La vida está llena de decisiones, mismas que tarde o temprano terminamos recibiendo las consecuencias de haberlas tomado; la vida en sí, es un remolino de emociones melancólicas, tristes y llenas de felicidad; en mi caso, estas emociones se conjugaban a la perfección, como el frío en el invierno y el calor en el verano. Mis decisiones no eran más que las de una persona intoxicada e incluso enloquecida por amor, a tal grado de no tomar decisiones concisas y para mi beneficio; eso era mi droga, eso era mi cocaína, que me daba las alas para volar lejos, atravesar las estrellas y llenarme de su luz para brillar, incluso más que el sol mismo y sentirme más poderoso que un agujero negro, navegando fuerte y sintiendo miedo de mi realidad. Pero cuando él no estaba, cuando él se alejaba y no sentía sus intensos ojos sobre mi piel, era como si todos mis sueños que habían estado brillando como miles de lunas y soles en la más lejana atmósfera, donde no podían ser tocados por nada ni nadie, se vinieran abajo como lluvia cósmica, haciendo imposible juntarlos otra vez, haciendo imposible si quiera respirar. Todas las decisiones que he tomado me han llevado a este momento, el asqueroso hombre me ve con una sonrisa sarcástica, pero algo me dice que no debo temer, él va a llegar para salvarme. REGISTRADA BAJO DERECHOS DE AUTOR CON LA CLAVE: 565HTD3. CUALQUIER COPIA SIN EL PERMISO PREVIO PARA PUBLICARLA DEL AUTOR, ES UN DELITO HACIA LOS DERECHOS DEL ESCRITOR DE LA OBRA.
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