En el tejido complejo de nuestra existencia, nos vemos inmersos en un mundo saturado de temores, ignorancia, egoísmo y aflicciones. Un escenario donde la oscuridad, el rencor y la ira parecen enraizar en el corazón humano y en la sociedad misma. Mi propósito, sin embargo, es trascender esa perspectiva. Quiero hablar de la luz, la esperanza, el amor, la fe, la compasión, la sabiduría y el conocimiento. Este no es un tratado sobre religión, sino la expresión de una experiencia singular: la capacidad de sentir las energías que nos rodean, recordar vidas anteriores y percibir la bondad intrínseca en cada ser. Puedes no creer en nada de lo que digo y es lógico, pero de lo que puedes estar seguro es que mi única intención al compartir todo esto es hacer el bien y que la gente sepa que hay un lugar dónde el sol siempre brilla y que un pedazo de ese lugar se encuentra en el corazón de cada uno de nosotros. Este es mi pensamiento. No hay necesidad de templos. No hay necesidad de una filosofía complicada. Nuestro propio cerebro y nuestro propio corazón es el templo y la filosofía es la bondad. *Esta información es una interpretación experiencial, puedes elegir no creer mis palabras o usarlas como apoyo para forjar tu verdad. Créditos: Hay fragmentos sacados del sitio web: donde el sol nunca deja de brillar.
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