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-Hola- Una pequeña pelinaranja corrió hasta su padre, Keiko Kageyama, había entrado al gimnasio donde entrenaban los Schweiden Adlers, en donde todos se encontraban descansando luego de el entrenamiento. Todos conocían ya a la pequeña chica que siempre se paseaba por ahí, además de que todos le tenían bastante cariño.

-Oh, Keiko, ¿Que sucede?- Tobio Kageyama, padre de la chica, la miró alzando una ceja mientras que se secaba el sudor con una toalla.

-¡Quiero entrenar! ¿Está el tío Hos...- Fue interrumpida por un grito de alguien, aquel rematador albino y pequeño de el equipo había llegado corriendo hasta donde estaban.

-¡Kiko! ¿Viniste a entrenar con tu querido tío?- Hoshiumi Korai apareció en escena, mientras que le sonreía ampliamente a la chica, la cual repitió su acción mientras asentía varias veces. Kageyama la miraba y veía a su esposo en ella, la veía exactamente igual a Hinata, aunque este dijera que se parecía más a él.

-¡Voy al baño a cambiarme y vuelvo!- La chica corrió hasta el baño, dejando los otros atrás.

-Es igual a Hinat- ¿Kageyama Shoyo...? ¡AHHH, Me confundo!- El mismo pequeño se rascaba la cabeza mientras que miraba al de cabello negro, esto de que se hubieran casado y tomaran el apellido de el más alto lo confundía.

-No te preocupes, yo todavía lo llamo de vez en cuando así. Y por lo otro, yo también creo que se parece mucho, además de que no quiso ser armador...- Y aquellos lo entristeció al principio, le hubiera gustado que su hija jugara en su misma posición, pero con que jugara voley ya estaba feliz.

-Tiene futuro como rematadora externa, le estoy enseñando todo lo que sé y se convertirá en la mejor- El pequeño albino le sonrió y fue a la cancha, en donde ya estaba Keiko precalentando.

-¡Papá!- Aquel grito hizo que todos miraran hacia donde provenía, había llegado la pelirroja hija de el peliverde zurdo. Está había saltado a los brazos de su padre inmediatamente, el cual la recibió con una leve sonrisa y un abrazo.

-Mai, ¿Viniste a entrenar también?- Wakatoshi le preguntó mientras veía a la chica asentir, Mai Ushijima, su pequeña no tan pequeña, que aunque siguiera los pasos de el, su apariencia no iba a cambiar nunca, siempre se parecería a su esposo Satori Tendo.

-Estoy algo enojada, así que pensé que rematar un poco me calmaría, ¡Voy a cambiarme y vuelvo!- La pelirroja fue hasta el baño mientras que su padre la veía con un poco de preocupación. Luego de comenzar a salir con Tendo, descubrió todo el abuso que este recibía, si bien no podía evitar que le sucediera, fue el centro de apoyo de este. Tendo le comentó que posiblemente a un futuro su hija iba a pasar por lo mismo, y aunque fue acertado, Mai no se dejaba intimidar fácilmente, y aunque no se deprimiera, se enojaba y termina golpeando a otros, aunque luego descubrió el que al golpear el balón se tranquilizaba y así comenzó a jugar al voley. Posiblemente aquel día alguien le hubiera dicho algo y por eso se encuentra enojada.

-Ya estoy lista, ¿Vamos?- Entre todo el pensamiento de aquel peliverde, la chica ya se había cambiado y estaba lista para rematar.

-Tío Kag, ¿Podrías colocarme un poco?- Claro estaba que nunca iba a rechazar entrenar un poco más, por lo que asintió mientras iba a la cancha.

-¿Así que también viniste a entrenar?- Keiko miró a la pelirroja, la cual la miró con una sonrisa retadora mientras que tomaba posición.

-Te apuesto a que puedo rematar más que tú- Y sucedía lo típico, enfrentamientos entre ambas chicas, que terminaba con ambas extremadamente cansadas.
Ambos padres no sabían cómo evitar que estuvieran retandose todo el rato, así que solo las dejaban ser.

•🅗🅐🅘🅚🅨🅤🅤 🅝🅔🅧🅣 🅖🅔🅝🅔🅡🅐🅣🅘🅞🅝 •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora