Prince Jeon - JK

21. The will

Jungkook y yo estábamos subiendo al mismo sitio donde se anunció nuestro compromiso, esta vez sin guardias o otro tipo de seguridad. Toda la ciudad estaba allí, el ambiente se encontraba tenso, la última vez solté unas chorradas descomunales y no quería que en esta situación ocurriera lo mismo.

—Hablaré yo—dijo Jungkook bajándose la capucha. Ese pelo tapando sus cejas y esos labios finos entre abiertos...joder.

Al subir allí se escucharon aún más susurros.

—¿Ya volvieron tras huir?

—¿Qué pintas son esas?

Me estaban poniendo de mal humor. Cada comentario era más ignorante que el anterior, la mayoría iban hacia Jungkook y no eran nada agradables.

—Ahora mismo el Reino está en guerra con el Reino del Sur—soltó Jungkook de pronto.

Abrí los ojos como platos, ¿Sin rodeos?¿Directos al grano? No sabía que ese era el plan. Me imaginaba que explicaría todo como en al reunión.

Los ciudadanos estaban completamente en silencio. Seguramente no era una noticia agradable y no sabían como reaccionar.

—Quiero que escuchéis cada detalle de lo que voy a decir—dijo Jungkook cogiendo aire y apoyándose en la pequeña valla de metal frente a nosotros.

Cogí su mano notando su tensión. Estaba sudando y temblando.

—El palacio ha sido atacado dos veces; en una dejaron en coma a mi prometida y mi padre—me miró de reojo—la segunda fue el incendio que presenciásteis. La razón por la que no nos encontrábamos en palacio el día del incendio era porque mis primos, mi prometida y yo nos habíamos hospedado en un apartamento que poseo para evitar salir heridos por los infiltrados. Mi madre no nos acompañó por varias razones que serán relevadas dentro de unos días o tal vez semanas—terminó apretando mi mano.

—Ahora mismo nos estamos encargando de la guerra en la que nos encontramos. No tardaréis en saber con detalle sobre ese tema, por ahora mantened la calma y tened fe en el príncipe Jeon, os conviene confiar en él—dije con una sonrisa al final.

—¿Les conviene confiar en mí?—murmuró sonriente.

Asentí bajando de aquel lugar.

El día que nos esperaba era complicado.

Llegamos a la casa y comenzamos a organizar las evacuaciones.  Jungkook estaba centrado en unas hojas tumbado en la cama. Me senté entre sus piernas con otros informes que había que revisar. Jungkook pasó sus brazos por mi cintura y me atrajo a él.

—¿Qué miras tú?

Moví las hojas.

—Economía, Jimin está organizando la agenda, ¿Tú qué haces?

—Las ciudades, hay que ver la población y dónde trasladarla. La casa, la comida...

Comenzó a hablar sobre cifras y nombres de generales que no había escuchado en mi vida. Pero no pude evitar sonreír mientras él hablaba.

Tocaron la puerta llamando nuestra atención.

—Vamos a comer, todos —dijo amenazante Jimin—No pienso comer en silencio y solo de nuevo.

—¿Y Taehyung?

Mierda...

Estábamos en el funeral del Rey. Estos días Jungkook estuvo realmente ocupado, sobretodo evacuando ciudades para concentrar a los ciudadanos en capitales. Lo único realmente preocupante, su enfado conmigo por no contarle el verdadero paradero de Taehyung. Sabía que acabaría sabiéndolo al ir al funeral, pero yo no debía decir nada ya que Taehyung explicaría todo cuando llegara el momento.