Narra Alice:
La calidez de la chimenea hacia que mis manos dejaran de lado su tono pálido por el frío, mi cara sentía gran calor, las manos de mi madre en mi cabello acariciándolo, mi padre en el sillón a poco menos de metro y medio leyendo el periódico "El profeta".
-¿Sabes algo de los Malfoy, Dorotty?-Le pregunto mi padre a mi madre
-No Albert, Narcissa y yo habíamos hablado en que este año la pasaran en nuestra casa-
El hecho de pensar en que pasare la navidad con Draco me emocionaba, desde el tercer año mi familia y la suya la pasábamos juntos con otros Mortífagos. En Francia la pasábamos solos, pero eran días más que felices, la familia unida.
-Alice, ¿Draco se quedara en tu habitación?-Mi padre me saco de mis pensamientos.
-Claro padre, él y yo estaremos juntos-Le dije mostrándole una sonrisa sincera. La Mansión Moon es tan grande como la Malfoy, pero a Draco y a mí nos ha gustado pasar él tiempo juntos en los momentos que nos hemos conocido cada vez mejor.
-Oh querida, ¿Qué tanto piensas que te sonrojaste?-No sabía si era por él calor de la chimenea o el hecho de pensar en Draco. Mi padre me miro alzando una de sus cejas, con su cara tan peculiar como si intentara leer mi mente haciendo legeremancia, nunca lo logra, le recuerdo que aprendí de él.
-Padre, no leerás mi mente, aprendí eso de ti.-Le dije mientras me levantaba del sillón para ir directo a mi habitación.
En ese momento de cerrar mi puerta, me tire a la cama tan rápido con mi piel casi del color de mi cabello. El sol entraba por el ventanal de mi habitación, mi cuarto con flores casi marchitas, pero con una esencia casi de vida, daban más paz y decoro a mi habitación.
Draco y yo nos mandamos cartas desde que salimos a las vacaciones de Navidad, en tan solo dos días las cartas han sido muchas.
En el momento que me levanto para escribirle una llego la lechuza de los Malfoy directo a mi ventana, cuando tome la carta, le di algo de agua y comida, mientras la leía.
"Querida Alice.
Se que no ha pasado más de unos días que no nos hemos visto, pero en verdad te extraño. Extraño tus manos sobre mi cabello mientras tus labios tocan los míos, el sentir tu respiración al dormir juntos. Oler tu perfume cereza, y ver aquella mirada penetrante como el fuego mismo.
Alice Moon, me pregunto que me has hecho. Me robaste el corazón de una manera inexplicable... Cariño mío, me has dado la felicidad que nunca he tenido, me diste todo el amor que solo mi madre me pudo dar, te amo, eres mi todo, deseo verte para Navidad.
Mis padres están de acuerdo con nuestra relación. Es muy seguro también que mi padre pase la Navidad con nosotros. Sera la mejor que tendré en toda mi vida.
Con amor.
Lucius Draco Malfoy."
Mi corazón revoloteaba a los mil por hora, mi respiración estaba más agitaba que nunca. Solo él hacia que me pusiera en ese estado, el hizo que el amor tuviera un sentido-Draco. mi querido Draco...-Antes de terminar de decir eso, mi puerta se abrió dejando a la vista a mi madre.
-Querida tu padre... Tu padre esta algo molesto.-Dijo mi amada madre con la voz temblorosa-Llego una carta de una lechuza torpe, y traía una carta de los Weasley-Quede en pánico, Errol se había equivocado de ventana...-Quiere que bajes, cariño-
Mi mandíbula se tenso, deje la carta de Draco en mi cama y camine hasta mi madre, ella me miro con preocupación y solo le sonreí, le quería dar un poco de confianza. Mi padre siempre fue una persona fuerte en todo aspecto, alguien manipulador y muy fiel a Lord Voldemort... Él sería quien estuviese como su mano derecha si no hubiese sido que nos mudamos a Francia por un tiempo.
Baje las escaleras poco a poco, mis piernas querían dar la vuelta y correr lejos de la casa, estaba más que nerviosa, la puerta de su oficina estaba abierta... Entre con tanta precaución por el miedo que recorría cada parte de mí cuerpo.
Pero, no solo estaba él...
Mi padre estaba detrás del escritorio a un lado de su silla parado, viendo hacia el frene con su mirada de enojo y decepción pero sin pronunciar ninguna palabra, mostraba cuan nervioso estaba y por miedo a la situación no haría que nadie en esta habitación leyera mi mente.
-Siéntate Alice...-Extendió su mano sucia con esas uñas tan largas que con un rasguño te arrancaría piel, su voz tan baja pero que causaba un terror inminente. Me acerque al asiento frente al principal, donde el Señor Obscuro esperaba que m posara. No dije ninguna palabra, esto terminaría mal.
-Así que... Iras a la madriguera, o al menos eso menciona tu querido Fred Weasley...-Se podía sentir el miedo de mi parte, mis manos sudaban y mi respiración se agitaba un poco más de lo esperado. Asentí con miedo, pero ya nada podría arreglarlo, ni un gira tiempo me salvaría de esto-Es interesante, esta carta llego por obras del destino, es la señal ¿Lo sientes? Es nuestra señal Alice, debemos atacar-Mierda-Iras a ese asqueroso lugar, mentiras, dirás cualquier cosa para que te reciban antes en ese lugar, y en cuanto veas que Potter estar ahí, mostraras tu marca y nos llamaras-Dijo eso mientras tomaba mi brazo y levantaba mi manga, dejando a lo visible la marca tenebrosa-O si deseas traicionarnos, matare a tus padres primero-Mi mente quedo paralizada, en ese momento me sentía débil y solo un nombre y una imagen-Y después a Draco-Mostro una gran sonrisa de superficialidad, sabe que sin ellos no soy nadie, son las personas que amo...-Morirán frente a ti, si nos traicionas.-
-No lo hare señor...-Dije con la mirada baja, mi padre mostraba preocupación en ese instante
-Responde a la carta de ese estorbo-
Mis lágrimas amenazaban en salir, no quería traicionar a Fred, no deseaba que tuviera ese horrible recuerdo de mí... No quiero que muera, pero tampoco quiero que muera mi familia y... Draco, jure que daría mi vida por él.
Tome pergamino y una pluma, comencé a leer su carta y después a redactar la mía, tenía que verse lo más creíble que pudiese.
-Albert-Llamo a mi padre el Señor Obscuro, al instante mi padre reacciono dándole su brazo izquierdo también mostrando su marca.
El señor Oscuro, poso su varita sobre el brazo de mi padre, haciendo que este soltara pequeñas caras de dolor. La marca parecía cobrar vida, la serpiente de esta se movía dentro de la piel. Habían llamado a los demás Mortífagos, en menos de tres horas llegaran todos.
-Ahora vete, déjame un momento con tu preciada hija...-Dijo mientras tomaba un mechón de mi cabello, mi padre cerro la puerta y de ese lugar solo se sentía el mismo maldito miedo.
-Ahora, escribe-Me ordeno acercando su asquerosa cara cerca de la mía.
Lo siento Fred, es mi deber.
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Travesura realizada.
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Cartas a Draco |Draco Malfoy|
Fanfiction𝓒𝓪𝓻𝓽𝓪𝓼 𝓪 𝓓𝓻𝓪𝓬𝓸 | Simplemente no puedo dejar de mirarte, ver esos ojos grisáceos, ese cabello albino platinado. Tu sonrisa, simplemente me enamoro cada día más de ti, me da miedo el pensar que no sentirás lo mismo. Te escribo desde que...