Ichimatsu se ha dedicado a la prostitución gran parte de su vida, o al menos, eso es lo que le han dicho. Sin ningún recuerdo más que su propio nombre, se topa una noche con una iglesia, donde el sacerdote del lugar le da asilo. Ocultándose del mundo bajo el hábito de monja, Ichi se esfuerza por recordar toda la vida que se le ha esfumado, y trata de descifrar qué es lo que le ha pasado, que ha hecho que olvide todo excepto su nombre.