Dímelo de nuevo (Solo tienes que decírmelo 1)

Capítulo 12

Después de la cena, en la que no pude comer mucho debido al nudo que se me había formado en el estómago, volvimos a montarnos en los coches para ir hacia Bonnie's.

-Espero que no esté tan lleno como el otro día, así es imposible estar a gusto. – Dijo Meg mientras se abrochaba el cinturón.

-Joana le ha dicho a Jason que no hay mucha, aunque supongo que es temprano. – Contestó Nate.

-¿Joana? – Inquirí. - ¿La camarera?

-La misma. – Me respondió Nate de nuevo.

Todos nos reímos. Jason cada día nos sorprendía un poco más y, sabiendo que Joana se encontraba en Bonnie's, Jason no estaría mucho tiempo con nosotros.

No tardamos mucho en llegar a la discoteca, ya que el restaurante estaba prácticamente al lado.

Al bajarnos del coche, como siempre, los demás estaban esperándonos en la puerta.

-Pues menos mal que no había mucha gente eh. – Lancé una mirada a Jason, quien me rodeó con su brazo.

-Mejor así pequeña, tampoco queremos estar solos dentro ¿no?

Me reí y me deshice de su brazo bromeando. No pude evitar dirigir mi mirada a Aaron, al que pillé mirándome directamente a los ojos.

Rápidamente quitó la mirada. – Vamos dentro.

Le seguimos, o más bien, nos colocamos detrás de él, puesto que debido a la cola que había, nos tocaría esperar un buen rato.

Al cabo de quince minutos, estábamos dentro. Como de costumbre, fuimos todos hacia la barra para tomarnos algo e ir calentando antes de salir a la pista.

Entre el nudo que tenía en la boca del estómago y los nervios por toda la situación que estaba viviendo, no me apeteció perderme nada que tuviese alcohol, pese a la insistencia de Nat, según ella, eso me calmaría.

-Bueno, ¿cómo va la cosa? – Quiso saber Meg.

Miré hacia donde se encontraban Brina y Cindy con los chicos, lo suficientemente apartados como para no oírnos con el sonido de la música.

-Pues mal, ¿no lo veis? – Les dije dando un gran trago a mi cocacola. – Ni siquiera me dirige la mirada.

-Bueno, es pronto nena. – Contestó Nat.- Aún queda mucha noche, acabamos de llegar, y después de la situación de ayer... Dale tiempo, debe de estar un poco descolocado con todo.

-Yo opino exactamente igual, conociendo a mi hermano, su cabeza ahora mismo debe de ir a mil por hora, dale tiempo.

Sonreí, aunque sus palabras no terminaban de convencerme. Cuando una persona tenía que pensarse tanto las cosas era por algo.

No entendía el comportamiento de Aaron, y tampoco quería significar un juego para él.

Mi cabreo había ido en aumento y sin tener aún motivos para ello, como bien había dicho Nat, la noche era joven, y yo ya me encontraba cabreada y sin ánimos de fiesta.

Debido a mis pensamientos negativos y ambiguos, decidí tomarme algo más fuerte, y opté por pedirme una copa de ginebra y limón, a lo que Meg y Cindy me siguieron.

El alcohol me hizo efecto de forma rápida, y noté como iba soltándome y disfrutando más. Jason, antes de que Joana apareciese y se lo llevara, estuvo bailando sin parar conmigo y haciéndome reír como solo él sabía.

No sabía con exactitud las miles de canciones que había bailado ya cuando vi aparecer a Jay a lo lejos.

Me dirigí a la barra, y con un intercambio de miradas, les hice saber a las chicas quien estaba a punto de aparecer en escena.