Capítulo 2. Anónimo

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El autobús anunció su llegada cuando dobló en la curva con su bocina, subimos y fuimos a sentarnos justo en medio como siempre yo en la ventanilla y papá al lado del pasillo cerré mis ojos para quedarme dormido los 40 minutos que duraba el viaje por el monte silvestre que debería haber estado cubierto de nieve cosa que no pude constatar ya que eran las 5:30 de la mañana era obvio que todo estaba aún en penumbras. No se cuanto tiempo me quedé dormido pero abrí los ojos justo a la entrada de Santiago, justo en la Mexicana donde se suponía había pasado todo la semana el día anterior casi a la misma hora, ví hacia ese lado y para mi sorpresa ahí estaban las camionetas, Ellos estaba ahí, incluso todos afuera rodeados por una fogata lo suficientemente grande como para que entraran el calor demasiado apuestos, abrí la ventana para ver mejor la escena y buscar a ese chico que me había tocado de pies a cabeza, pero él no estaba, solo el otro chico de color que le había quitado el dinero a mi padre, todos vestían ropa negra como ayer, no sabía que demonios me estaba pasando pero sentí desilusión al no verlo otra vez. Cerré la ventana cuando el camión pasó frente a ellos.
No habían detenido al camión, y eso era de “regla” nunca se metían con la gente que viajaba en los camiones yo tenía dos teorías la primera era que no se metían nunca a asaltarnos ya que pues era la hora en que toda la gente iba a sus trabajos y no llevaban dinero, o la segunda que los dueños de esta línea de autobuses les daban una cuota para que no se llevaran sus ganancias diarias por algo seguían habiendo camiones. Ya de a partir de ahí ya habíamos entrado a la ciudad, pero el camión nos llevaba hasta el centro justo en un corralón grande donde llegaban y de donde salía ahí era a donde iba a tener que tomar ahí de camión de regreso, como lo hacía siempre que íba a Santiago con papá o Louis. El camión entró al corralón, bajamos y al salir de ese lugar estaba enseguida un mercado a donde la mayoría de la gente que iba en el camión iba a trabajar vendiendo los que llevaban, ya fuera verdura o cualquier otra cosa que llevaran, era un mercado no muy limpio que digamos ya que se quedaba abierto toda la noche y solo los puestos se cerraban con puertas de metal, la gente los usaba de hoteles e incluso baños, no importaba que estuvieran totalmente iluminados, nadie se acercaba ahí por la noche ya que se rumoraba que “ellos” estaban ahí incluso en el día también andaban dando vueltas por ese lugar no sabían porque pero no debería ser por algo bueno y además de que en noche si había lugares en los puestos donde reinaba la obscuridad y también podía haber borrachos y drogadictos pero a esa hora del día a las seis de la madrugada la gente ya empezaba a abrir sus negocios y las personas que iban a trabajar a otras partes de la ciudad especialmente que venían del pueblo tenían que pasar por el mercado ya que al otro extremo de este estaba la parada de los camiones de que andaban por toda la ciudad y las tiendas de auto servicio y de ropa también estaba de aquel lado, nosotros íbamos a esa otra para de camiones, ya que para ir a la universidad teníamos que tomar dos camiones el del pueblo y ese que íbamos a ir subirnos para que nos llevara a la escuela tan deseada por mi, ese no iba a ser un viaje tan largo, solo quince minutos ya ahí no había riesgo de que “ellos” llegaran ya que ahora estábamos justo en el centro.
Sabía que ese camino a diario iba a ser un poco frustrante tomar dos camiones a diario no era algo muy lindo que digamos pero yo no tenía problemas para adaptarme, iba a acostumbrarme rápido a hacer eso todo el tiempo, mas porque tenía la esperanza de ver a ese mafioso a diario en el camión.
Llegamos a la universidad a las 6:45 de la mañana, la cita para pagar el examen iba a ser a las siete de la mañana, al menos el sol ya estaba saliendo pero las nubes impedían que este saliera, era una hermosa mañana perlada posibilidades de lluvia, aquí no había nevado por una extraña razón.
Autos muy lujosos empezaban a llegar a las instalaciones, muchos iban acompañados de sus padres justo como yo iba acompañado ya que era un día muy importante, muchos llegaban hablando por teléfonos muy caros, de los que todo adolecente quería, sus padres iban de traje y se veían muy finos, pero aún así y a pesar de todo eso me robé la mirada de todas las chicas cuando me vieron llegar al lado de mi padre.
-Les diremos la verdad.- incitó mi padre cuando llegamos a la oficinas donde estaban la secretarias.
-Solo espero que funcione papá. Esta es la mejor universidad de la ciudad.
-Pobre de ti que no pases el examen.- me advirtió con mirada ciega.
-eso es un insulto para mi, pero primero preocupémonos porque me den la oportunidad de presentarlo.
-El siguiente por favor.- llamó una secretaria rubia de cabello rizado, era bonita pero no podía estar coqueteando en esas circunstancias, pasamos hasta ella y nos sentamos sonrió amablemente.-¿ en que puedo ayudarles? Mi nombre es Karina.
-Mucho gusto, soy Liam Payne.- me presenté educadamente. Estreche mi mano y luego Carl se presentó.
-¡oh! Tu, aquí tengo tu recibo.- yo mire a mi padre confundido, ella rebuscó entre sus papeles desordenados que tenía sobre el escritorio y me dio un papel, mas bien era un recibo donde constaba que ya había pagado el examen de admisión.
-Yo no he pagado el examen.- le dije confundido.
-Ya lo sé, tu no lo pagaste, pero un chico vino a pagarlo hace unos momentos, se acaba de ir, me dijo que tenía un día muy ocupado que el recibo te lo diera a ti que estaba por llegar.
-¿Louis?- me preguntó papá sonriendo.
-¿Cómo era él?- pregunté interesado, aunque de ante manos sabía que había sido Louis.- ¿Cómo se llama?
-No me dijo su nombre, pero era un chico alto, muy apuesto.- sin duda era Louis, todas se quedaban impactadas por sus ojos azules. No necesité pedir mas detalles. Nos despedimos de ellas y salimos de ahí.
-Una vez mas Louis nos saca de una.- dijo papá feliz.
-No se como se lo pagaremos pero lo haremos.- dije feliz.
-Bueno Liam, esto es mejor que cualquier explicación que pudimos haber dado, así que ahora lo único que pienso en hacer es in a trabajar en el camión para pagarle a Louis, pero ahora no tenemos viajes, así que se que hay un trabajo de obrero en una construcción aquí en la ciudad, así que iré a trabajar, nos vemos en casa y Liam mucha suerte en el examen.
-No me habías dicho nada de ese trabajo.- dije impresionado.
-Me lo dijeron hoy cuando esperábamos el camión, no escuchaste porque te pusiste esas cosas.- señaló mis audífonos, sonreía.
-Bueno papá, ve que te valla bien y prometo hacer lo mejor en el emanen.
-Ni siquiera lo dudo.- me abrazó y me dejó ahí en pleno campus de la universidad, rebusque en mi mochila la guía del examen que había descargado de internet con la intención de repasar un poco aunque al decir verdad no necesitaba hacer eso, gracias al cielo mi mente era fotográfica y todo lo tenía perfectamente guardado en mi cabeza, pero para pasar el tiempo y esperar la hora del emanen llegara, la encontré entre mi libro de Hamlet de William Shakespeare, era una vergüenza sacar en público ese libro ya que estaba terriblemente manoseado y la portada ya no tenía exactamente una buena presentación debido a que lo leía todo el tiempo, incluso tenía memorizado gran parte de el si no era que todo, saqué la guía y lo guarde una vez mas en mi mochila.
Estos examines por lo regular siempre trataban de confundir con sus palabras y preguntas por lo que tenía que asegurarme de leer al menos unas diez veces para comprender el verdadero significado de la pregunta en cuestión y si yo era capaz de comprender las palabras escritas en las obras de Shakespeare que eran una metáfora en su totalidad, no iba a tener problema en comprender una pregunta en doble sentido.
-¿Estas esperando el examen?- me interrumpió una voz masculina cuando mas sumido estaba en mi guía de examen, levanté la mirada y me encontré con la de un chico desorientado de cabello castaño y grandes ojos cafés.
-Si, creo que solo faltan 20 minutos.- revisé mi reloj
-Por un momento pensé que ya había iniciado.- dijo aliviado.
-Legaste a buen tiempo.- le dije con una sonrisa.
-¿Puedo esperar aquí contigo? No conozco a nadie.
-Claro, a mi también me haría bien empezar a conocer gente aquí.
-Genial entonces.- se sentó a mi lado en esa jardinera en el patio de la inmensa universidad.- ¿Eres de aquí de Santiago?
-No, yo soy de Monfort.
-¿el pueblo?
-Exacto.
-Wow, dicen que para haya esta muy feo, no me refiero al lugar, me refiero a la inseguridad, ya vez que ahí es donde están los vejos esos.
-Si, pero no se meten con la gente común del pueblo, por lo regular solo se meten con los millonarios, uno que apenas tiene para pasar los días que no tenemos riquezas pues simplemente no tiene porque meterse con nosotros.- al parecer quise omitir el tema del asalto de un día anterior.
-Bueno eso es verdad. Por cierto, soy Joseph Stevens
-Liam Payne.- estreché su mano.- ¿tu si eres de aquí?
-Si, vivo a unas cuadras de aquí.
-¿aún así te asustaste por llegar tarde?
-De hecho.- aceptó apenado, yo me reí.- ¿a que hora te levantas? Digo, desde este punto de la ciudad Monfort esta retirado.
-4:45 de la madrugada.
-Eso es demasiado temprano, no creo poder soportarlo.
-eso no es nada, hay pueblos mucho mas metidos y personas de ahí vienen a las universidades a Santiago, creo que ellos simplemente no duermen nada.
-eso se le llama amor por el estudio.
-Exacto.- acepte sonriendo.
De pronto vimos como un auto de lujo llegó, era un chico demasiado elegante, no era guapo, pero todos lo veían por su auto.
-Al parecer el hijo del gobernador decidió venir a la escuela.-dijo Joseph.
-¿Cómo?
-Si, él es hijo de un millonario empresario en la ciudad pero es obvio que ni siquiera se molestará en presentar el examen de admisión, para estas alturas su padre debió haberlo comprado.
-¿es posible comprar el exmane?- pregunté impresionado
-Si, incluso en esta universidad que se supone son de las mejores el dinero manda como en todo.
-Eso no es justo.- dije indignado.- se supone que todo debe ser igual para todos los alumnos.
-Díselo a los altos ejecutivos y directivos de este lugar.
-Bueno, cada quien.- acepté y seguí repasando.
-Liam, vayamos al salón donde se aplicará el examen, aquí hace mucho frio.
-Para mi esta bien aquí, pero vamos.- tomé mi mochila y caminamos, juntos, él debería saber donde se iba a presentar el examen ya que no tenía ni la menor idea de donde estaba, mi opción era cuando faltara poco tiempo empezar a buscarlo como loco y si no encontraba nada, pedir informes a uno de los alumnos que eran de nuevo ingreso que se encontraban en ese lugar.
Joseph me siguió contando sobre su vida no era un chico de buena posición social, era mas bien un chico con las mismas posibilidades económicas que yo con la única diferencia que él vivía en Santiago, la ciudad y yo en Monfort, un pueblo que al parecer tenía muy mala fama por estos lados. Llegamos a un salón con un letrero por encima que indicaba que la aplicación de los exámenes iban a ser ahí, entramos sin inconvenientes, las chicas que ya estaban ahí esperando no me quitaron la vista de encima, les sonreí por cortesía, un chico estaba en medio de ellas, se levantó de inmediato y vino hasta mi cuando me senté.
-Hola Guapo.- me saludó mientras se sentó en el pupitre frente al mío.
-Hola.- saludé amablemente.
-Soy Jovani, y me preguntaba si te gustaría salir conmigo.- Me quedé atónito frente a sus palabras, nunca antes un chico había intentado un movimiento conmigo, además a mi no me gustaban los chicos…. Bueno él no.
-Lo siento, en verdad aprecio tu invitación es muy alegador para mi pero…. No.- hablé lo mas amablemente posible.
-¿Tienes novio?- ¿enserio? ¿parecía gay?
-No, de hecho estoy soltero, pero me gustan las chicas, pero de cualquier, manera muchas gracias.
-Oh, entiendo, no te preocupes, soy Jovani y lo que se te ofrezca.
-Liam Payne, muchas gracias.- estreché su mano, caminó decepcionado hasta sentarse atrás con las chicas que estaba.
-Al parecer serás todo un rompecorazones aquí.- me felicitó Joseph con una sonrisa.
-Lástima que no este interesado en una relación ahora, quiero concentrarme en la universidad.
-Puedes usar a las chicas solo para sexo, míralas como te miran, puede hacer lo que quieras con la mayoría.
-Ese no es mi estilo, me gustan las relaciones serias, no los “free”
-Eres demasiado aburrido Liam.- se quejó, sonreí y me senté recto para leer el cartel que estaba encima del pizarrón interactivo.
Joseph tenía razón, las chicas y al parecer algunos chicos me estaban viendo con muy buenos ojos, yo no estaba acostumbrado a eso ya que me conocían de siempre en Monfort, me vieron crecer y pues si les podía parecer atractivo, pero el verme a diario perdía el encanto, asi fue en la primaria, secundaria y preparatoria, pero aquí yo era el chico nuevo, y bueno a comparación de todos y sin hacerlos menos ni mucho menos buscar criticarlos, yo era blanco, alto, ojos café-miel, musculoso y alto, por algo “ellos” me querían llevar para prostituirme y a diferencia de los chicos de aquí ellos eran morenos, de costa estatura, ojos café oscuros demasiado flacos o pasados de peso, yo era la novedad de ese lugar.
Unos minutos mas tarde el chico que Joseph me había dicho que era hijo de gente importante, se sentó frente a mi sacó su teléfono inteligente con una manzana al reverso, era muy presumido, me cayó mal, no le presté atención. Lugo unos minutos mas tarde un maestro entró, al parecer era quien nos iba aplicar el examen.
-Buenos días jóvenes, yo les aplicaré el examen de admisión, espero que hayan leído las reglas en internet, no copear, no hacer ruido, entregar el examen cuando los 50 minutos terminen, no antes, no después, los resultados serán publicados en la página oficial de internet donde obtuvieron la información dentro de 4 días, tienen que sacar 70 preguntas correctas de 100 para poder pasar, así que buena suerte.
Saqué lápiz y borrador, no saqué calculadora ya que no confiaba en ellas, prefería hacer los procedimientos en mi mente. Nombró a todos, pero a mi y a el junior millonario no nos nombró, hasta que unos una secretaria trajo nuestros exámenes, los revisó y negó con la cabeza, ¿Por qué había hecho eso? Luego decepcionado mencionó nuestros nombres, me levanté, lo tomé y regresé a mi lugar, pero cuando iba a empezar a contestar en el examen había algo extraño, donde estaba la calificación ya estaba un 100 sin siquiera haberlo contestado, incluso los incisos ya estaba rellenados, me levante discretamente y caminé hacia el profesor.
-No tiendo, ¿Por qué ya esta contestado?- pregunté despacio y sin rodeos.
-¿No es obvio señor Payne? – me preguntó en voz baja.- ya esta dentro, no necesita contestar nada, al parecer su familia es demasiado influyente, comprar un examen aquí no es nada barato.
-Pero nosotros no hicimos eso, ni siquiera tenemos dinero para comer.- acepté dudoso.
-Bueno, entonces es alguien conocido con mucho poder que tiene interés por usted. Ahora pase a su asiento, quédese quieto por los próximos 50 minutos para que nadie sospeche.
Me giré a mi lugar mas confundido que nunca. ¿Quién había pagado mi lugar en la universidad? Yo no concia a nadie con demasiado poder o bueno no se si mi papá tuviera algo que ver con todo esto, de cualquier forma me sentía como un tramposo, justo como ese junior presumido que estaba a mi lado, pero al parecer no podía hacer nada al respecto. Leí las preguntas y sin ver las respuestas previamente rellenadas por alguien y todas estaban correctas, así que mi alma se tranquilizó un poco cuando me di cuenta que aunque lo hubiera contestado yo, todas mis respuestas hubieran sido correctas. Joseph lucía completamente nervioso, al parecer no sabía nada, por lo que cuando el profesor salió por unos momentos tomé su hoja de respuestas y tan rápido como canta un gallo contesté todo su examen, se lo devolví y me agradeció con la mirada, el profesor entró y me quedé quieto, espere que la hora de entregar el examen me levanté y lo entregué, salí de ese lugar con miles de cosas en mi cabeza, Louis había quedado completamente descartado por la razón de que él no era millonario e importante para poder pagar un examen contestado, tal vez pagarlo por mi, pero esto rebasaba cualquier cosa que yo pudiera imaginar ¿Quién había hecho eso? Iba a tener que hablar seriamente con papá, tal vez fue alguien a quien le contó la situación, para una persona de las que había trabajado, aunque pesando bien las cosas no tenía porque estresarme, ya estaba dentro y aunque no fuera una manera exactamente legal tenía que aceptar que esto me quitaba un gran peso de encima.

Magnificencia (ziam)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora