capítulo 19

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Francis





¿En qué se había metido Kitty? ¿Qué significaba está reacción de Jae–Sang? ¿Qué era todo esto?

El agarre de el loco pelirrosa era dolorosa, apretó su mano contra la mía, el miedo de lo que podría pasar en mi casa y de lo que podría pasarle a Kitty no tardó en llegar a invadir mi ser, pero bastó un mensaje, para poder detener esto con alguien a quien sí escuchará a pesar de su locura.

"Ven a mi casa, Jae–Sang se volvió loco"

Aún sigo sin comprender de dónde saqué el tiempo y la habilidad de escribir ese mensaje, pero fue suficiente para no detener esto sola.

— ¿Katty está en casa? — no respondí de inmediato tratando de idear una mentira para liberar a Kitty de este calvario que le esperaba — . ¡Francis! — trató de calmarse — . Por favor... necesito saber — me suplicó.

¿Qué digo? Si decía que no estaba y llegamos y se la encuentra será feo, si le digo que sí está y llega a mi casa será feo y si no le digo nada será igual de feo ¡Ayuda!

Sin darme cuenta llegamos a mi casa y a mí se me acababa el tiempo, ¿Cuánto tiempo iba a tardar en llegar? Sólo esperaba que mi mamá saliera y le pusiera un alto.

— llámala, Francis, por favor, sé que no lo entiendes ni nada pero te juro que en cuanto pueda te explico, por favor.

— ¿Explicar qué? ¿Crees que le diré a mi hermana que venga estando tú así? Me caes bien pero así de nervioso que estás no me das mucha confianza...

— llevo esperando verla por años, Francis, tantos que pensé que jamás la encontraría y aquí está — habla como Lirius cuando me vió la primera vez.

— no pue...

Y entonces la puerta de mi casa se abrió, dejándome ver a mi estúpida hermana.

— al fin llegaste, ¿Por qué tardaste tanto? Se supone que me ayudarías con al... — se detuvo en el último escalón de la entrada — . Oye, yo lo he visto en la escuela...

Y como si de un relámpago se tratara, Jae–Sang estaba abrazando a Kitty y ella estaba tanto sorprendida como asustada.

— mía... Mía, mía ¡Por fin! — ¿Mía? ¿Qué es? Jae–Sang parecía estar olfateando a mi hermana y eso de por sí que era raro.

— ah ¿Francis... ? — Kitty intentó safarce de el agarre de Jae–Sang pero entre más quería más parecía enojarse.

— ¡No! ¡No te irás de mi lado! ¡Te encontré y no pienso perderte!

Mi hermana me miró suplicando que la ayudara, y no lo pensé dos veces. Traté de separarlos pero cada vez que trataba de tomar el brazo de mi hermana Jae–Sang comenzaba a gruñir y sus ojos se ponían tan rojos que era como si tuviera conjuntivitis.

— ¡Déjala! — insistía mientras trataba de sujetar el brazo de Kitty para separarla de él — . ¡Que la sueltes! — forcejeé tratando de liberarla.

— ¡No te atrevas!

Jae—Sang me empujó con tal fuerza que sentí como si mi trasero se rompiera al caer al suelo, volví a levantarme con intensión de separarlo de mi hermana nuevamente, pero mi preocupación aumentó cuando ví que el loco pelirrosa trataba de ¿Morderla?

— ¡Francis! — Kitty forcejeaba y por primera vez ví que sus golpes a la entrepierna no funcionaban — . ¡Me quiere morder!

— ¡Déjala... !

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