El Chico Usurpador De Mundos

14

Especial de navidad

2/2

(Un recuerdo)

—¿Me explicas de nuevo?—preguntó aquel niño por décima vez en aquel día grisáceo, la temperatura del día había cambiado tan repentino.

—la depresión es—intento explicar lo que había leído una vez por internet.

—¡no de esa manera!—interrumpió—Explicalo desde tu punto de vista—Reclamó aquel mocoso que el tanto quería, su hermano es algo especial, siempre intenta investigar las emociones.

—Cuando estás con depresión, no te das cuenta al principio—hizo una pausa mientras prendía su séptimo cigarrillo—Miras a tu alrededor y todos se ven tan diferente, desde tu perspectiva—Cala de una forma tan profundo, deleitándose en aquel elemento que poco a poco lo mata—avanzas en cámara lenta como si el tiempo se detuviera, miras a tu alrededor y te sientes diferente, mientras que algunas personas están en su universo, riendo en su mundo—respiro de una forma tan profundo, pensando en que decir a continuación— Y tu estás ahí, existiendo, porque si—dijo mientras reía de forma nostálgica—agarras tu sudadera, te colocas tu capucha y agachas tu mirada, todo eso, mientras pones tus manos en los bolsillos delantero de está, y es ahí en donde piensas y te das cuenta que estás en una profunda depresión...y lo peor de todo es que nadie está en ese preciso momento para calmar tus agonías—dijo en un susurro, su hermano menor escucho todo con suma atención, incluso aquel susurro casi inaudible, hubiera sido incomodo si le preguntase de nuevo..

Entonces el menor dijo:

—Es como morir, aún cuando estás vivo ¿verdad?— el menor no pudo evitar su curiosidad—Asi que eso es tener depresión—pensó en voz baja.

—Si hermanito, eso es tener depresión.

(Fin del recuerdo)

Steven recuerda todo eso, justo en una seción grupal, se levantó de un salto, todo en la sala lo miran atento.

—Acabo de recordar, ¡que tengo un hermanito!—ni apenas terminó de decirlo, la puerta se abre de forma bruta, en la entrada se divisa a las mismas personas que se llevaron a Jack.

—¡Stevens!—megan corre hacia el, en un intento de detener a los que se querían llevar a su novio—¡corre Steven, corre!—grito con todas sus fuerzas, todos en la pequeña sala, intentan ayudarlo en su intento de fuga.
Stevens uso toda su fuerza para liberarse, y corre por los pasillos que ya conoce, pero es en vano, los del personal hacen más difícil su huida, poniéndose sobre su camino y tirando cosas por el pasillo.

Una cocinera siempre que tuvo un collar de perlas, está al darse cuenta de que uno de los paciente se daba a la fuga, no dudo en romperlo y exparsir las perlas por todo el pasillo, obteniendo su objetivo, detener a steven.

Los desconocidos agarran a steven, lo atan como si se tratase de un animal y lo duermen de un golpe en la nuca.

Sus oídos aún pueden captar los gritos de su amada.

—¡No me dejes! ¡¡¡stevens no te vayas!!!— Megan lleva ahí varios años, la mayor parte del tiempo se sintió sola, las cosas cambiaron cuando llego Steven aquel día, se conocieron en una sección, la primera vez que hablaron se detestaron pero eso no detuvo al idiota de cupido.

Steven despierta en la camilla de un hospital, ah estado en terapia intensiva hace seis años, su hermano siempre fue a verlo, se quedaba hasta dormirse. La luz del lugar, no dejaba que Steven vieran bien, sentía su cuerpo pesado y tenía mucha sed, estiró su mano hacia la mesita de al lado de la camilla, buscando agua, en eso un vaso de vidrio cae al suelo, haciéndose añicos. El ruido hizo que las personas que se encontraban en el lugar dormiendo, se despertarán de golpe.

—¡Hermano!— el menor de la familia fue el primero en reaccionar, corrió hasta la camilla en donde se encuentra su hermano mayor.

—¿Que?—Stevens devuelve el abrazo a su hermanito, intentando entender la situación.

Entonces lo recordó

Ese día del accidente, una tormenta se escuchó en toda la casa, estaba tomando con sus colegas, intentando olvidar a su novia, ella lo había dejado por su mejor amigo, en medio de su dolor agarró las llaves del auto de unos de sus amigos, se dirigió hacía el garaje sin que nadie lo viera, tomo rumbo hacia las carreteras, siendo consiente de que no debía estar manejando, pero su lado estúpidos quería llorarle a su ex.

Las llantas patinaron a causa de la lluvia, el auto quedó de costado y dio cuatro o más vuelta sobre las calles, dejando así a Stevens inconsciente por seis años.

—¡Megan!— se separó de los brazos de su hermano menor, para intentar incorporarse de pie.

—stevens, debes calmarte—su madre intenta calmarlo.

—Pero megan me necesita—steven replicó

—¿Quien es Megan?—pregunto Susan su ex, ella se sentía culpable por el accidente que tuvo  steven, ya que por su culpa se puso a beber ese día y provocó ese accidente.

—Mi novia—contesto de manera inmediata, alejándose del toque de Susan.

—¡cariño, has estado en coma desde hace 6 años!—Reclamo su madre de manera inmediata.

Steven en ese instante se dio cuenta que todo lo que había conocido en ese psiquiátrico era solo un sueño, sintió impotencia, porque había sido feliz con alguien que realmente lo amo.

Soltó un gran suspiro de frustración y callo de rodillas, aún así tenía la pequeña esperanza de que solo era un sueño más y que despertaría en unos minutos, volvería a esa habitación tan horrible, pero tendría una razón para seguir.

— ¡Megan!— Grito y se removió violento, intentando safarse de las garras de su familia en su intento de calmarlo. Varios médicos vinieron al escuchar las agonías del pobre chico que llora sin parar. Se niega a creer que solo fue un sueño.

En el mismo piso,  se encuentran varios pacientes más, que terminaron en coma, en diferentes accidentes y ocacciones, algunos llevan un año, otros varios y algunos apenas semanas. Familiares de otros pacientes salían de la habitación en donde habita un familiar o amigo cercano que también quedaron en coma, para solo ver el escándalo que hacía Steven.

Solo a unas cuantas habitaciónes, se encuentra el cuerpo inerte de Megan Robinson, una chica pelirroja de unos intensos ojos azules, ella a estado en coma, hace ya dieciséis años.