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Salimos del comedor dirigiéndonos a los pasillos, algunos pacientes van en grupos de seis o tres, yo  decidí seguir sola, apresurando los pasos, una conserje se encarga de mostrarnos el lugar, mientras que los demás pacientes hablan y parlotear entre ellos.

yo pienso en lo sucedido de hoy, repasando una y otra vez por si se me había escapado algo de las manos, fue un día muy extraño y agotador para mí.

Mientras que me inundo en mis pensamientos, me encontré en un pasillo totalmente diferente.

¿como? ¿en que momento me desvíe otra vez?

El suelo es de azulejos de color algo blanco, ya que está mugroso no se distingue de que color es, las paredes están manchadas de color amarillento debido a la humedad del lugar.

inspeccionando me di cuenta de que no se encuentra ninguna alma en el lugar.

Hay varias puertas todas añejas y podridas, algunas totalmente abiertas y otras que no se distinguían si lo eran, seguí caminando hasta que me detuve al ver a la misma niña, en ese momento está sentada en el medio del pasillo, tararea la misma melodía.

hasta que siente mi presencia, se da vuelta para verme,  nuestras miradas se cruzan, la impresión que siento al verla sigue siendo la misma, y como siempre ¡No tiene rostro! Oh genial ¿acaso nadie aquí tiene rostro? La pequeña se levanta de su lugar, da pequeños pasos hasta llegar a mí y me extiende su mano, en señal para que yo le dé la mía, dude un poco, pero cedí al final.

Después de todo, es mejor morir en una fantasía que en la vida real.

¿Miedo a sentir dolor? ¿Cómo crees?

La niña me jala con su pequeño cuerpo por el mismo pasillo, hasta dar con una puerta de color rojo algo descolorada, pero bien cuidada, no puedo evitar caminar para atrás, mis piernas se paralizan, sin dudas esa puerta de algún modo me es familiar.

Ella se voltea para mirarme, intentado  transmitir seguridad.

—No tengas miedo—me dice mientras que levanta su mano hacia mí dirección.

Extiendo mi mano y ella la agarra, seguimos caminando.

— ¿Dónde estamos? — no puedo evitar preguntar.

—No puedo contestar esa pregunta—responde—pero, lo único que puedo decir que lo sabrás  pronto—Ella habré aquella puerta y me adentro hacia el interior.

Veo aquella niña del tapado rojo, esta sobre una camilla (de ginecología para practica de  medical y juegos de sadomasoquistas) con mordaza y totalmente atada.

¡Pero qué mierda!

¿Qué está pasando? no puedo evitar escuchar el nombre de la psicóloga "casandra".

la psicóloga entra en la habitación y los enfermeros que están ahí o lo que sea quienes son esas personas, abandonan el lugar, la mujer cierra la puerta y retira la mordaza de la niña.

lo cual ella aprovecha la situación y le echa un escupitajo en la cara, la psicóloga hace una mueca y vuelve a colocar la mordaza en su lugar, recorre al otro lado de la habitación y trae una muñeca.

—¿A dónde vas cada vez que te ausentas de la realidad?— pregunta de forma cínica y burlona.

El Chico Usurpador De MundosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora