El Chico Usurpador De Mundos

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Si tuvieras la oportunidad, ¿abandonarías tu pasado?

Cuervo

Desperté en una habitación, quisiera decir que es de un hospital, pero no, es un poco extraña, a decir verdad, tiene un estilo un tanto atípico.

Hace unos días, las personas que entraban y salían de está habitación, me explicaron que estoy internada por razones que desconozco, pregunté el por qué, pero esquivan mis preguntas, según ellos, mi nombre es Georgina, también me explicaron que todos los días a la misma hora me darán mis medicamentos, incluso indicaron que mí conducta no le agradaba a mis padres.

fue en ese momento en donde comprendí el por qué estoy en este lugar, pero no logro recordar las acciones que pude haber hecho y que pudieron haber ofendido a mis progenitores.

estoy en blanco, después de pensar tanto me di por vencida.

Decidí investigar la habitación, es algo espaciosa puesto que sólo tiene una cama con

sabanas demasiadas blancas, una mesita de luz color pardo al lado de esta, un ropero cobrizo algo viejo junto a la puerta que lleva al baño, además de una tercera puerta, de la cual desconozco lo que hay en su interior.

Sólo hay una ventana sencilla y un escritorio con una sillita que van a juego, a los pies de la cama se encuentra un baúl que, ni en un intento de saqueó, se abrirá.

Me acerque muy sosegada y me tiré sobre mí cama ya conocida, miré hacia arriba algo perezosa, una pintura se mostraba, mi cerebro no logró identificar lo que estaba plasmado.

sin darme cuenta mis párpados empezaron a pesar de tanta medicina que llevaba en mí sistema y lentamente me deje llevar por los brazos de Zeus.

Cada vez que cierro mis ojos retorno al mismo lugar, empiezo a creer que es un mundo creado por culpa de las pastillas que me obligan a alucinar y crear mundos de fantasía con mí escasa imaginación.

Donde antes había blanco, hay árboles y plantas como si imitara un intento de bosque elegante y de ensueño.

Descubrí que a medida que avanzaba, algo nuevo surgía sobre mis pasos, caminos rocosos abundantes malezas incluso hasta fragancias, pero, hay algo diferente esta vez.

una gran residencia salía a luz al otro lado del camino, grande fue mi sorpresa al pensar que la droga de la medicación llegase tan lejos, mientras me acercaba sentía pusilanimidad cruzar por mí cuerpo, dudando sobre mis pasos, pero como soy terca seguí caminando.

Estando ya en las escaleras del pórtico, unos cuervos surgieron de alguna parte de aquel bosque y uno a uno me empezaron a picotear.

en un intento desesperado volví sobre mis pasos, intentando zafarme de los ataques de aquellos pequeños monstruos.

Corrí como si mi vida dependiera de ello, es que así es, una vez que sentí que estaba lo suficiente lejos y a salvo me tomé un tiempo para intentar asimilar la situación.