Aegea no tenía más que un par de recuerdos felices en su vida, eran tan pocos que podía contarlos con los dedos de sus manos. En cuanto a recuerdos malos tenia demasiados, tantos que a veces olvidaba algunos, pero tenía un recuerdo que la había marcado de por vida, un recuerdo que hacía que todos a su alrededor creyeran que estaba loca, un recuerdo que involucraba a las profundidades del mar y criaturas marinas, monstruos que nadie creía de su existencia. Ella misma se había convencido que había perdido la cordura y que su vida era tan miserable que no valía la pena vivirla, pero Seokjin, el mismo que le causaba pesadillas, le haría cambiar de opinión y abrirle los ojos con el mundo que conoce, además de descubrir lo que significa la valentía y el amor.