Capitulo 3: Verdades

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--POV MARCO.--

Hace un mes que Ace dejo el Moby Dick.

Hace un mes que no sonrío.

Hace un mes que sigo reprochando mi comportamiento y palabras.

Mi familia es todo lo que tengo, y sé que tome la decisión correcta. Nunca nadie estará encima de mi hogar... pero entonces ¿Por qué me siento tan vacío?

Desde que el pecoso se fue, no duermo bien. Cada lugar me recuerda a él. Mi cama ahora se siente tan fría, y mi corazón se siente tan solo. Es como si el sol se apagara y nunca volviera a salir.

Nunca le conté a nadie del barco lo que Ace y yo teníamos. Mis hermanos notaron mi cambio de comportamiento, pero nadie sabía descifrar el porqué. Pops intento sacarme la verdad, pero incluso así no le conté nada.

Simplemente no podía. Me dolía el corazón.

La persona a la que ame resulto ser una ilusión. Pensaba que el pecoso nunca caería bajo, que era leal y honesto, pero me equivoque. Nunca podría confiar en Ace después de esa charla.

Dos meses desde que Ace dejo el barco Thatch encontró una fruta del diablo. Esa misma noche Teach lo apuñalo y huyo.

Dos semanas después Thatch despertó. Dijo las palabras que pronunció el traidor.

Que no éramos familia. Que utilizo nuestros recursos. Y lo más importante: que intento que Ace se uniera a él.

Mientras Thatch se desangraba Teach confeso que le pidió a Ace que se uniera a él para la traición, pero se negó. Que le dijo que nadie le creería... y termino acertando cuando vio que el chico bajo en la siguiente isla.

Todos estaban confundidos. Ace nunca hablo con ninguno de ellos sobre esto. Pero si conmigo.

Ese día tuvimos una reunión de comandantes. Les conté todo. Como Ace y yo teníamos una relación, como llego a contarme todo y me suplico que le creyera... y como yo termine con lo nuestro. En cómo lo mire. En las palabras que dije.

Sentía tanto odio hacia mí mismo. Lastime al pecoso. Le quite la oportunidad de una familia. Fue destrozado por la persona que le dijo que lo amaba.

Pops quería buscar de nuevo a Ace. Pensó que se fue porque no era feliz aquí. No por este horrible mal entendido.

Estaba de acuerdo. Pero recordé las últimas palabras que intercambié con el azabache. En como él me dijo que si me arrepentía que no lo buscara.

Pero no puedo hacer eso. Tengo que pedirle perdón. Arreglar lo que destroce... y quizás volver a ganarme un lugar en su corazón.

Pero incluso con nuestra red de información no encontramos nada de Ace. No sabíamos en donde estaba. Ni un solo rastro o avistamiento del pecoso.

Estaba preocupado. ¿y si le paso algo? ¿y si fue capturado por Marines?

Pasaron dos años.

Nadie se rendía en la búsqueda de información. Sabía que estaba vivo y escondido en algún lugar. Todas las noches dormía con la esperanza de que la mañana siguiente trajera noticias del pecoso.

Un día algo fue diferente.

Haruta entro corriendo a la sala de reuniones con noticias. Encontraron al hermano menor de Ace: Luffy.

Había empezado hace muy poco a ser pirata. Pero en Alabasta un hombre salvo a Luffy de los marines y la descripción coincide con Ace.

No se sabe en donde se encuentra el pecoso porque volvió a partir a donde sea que hubiera estado estos dos años. Pero si sabían la ubicación de su hermano.

Tardamos dos semanas en alcanzar a los sombreros de paja.

-Hola soy Luffy ¡El hombre que se convertirá en el rey pirata!

-Maldita sea Luffy, deja de contestar de esa manera a cada pirata que ves. - gruño una mujer de cabello naranja. Los otros piratas de los sombreros de paja parecían con la guardia en alto.

-Estamos buscando a tu hermano Ace. ¿Sabes en donde puede estar? – Dijo Barbablanca.

Hubo un silencio tenso y los ojos del niño cambiaron y perdieron la mirada tranquila. Cuando Luffy volvió a hablar el tono amistoso de antes había cambiado a uno completamente serio – ¿ustedes son los que lo secuestraron para que se uniera a su tripulación? – dijo en un tono amenazante. No sonaba nada feliz sobre esos hechos.

Decidí interferir y decirle por qué lo buscábamos. – Ace me conto la historia. Me dijo que no quiere volver a verlos.

-Por favor yoi quiero verlo de nuevo y disculparme.

-Fuiste malo con Ace... ¡whoa es cierto que tu peinado tiene forma de piña! Eso me conto Ace y pensé que solo estaba bromeando... Nunca había visto a alguien con ese peinado señor PineappleHead.

-Es Marco yoi

-Si mi hermano no quiere verte no puedo ayudarte Mango.

-Me llamo Marco.

-ya habías dicho eso Mango.

Sentí que mi ojo se contraía mientras todos los que escuchaban nuestra conversación estaban conteniendo las risas ¿Por qué este niño está obsesionado con el mango?

Le suplique que me diera la ubicación de su hermano. Que me arrepentía. Desde que Ace se fue mi mundo no es igual. Mis días son opacos. No he vuelto a sentir una autentica alegría. Mi fénix se siente vacío sin el usuario de fuego.

El chico me miro por un momento con los ojos concentrados, como si intentara ver mi alma.

-No pareces una mala persona señor Mango... bien te diré en donde buscarlo.

Sentí que un fuego reavivaba mi alma.

Me contó sobre su otro hermano, que era el número dos del ejército revolucionario... de que Ace desde que nos separamos fue a su base y se ha quedado con ellos. Me dijo que Baltigo es una isla escondida, que a menos que no se tenga una viver card no podría llegar a ella.

Sentía una ansiedad en el centro de mi ser. Nunca llegaría a Ace a menos que el saliera de Baltigo. Los revolucionarios son conocidos por ser escurridizos. Luffy me dijo como Ace y Sabo se dirigían a una isla a hacer un trabajo juntos. En cómo no irían solo a ese lugar sino a varias islas que marco en un mapa y se lo entrego al rubio.

Marco le agradeció desde el fondo de su corazón y partieron.

Ese día en la sala de reuniones trazamos la ruta. Con el tiempo que había pasado determinamos en que isla del recorrido que tenían que hacer los revolucionarios estarían. Hicimos cálculos de cuanto tardaríamos en llegar a una de las islas marcadas para interceptarlos.

Partimos de camino a encontrar a Ace.

Le pediría disculpas, me humillaría si hace falta... quería recuperar al pecoso, a mi pecoso... y no me rendiría hasta ganar su perdón.

¿Por qué no crees en mi?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora