Capítulo 23

1.3K 66 4
                                    

Aaron

Todos nos dividimos para intentar dar con Nat y Jason. Aún me encontraba un poco desorientado con la situación.

Cuando vi aparecer a Cris, me había quedado pálido. Le había visto un par de veces pero jamás pensé que tendría esa actitud. Si su actitud hubiese sido la correcta, lo suyo hubiese sido que los hubiésemos dejado hablar tranquilamente y solucionar sus problemas.

Pese a que Jason era mi amigo y siempre estaría de su lado, se deben hacer las cosas correctamente y con cabeza. Sin embargo, los modales de Cris no habían sido los más adecuados.

Entendí perfectamente la reacción de Jason, ya que, de haber estado en su lugar, habría hecho exactamente lo mismo.

De hecho, estuve a punto de hacerlo cuando le lanzó ese comentario a Jane, pero con su mirada me advirtió de que no era lo mejor, asique decidí mantener las formas.

Me daba mucha pena por ambos. Conocía perfectamente a Jason y sabía que el comentario y la actitud de Nat le habían dolido más que nada. Al igual que también sabia, por mucho que intentase negármelo, que tenía sentimientos por ella.

No es fácil afrontar algo así cuando estás acostumbrado a otro tipo de cosas u otro tipo de emociones. Yo lo sabía de primera mano.

Y, aunque sabía que para Jason era complicado, entendía un poco a Nat. No debe ser fácil salir de una relación de tanto tiempo y, por lo que había podido saber y ver, un poco difícil, y meterse en la boca del lobo con alguien como Jason.

No era mal chico, de hecho, era una de las mejores personas que la vida me había dado. Pero al igual que para Nat salir de algo y afrontar otra cosa era complicado, para Jason, meterse o conocer algo completamente nuevo para él, no era ni de lejos algo sencillo.

Cuando todos se marcharon, me quedé solo en casa.

Estuve llamando un par de veces a Jason, intentando dar con él. Mandándole mensajes y tratando de pensar donde estaría.

Por mucho que dijesen, conocía a mi amigo y en aquel momento, lo último que querría era estar con gente. Lo más probable es que estuviese en el sitio que menos nos imaginásemos.

Estaba un poco nervioso por todo lo que llevaba ocurriendo todo el mes. Cosas nuevas, sensaciones nuevas, peleas nuevas... Parecía que todos habíamos cruzado una línea inimaginable anteriormente.

No tenía ni idea de que nos había hecho Santa Mónica.

Ni mucho menos, de lo que nos haría Arizona.

Ahí estaba mi mayor preocupación. Vivir aquellas vacaciones estaba siendo increíble, pero no dejaban de ser eso, unas vacaciones.

Mis sentimientos por Jane eran más que evidentes. Lo supe en el momento que el miedo me atravesó el cuerpo.

Miedo a que todo volviese a como era antes.

Miedo a que se diese cuenta de que no valgo una mierda.

Miedo a perderla.

Estaba comiéndome la cabeza en el sillón cuando vi a Cindy a través de la cristalera.

Fruncí el ceño y me levanté para abrirla.

-¿Qué haces aquí? – Le pregunté mientras la invitaba a pasar. - ¿Y por qué no has llamado a la puerta?

-Lo he hecho, pero no me contestabas. – Me sonrió.

-Ah, lo siento estaba distraído. – Dije mientras me sentaba de nuevo. - ¿Sabes algo de Jason?

Dímelo de nuevo (Solo tienes que decírmelo 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora