Aaron
Mi vida siempre había sido una montaña rusa.
No es que me quejara, la verdad es que siempre había tenido todo lo que quería, excepto una cosa.
Creo que uno no se da realmente cuenta de hasta que punto quiere algo, hasta que ve que es imposible tenerlo. O, simplemente, esa dificultad es lo que hace que nuestro deseo por tenerlo sea cada vez mayor.
No, no me estaba refiriendo a ella en particular, no hasta el momento en el que sientes que tu cabeza hace un click. Hasta que notas como todos los pelos de tu cuerpo se ponen de punta y tu piel se eriza con un solo tacto, su tacto.
Me parecía una puta locura.
Ella era una puta locura.
Ni siquiera era capaz de explicarme porque sentía lo que sentía cuando estaba con ella, como era capaz un corazón de latir más deprisa simplemente con fijar su vista en unos ojos, en los más bonitos que había visto nunca.
Probablemente, si alguno de mis amigos, principalmente Nate, me hubiese dicho estas palabras un año atrás, me habría reído en su cara. Era ridículo, pero ya no me importaba serlo.
Me costó acostumbrarme a la luz que entraba por la ventana de mi habitación, en Arizona. Me desperecé un poco, sin hacer ruido, y enfoqué mis ojos hacia mi derecha.
Una sonrisa se instauró en mi cara en cuanto vi el sonrojado rostro de Jane, tendida sobre mi almohada y aferrándose a la sábana como si alguien se la fuese a quitar. Algo muy habitual en ella.
La contemplé, memorizando cada parte de su rostro, de su cuerpo, cada zona que había recorrido y devorado día a día, adulado y amado.
Su ceño se frunció un poco y me hizo sonreír aun mas. Incluso dormida tenía esa costumbre que me daba ganas de hacer pasar mis dedos por su ceño suavemente para evitar que lo frunciese aun mas.
De pronto, dejó de hacerlo y abrió los ojos despacio, para verme observarla con una sonrisa burlona en la cara.
-¡Serás psicópata! - Me gritó mientras se tapaba la cara con la manta.
Me reí sonoramente y me lancé sobre ella, acercándola aun más a mí posando mis manos en su diminuta cintura y hundiendo mi cara en el hueco de su cuello, aquel punto que me volvía loco, al igual que a ella.
-Solo llevo despierto unos minutos.
Su risa me inundó, retumbando en mi pecho al mantenernos tan pegados.
-Sigues siendo un psicópata. - Sonreí y le di un pequeño mordisco. - Como sigas con esa costumbre de mirarme recién levantada, vas a terminar huyendo, ¡menuda cara debo de tener!
Me reí aun mas fuerte ante sus ocurrencias.
Jamás huiría de ella.
Me incorporé lo suficiente para mantener nuestros rostros a centímetros y cogí su cara con mi mano, manteniéndola firme mientras su mirada me atravesaba.
-Eres preciosa, a cualquier hora del día. - Se sonrojó. -Aun cuando estás inundando mi almohada mientras babeas en sueños.
Abrió más los ojos y me apartó la mano mientras se incorporaba sobre los codos.
-¡Yo no babeo!
Sonreí. - Oh, si lo haces, pero me gusta pensar que es debido al sueño que estás teniendo conmigo.
Se pasó una mano por el pelo y me miró burlona.
-¿Qué te hace pensar que es contigo con quien sueño?
Levanté las cejas y la miré.
-No sé. - Me encogí de hombros mientras me acercaba despacio hacia su cuello y depositaba un húmedo beso. - Igual por como reacciona tu cuerpo cuando hago esto. - Di un pequeño mordisco y noté como se estremeció y me facilitaba el acceso. - Y esto.
Dejé nuestras bocas a un centímetro una vez hube besado cada parte de su cuello hasta llegar a ese punto final.
-Por como respondes ante mi y por como me siento cuando lo haces. - Mi voz sonó más ronca mientras el deseo fluía entre ambos.
Jane, aun con las mejillas rosas y el pulso más acelerado, sonrió de la manera más sexy posible y juntó nuestras bocas en un beso voraz.
Una vez más, devoré cada centímetro de su cuerpo y disfruté cada minuto junto a ella.
Solo pedía que cada mañana del resto de mi vida comenzase igual.
![](https://img.wattpad.com/cover/246988868-288-k354350.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Dímelo de nuevo (Solo tienes que decírmelo 1)
Novela JuvenilJane siempre ha sido una chica ambiciosa y soñadora. Junto con su mejor amiga, Meg, su vida ha tenido más de mil aventuras e historias que guardar y recordar. Sin embargo, su vida también ha tenido un gran secreto, él. Por fin ha llegado el verano...