Ver el coche de Aaron aparcado en la puerta de casa nos resolvió las dudas sobre por qué no contestaban al teléfono. Alex y Brina se despidieron de nosotros y procedimos a adentrarnos en la casa.
Todo estaba completamente en silencio. Nate nos miró confuso ante la situación y decidió comprobar si de verdad había alguien o no.
Entró en la habitación y al cabo de un minuto volvió a salir cerrando la puerta con cuidado.
-Aaron está durmiendo. – Nos informó aun con cara de sorpresa.
Eran las seis de la mañana, normalmente a esas horas Aaron estaría como un roble dispuesto a saltar a la piscina. Intentamos contactar con Cindy, Jason o Nat, pero supusimos que se encontraban en la misma situación, ya que no dieron señales de vida.
-Una de dos, o se lo han pasado tan bien que han acabado agotados. – Intervino Meg mientras entrábamos en la cocina. – O del coñazo que era han terminado por irse cada uno a casa.
Nate se rio ante su comentario.- Creo que me decanto por la segunda, si hubiese sido una buena fiesta aun seguirían en ella.
-Estoy completamente de acuerdo. – Aporté mientras bebía un poco de zumo.
Meg iba a intervenir cuando le sonó el teléfono.
-¿Qué? – Contestó y nos miró alzando las cejas, a lo que nosotros no entendimos, ya que no oíamos prácticamente nada. – Pensábamos que estabais durmiendo, mi hermano está en el quinto sueño por lo menos.
Ahora fuimos nosotros quien levantamos las cejas. No podía creer que los demás se hubiesen quedado de fiesta y Aaron hubiese decidido ir a dormir.
Meg continuó intercambiando un par de palabras con, la que supuse, sería Nat, y colgó.
-Para sorpresa de todos, mi hermano decidió venirse antes de la fiesta porque se encontraba mal. Algo que nadie se cree. – Me miró de reojo. – Y los demás me acaban de preguntar si venían a la piscina, a lo que les he dicho un no rotundo.
No pude contestar a la respuesta de Meg, puesto que seguía dándole vueltas a la cabeza y buscando por qué Aaron se habría ido antes a casa, algo completamente raro en él.
No se por cuánto tiempo estuve pensando mirando mi vacío vaso de zumo, pero el suficiente para que cuando levantase la cabeza, Nate agarrase de la cintura a Meg y se encontraran mirando de una forma peculiar.
Dejé el vaso en la encimera y me aclaré la garganta.
-Em... estoy bastante cansada, voy a irme ya a dormir. – Los dos me miraron algo avergonzados y yo sonreí. – Buenas noches chicos.
-No tardaré en subir. – Dijo Meg mientras ya me encontraba subiendo las escaleras.
Rodé los ojos y me reí por lo bajo. Seguramente tardaría bastante.
Pensé que me costaría bastante conciliar el sueño después de la movida noche que había tenido y de la sorpresa de encontrarnos a Aaron durmiendo en casa, pero lo cierto fue que, una vez toqué la cama ya cambiada y desmaquillada, no me costó más de dos segundos en quedarme completamente dormida.
Me desperté sobre las diez de la mañana. Meg aún seguía dormida plácidamente, y sin tener ni idea de sobre qué hora se acostaría, imaginaba que demoraría bastante tiempo en despertarse.
Me cepillé los dientes y el pelo y me puse un short y una camiseta de tirantes para bajar a desayunar. Seguramente sería la primera y tendría tiempo para tumbarme un rato a leer sin que me molestaran.
Pero, sin embargo, las sorpresas parecían que no iban a dejar de suceder y me topé de bruces con Aaron cuando entré en la cocina, quien tenía los cascos puestos y el torso al descubierto con una gran capa de sudor sobre él.

ESTÁS LEYENDO
Dímelo de nuevo (Solo tienes que decírmelo 1)
Novela JuvenilJane siempre ha sido una chica ambiciosa y soñadora. Junto con su mejor amiga, Meg, su vida ha tenido más de mil aventuras e historias que guardar y recordar. Sin embargo, su vida también ha tenido un gran secreto, él. Por fin ha llegado el verano...