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Lee Donghyuck siempre había sido un meme en el mundo.

No tan literal, pero incluso sus queridos padres lo molestaban a diario con que "había venido al mundo para que se rían de él". En un buen contexto, por supuesto.

De todas maneras, Donghyuck no pensaba diferente a ellos. Es un payaso en todo el sentido de la palabra y absolutamente todo el tiempo, le gusta que las personas a su alrededor se mantengan alegres por él. Si sus amigos son felices, entonces Donghyuck también lo es. Y quizás por la misma razón, la perfecta familia de los Lee lo amaban tanto cuando iba de visita.

─¡Piensa rápido! ─escuchó un grito antes de que una bolsa de papas diera justo en su rostro.

Increíble.

Se giró rápidamente en la dirección de dónde vino eso. De pie en los escalones se encontraba Mark Lee, sonriendo sólo como un idiota podría hacer y observándolo con ojos profundos que muchas veces le mareaban y prefería ignorar.

Bien, se retractaba, quizás no todos los Lee lo amaban tanto como le gustaba creer.

─¿Qué tienes en la cabeza, idiota?

Mark se burló y terminó de bajar las escaleras.

─¿No quieres papas? Estoy siendo una buena persona.

─Te las voy a meter por el cu...

─¡Haechannie! ─una voz femenina y alegre interrumpió sus palabras. Era la señora Lee, también llamada Jessica porque detestaba que se refirieran a ella por el apellido de su esposo e hijos─. Minho no me dijo que vendrías.

La mujer le apretó las mejillas con ternura, luego simplemente lo abrazó con fuerza. Ella sí era uno de los Lee que lo amaban.

─Minho dijo que prefería que fuera una sorpresa para ustedes ─dijo con timidez, se había sonrojado con algo tan mínimo.

─No nos gustan tus sorpresas.

Si una mirada pudiese asesinar, Mark Lee ya estaría siete metros bajo tierra debido a la manera en que su madre le miró. Por ptro lado, Donghyuck estaba muy seguro de que, si alguna vez era observado así, él solito sería capaz de cavar su propia tumba.

─No seas molesto, Mark ─dijo antes de volver toda su atención al pequeño invitado. Lo rodeó por los hombros y comenzaron a caminar al interior de la casa, hasta llegar al gran patio─. ¿Y cómo están tus papás?

─¡Muy bien! ─respondió de inmediato─. Ellos están emocionados por verla.

Jessica sonrió con cariño, en su tiempo había sido muy amiga de los padres de Donghyuck. Por eso le tenía tanto cariño, porque aparte de ser un gran amigo de su hijo menor y crecer juntos, podía sentir las únicas personalidades de Taeyong y Chittaphon mezcladas en otra persona.

─Estoy exactamente igual que ellos, cariño.

Desde lejos, Mark estaba observando de brazos cruzados. No entendía cómo su mamá adoraba tanto al mismísimo diablo en el cuerpo de un adolescente molesto, Donghyuck podía verse como un angelito recién esculpido por los dioses, una ternurita que recién debería estar entrando al kinder, pero vaya que se guardaba una actitud. La mayoría de ocasiones lo sacaba de quicio, Donghyuck lo molesta cada que tiene la oportunidad, y cuando es Mark quién comienza, podrían estar toda una tarde diciéndose insultos.

Aunque no lo podía negar, también lo hacía reír bastante.

─Ten cuidado, estúpido ─un empujón en su espalda lo hizo avanzar hacia adelante y por poco tropezar─. Estorbas.

Rebel Babies (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora