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Olimpo
Hora: Desconocida
Narrador: Adelina

—Te dije que quería ayudarte —Hablo Hades posado sobre la fuente.

>>No necesito regaños por ahora<<

—No me interesa Hades, si tengo que morir, lo haré —Me senté a su lado.

—Puedo ayudarte, se que lo deseas y necesitas —Me encaro

—¿Ahora lees mentes? —Mantuve la vista en otro lugar

—Ser testaruda no te ayudará en nada —Sonrio.

—¿Por qué me ayudarías?, Todo tiene un precio, ¿No es así? —Lo encare.

—Tienes razón, pero mi precio es muy barato —Tomo mi mano —Y la información que te daré es muy valiosa.

—¿Qué información puedo necesitar yo? —Aleje mi mano.

Hefesto me había dicho que evitará hablar con los dioses de la competencia pero tal vez debía escucharlo, no quería morir.

—Información sobre el siguente juego —Me sonrió malicioso

>>¿Qué tan malo puede ser?<<

—No me interesa— Avance mi camino y visualice a Hefesto a unos cuantos metros, presumiendo su victoria; pero era Mi victoria, no la de él.

—¿Molesto, no? —Hades tomo mi hombro.

—No se de qué hablas— le quite su mano— así que aléjate de mi.

Decidida iba a comenzar a caminar pero me detuvo.

—Tengo un recado para ti —Sonrió.

—De nuevo no me interesa —Empece a caminar al lado contrario.

—Ni siquiera si es de Will Musk?.

Me gire rápido y no podía creer lo que decía, nuevamente los recuerdos aparecieron.

Hermosa, ¿Què planes tienes para nuestra nueva vida?—Salio en toalla del baño, deteniéndose frente la ventana.
—Por ahora solo besarte—Me levanté de la cama y le deposite un pequeño beso—¿Te parece?.

—Me fascina ese plan—Volvio a besarme — Aunque—Me soltó y camino hasta el buró del cual saco una caja roja y mi corazón comenzó a latir mas rápido.

—¿Qué pasa? —Lo mire en shock al ver qué se arrodillaba.

—¿Quieres ser mi complemento de por vida? Osea ¿Casarte conmigo?.

—¡Si!— Grite y enseguida lo abrace fuerte pero de repente sentí que su cuerpo se aliviano, sentí como todo su peso cayó sobre mi—Amor...¿Qué pasa?

Lo aleje de mi y observé que tenía sangre en la frente y sus ojos estaban cerrados, con terror lo aleje y moví pero el cayó al suelo y al girarme observé la ventana abierta y un tipo levantado.

—¡No!, No, no, no y no— Lo abrace con fuerza, mientras las lágrimas caían sobre su rostro apagado—Por favor mírame amor mío, anda, seré tuya por siempre.

Volví a la realidad y enseguida encare a Hades.

—¿De qué estás hablando?—Hable agitada.

—Es una de mis almas favoritas—Me sonrió.

Todo comenzó a cambiar, no me importaba el precio o las consecuencias, yo solo necesitaba saber de él.

Competencia De DiosesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora