7. Falling

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Desperté en una habitación ajena con cierto olor a lavanda. No me gustaba ese olor, era algo extraño según mis hermanas; todo el mundo amaba ese aborrecible aroma.

—Buenos días—dijo una voz algo ronca.

Vi a Jungkook abrochándome los botones de su clásica ropa de realeza mientras se miraba en un espejo en la pared. Pude ver el reflejo, sólo visualicé sus pectorales antes de que el botón cubriera todo.

Estaba en su habitación, había tardado en percatarme de ello. Ayer en la noche me quedé completamente K.O. allí.

¿Done había dormido él? ¿Conmigo? No, ¿Verdad?

—Ve a tu cuarto y cámbiate, tienes unas clases a las que asistir—dijo abriendo la puerta—no dormí aquí, por si te lo preguntabas.

Qué mal humor presentaba en las mañanas. Al menos me había dado los buenos días, eso era un avance significativo. Me levanté algo perdida aún, ¿No pudieron despertarme? ¿Tuvieron que dejarme allí?

Caminé a mi habitación bostezando del sueño. Me bañé en el pequeño baño de mi habitación. Una bañera pegada a la pared de la izquierda nada más entrar, era cuadrada y cabían como tres personas sentadas allí.

Como me ordenó, asistí a las clases. Baile era sencillo, era más fácil cuando no tenía a mis hermanas juzgándome. Hice el giro limpio y el profesor me aplaudió satisfecho. En idiomas estuve hablando amenamente con la profesora, íbamos cambiando de idioma o incluso mezclando algunos, me sorprendió que supiera dos idiomas más que ella.

Por los pasillos me encontraba de vez en cuando con Jimin y los primos charlando animadamente, pero ni rastro de Jungkook a pesar de ser ya de tarde. Al parecer los horarios no eran tan flexibles para él.

—Jimin, ¿dónde está Jungkook?

Jimin se levantó del sofá. Dijo a loa demás que ahora venía y me indicó con la cabeza que lo siguiera.

—Se fue hace una hora a la ciudad, específicamente a la zona rural como siempre cuando tiene tiempo libre—dijo serio y cruzado de brazos.

—¿Por qué estás tan serio?—pregunté divertida.

Le estrujé los mofletes y este rodó los ojos sonriendo. Sabía sacarle una sonrisa con facilidad.

—Bueno, ya te dije dónde está—dijo volviendo con los demás.

Rápidamente subí a cambiarme dispuesta a buscarlo en la zona rural. Tenía gran curiosidad al pensar que teníamos algo en común.

De la zona rural sólo había tocado el río, no había pasado al otro lado. Estaba ansiosa.

Bajé por el árbol para ahorrarme camino y me dirigí a la esquina por donde salía siempre.

—En poco tiempo anunciaremos el compromiso sino hay ningún contratiempo—oí decir al Rey mientras huía hacia el árbol de siempre para saltar la muralla.

Él estaba en un banco junto a su mujer y unos guardias. Parecía estar feliz de anunciar aquellas palabras; pensaba que me odiaba a muerte.

—No me gusta esa chica, parece sacada del pueblo y de malos modales. Debiste dejarme a mí elegir a la princesa, seguramente cualquier de sus hermanas sería más apta que ella.

¡Qué irritante era! ¿No podía cerrar su boca por unos días? Todo lo que salía de ella era hiriente. Yo tenía una norma: "si no vas a decir nada agradable, cierra la boca".

—Yo pensé en Jungkook más que en las apariencias. Sabes cómo es nuestro hijo, escogí a la más parecida a lo que a él le pudiera agradar; se va a casar no a pasar un finde semana con ella.

Prince Jeon - JK Donde viven las historias. Descúbrelo ahora