1

111 13 0
                                        

Primero que todo, gracias a la editorial trébol por la portada.


Miras el mundo afuera

mientras estás enterrado,

Vivo.

Llevo mí corazón aquí en mí manga, pero no puedes ver, nadie ve.

El renacimiento

No me acuerdo exactamente como sucedió, sólo sé que pasó, sólo se ve blanco a mí alrededor, me encuentro flotando sin ninguna razón, mi cuerpo se encuentra semi desnudo.

Miro hacia arriba lo único que visualizo es blanco, podría decirse que me siento en paz de una manera extraña, siempre me he preguntado si alguna vez todo lo que sucede ya está escrito sobre las nubes con alguna tinta invisible.

Preguntas, tengo demasiadas.

Por empezar.

—¿Quién soy? —me pregunté, miré a mí alrededor girando en mí lugar mientras que mi cuerpo sigue flotando.

Buscando respuestas giré mi cabeza en ambas direcciones, buscando a alguien, pero, ni un alma se encuentra.

—¿Holaaa...Hay alguien aquí? —volví a preguntar a la nada.

—Las rosas blancas se vuelven negras... —se detuvo por unos segundos —y las negras se vuelven blancas —sólo eso escuché a lo lejos, casi como un susurro.

Entré en pánico al no ver al autor de aquella voz tan profunda y algo rasposa.

Mi pecho empezó arder, como si me quemaran con lava, luego caí al vacío como si algo me arrastrara con todas sus fuerzas, metros tras metros, hasta que toqué fondo, articulé un gemido de dolor, mi cuerpo se estrelló contra el suelo de manera bruta.

Me retorcí a causa del golpe y al mismo tiempo me quedé sin aire en mis pulmones; con pesadez intente incorporarme, pero a su vez terminé de rodillas rendida ante el dolor, quejándome de la punzadas que sentía en todo mí ser.

Cortadas tras cortadas empezaron a aparecer, como si una fuerza invisible estuviera enojada conmigo; el color carmín se empezó a notar en un abrir y cerrar de ojos, mi sangre se escurría por todo el suelo de una manera tan rápida, hasta que mí cuerpo completo cedió a rendirse.

Intente gritar, sacudirme, algo.

¡Pero nada!

¿Dónde está esa paz que tenía hace unos instantes?

—Lo prometiste —escuché nuevamente, está vez aquella voz era diferente, como si quisiera llorar hasta morir —¡Prometiste que no me dejarías solo!.

¿Yo hice una promesa?, Pero ¿Por qué? O mejor dicho ¿A quién?

Por más que intenté no lo logré recordar.

Esperé a que llegara mí hora, cada segundo era como una eternidad.

Di un respiro de golpe, llenando mis pulmones, intentando calmar mí respiración, pero cada inhalación me quemaba por dentro.

—Ahhhh —un grito ahogado es lo único que pude emitir después de varios intentos.

Mi sangre empezó a cobrar vida propia convirtiendo cada gota que escurrió de mí cuerpo en materia, debajo de mí sentí algo rocoso y puntiagudo lastimándome, como si algo de la nada lo hubieran puesto ahí para mí.

Alrededor aparecieron árboles, demasiados y de todos los tamaños, creación de mí propia sangre, sorprendida di un respingo, levantándome en seco.

Retrocediendo sobres mis pasos choqué contra algo duro, al voltear me di cuenta que era un árbol enorme de jacaranda. pude escuchar cómo algo crujía en su interior; de la nada, el árbol poco a poco se hizo cenizas y se desvaneció con el viento.

Miré desconcertada la escena, me costaba creer lo que sucedía en este lugar, lo que era blanco empezó a retornarse de manera un tanto distinta y descabellada, el cielo era diferente, el universo se veía en él, los planetas eran bastante visibles y demasiado cercanos.

Unas cuantas gotas de lluvia no dudaron en aparecer, pero estas no eran exactamente agua, era una lluvia de estrellas fugases.

Un mundo nuevo acaba de nacer y con él, atrajo almas dormidas.

Hola!!! Esta es la primera historia que he escrito.

Espero y me tengan paciencia. No soy muy buena en esto. Pero me estoy esforzando a hacerlo bien.

Espero y os guste!!!

No olviden comentar. Me ayudarían mucho si lo hicieran.

El Chico Usurpador De MundosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora