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Carajo. Parecía que siempre se las arreglaba para terminarla jodiendo de alguna manera cuando estaba con Matt. Primero hizo que se enamorara de él. Le rompió el corazón y ahora provocaba que se desmayara. De que otra manera iba a conseguir hacer las cosas mal ¿eh?

Arrastró a Matt hasta el sofá y lo acomodó con cuidado mientras en su mente barajaba las posibilidades. Para empezar no debió decirle quien era en realidad, porque la regla más importante entre los jefes de las distintas festividades era que tenían terminantemente prohibido hablar a los humanos acerca de su verdadera naturaleza y Eros había roto esa regla de manera voluntaria.Pero era eso o seguir escuchando a Matt diciendo todas cosas, expresando todas sus dudas e inseguridades que no pudo mantenerse callado por más tiempo.

Observó al inconciente hombre. Matt era guapo, con ese cabello castaño un poco ondulado. Era de porte esbelto, pero atletico, tenía labios delgados que completaban un rostro bastante masculino, pero de cierto modo adorable, en especial cuando sonreía. De hecho su sonrisa era tan expresiva y sus ojos castaños se achinaban cuando lo hacía, con pequeñas arruguitas en los bordes. Eros se quedó un poco descolocado porque no recordaba en que momento empezó a guardar todos esos pequeños detalles sobre Matt.

- Esto es...mierda- se puso de pie con el corazón algo acelerado. Sus ojos se negaban a apartarse de Matt. Sacó su teléfono y llamó a Holly porque necesitaba alguien con quien hablar al respecto, al menos antes dd intentar despertar al guapo escritor. Su amiga tardó un poco en responder, lo que quería decir que no estaba en la ciudad.

-¡Eros! Justo estaba pensando en ir a buscarte ¿En dónde estás?

- En el apartamento de Matt.

-¡¿Qué?! Creí que había dicho que no volverías a buscarlo.

- Lo sé y no iba a hacerlo pero pasaron algunas cosas y yo sólo...Holly tienes que venir a buscarme. Estoy un poco asustado sobre lo que está pasando. Matt se desmayó y no sé que rayos hacer.

-¿Cómo que se desmayó? ¿Por qué?

-Hollly- ella debió escuchar la desesperación en su voz y es que Eros era un tipo muy independiente, hacía las cosas por su cuenta y no le gustaba pedir consejo a nadie, por lo tanto escucharlo sonando asustado debió ser suficiente para hacer sonar las alarmas de la rubia. 

-Okey, las preguntas después. Mándame la dirección para que pueda encontrarte.

- Bien, no tardes.

  Holly no tardó más de quince minutos en aparecer tocando el timbre del apartamento y al nada más entrar le pidió una explicación sobre lo que había sucedido en el parque y como sospechó también se quedó sin palabras cuando le contó la parte en donde Matt pudo verlo usando su arco.

- Pero eso es imposible- murmuró la chica viendo al inconciente hombre en el sofá. - ¿Estás seguro de que estabas cubierto?

-¡Pues claro que si! Los demás chicos que estaban ahí, por los que me acerqué en primer lugar, no me veían. Pero él sí, Holls.

-Okey, okey solo lo decía porque últimamente no estabas demasiado bien. No eras tú mismo y estabas actuando de manera errática así que solo creí que tal vez perdiste un poco tu calma cuando el apreció...- su expresión se tornó pensativa- Sin embargo justo ahora estoy pensando en algo- sus azules ojos seguía puestos en Matt. - Ven conmigo.

-¿Qué? ¡No! - pero ella no le dió tiempo a seguir replicando, lo tomó del brazo y un segundo después estaban en medio de un parque, era de día por lo que estaba  en alguna zona horaria diferente. -¡Holly!

- Shhh, solo quiero probar algo- Obviamente ellos no era visibles porque había algunas personas en los alrededores y no les dieron una segunda mirada- Convoca tu arco.

El Turno de CupidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora