.

Rebel Babies (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora