Capítulo 4

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A las 11.34 nos encontrábamos dentro del coche de Aaron. Como ya había supuesto, finalmente Meg volvió a una segunda ronda más persuasiva y sentimental para lograr que su hermano diese el brazo a torcer y nos llevase a Bonnie's.

-¿Alguien tiene una pastilla para el dolor de cabeza? Me va a estallar. – Dijo Aaron mientras conducía.

Rebusqué en mi monedero, siempre solía llevar un par de ellas por si acaso.

-Yo tengo. –Le dije, y estiré el brazo para dárselo en la mano.

-Gracias Jane.

Meg me miró curiosa, y yo me encogí de hombros como si nada. Teníamos toda la noche por delante para confesarnos todo lo que teníamos ambas en mente. Supuso que ella estaba pensando de igual manera, ya que lo dejó pasar.

Nos dejaron en la entrada de Bonnie's alrededor de media hora.

-¿No vais a pasar entonces? – Preguntó Meg desde la ventanilla una vez que nosotras ya habíamos bajado.

-No, tenemos planes. – Dijo Aaron sin mirarnos.

Fruncí el ceño pensando cuales serían esos supuestos planes, aunque en el fondo tenía muy claro cuáles eran.

-Vale, pues vamos a bailar nena. – Meg me cogió de la mano y me llevó prácticamente corriendo dentro de la discoteca.

Lo primero que hicimos fue bailar como locas, ya que no solíamos beber de fiesta. Nos tiramos una hora entera dándolo todo en la pista y riéndonos como dos tontas de cualquier cosa, como era costumbre nuestra.

Nos acercamos a la barra y Clark nos sonrió enseguida.

-Mis chicas favoritas, ¿qué os pongo?

-Dos coca-colas por favor. – Respondí.

-¿Enserio? – Preguntó riéndose, aun sabiendo que rara vez pedíamos algo con alcohol, y mucho menos estando solas.

-Enserio. – Respondí riéndome.

-Vale vale. – Levantó las manos como gesto de derrota y se dispuso a ponernos las coca-colas.

Adornó nuestros vasos con una rodaja de limón y una sombrillita rosa. Además, nos dejó al lado de los vasos dos chupitos de lo que probablemente fuese jagger.

-Por si cambiáis de idea, invita la casa.- Nos guiñó un ojo y se marchó, ya que la barra se venía abajo de gente.

-De perdidos al río.-Dijo Meg cogiendo los chupitos y pasándome uno de ellos.

Brindamos y nos los bebimos de tirón, poniendo unas caras muy acordes al escozor que sentí en el momento en que el jagger me bajó por el esófago.

Bonnie's tenía una enorme pista con dos largas barras a sus laterales, una terraza en la parte superior al aire libre para relajarse, y lo mejor de todo, unos sillones, tumbonas e incluso camas en la orilla del mar a unos pasos de la pista.

Meg y yo tomamos la decisión de sentarnos en unos pubs en la arena junto con nuestras coca-colas, era hora de hablar.

-¿Y bien? –Pregunté mientras levantaba las cejas en dirección a mi amiga.

-Eres insoportable, ¿lo sabías? – Bebió un trago de Coca-Cola mirando al mar. – No tengo ni la menor idea de que esperes que te diga, porque ni yo misma estoy segura de saberlo.

-Simplemente lo que piensas.

-Es que no lo sé. Nate no me gusta, no siento nada por él, pero verle tontear con aquella chica me molestó.

Dímelo de nuevo (Solo tienes que decírmelo 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora