Quizá bajo mí propia apreciación, los acontecimientos más extraños siempre rondaban en torno a Choi Yeonjun, un chico de diecisiete años, estudiante de mi instituto. A lo lejos cada día podía observar cada mañana desde la ventana de mi aula su llegada al instituto, una llegada plagada de personas alrededor suyo sonriendo por su presencia, un hecho que también se repetía en mi rostro ya acostumbrado al pensamiento ¿qué más puedo hacer?