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Especial de navidad

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Cuando alguien recupera su memoria, vuelve a casa.

Steven se encuentra leyendo pasifico en el patio del psiquiatra, el clima era relajante, la luz del día roposa sobre un árbol a su vez crea pequeñas luces sobre el verdoso césped, un lindo día para leer lo cual calma al alma insegura. El lleva en ese lugar casi como seis años y medio, dejó de preguntar por sus raíz hace mucho tiempo, no por que dejó de interesarle, si no porque su insistencia no funciona con el personal de aquel lugar y si, Steven es una persona que convence con su carisma.

—¿¡Acaso eso es lo único lo que te importa!?—Unos gritos llamaron la atención del aludido y la de sus amigos.

A unos metros de el, una chica le da unas madrisas al famoso chico adans, famoso por sus bromas bastantes pesadas. Se levantó al igual que varios pacientes, a ver cómo le dan sus palisas a risitas.

Demián, era el encargado del área en donde controla a los pacientes que se le asigna a cada guardián, era un día más, pero eso cambió al darse cuenta que la chica recién llegada, inicio una pelea, fue corriendo hacia el enfrentamiento a intentar separarlos , la chica no para de golpear al pobre de adans.

—Chiquita pero peligrosa—comenta William de manera divertido.

—Ni que me lo digas—responde Steven.

—creo que ya sabemos, con quien no buscar pleitos—megan, es la novia de Steven.—escuché que hoy en la madrugada, escapó de su habitación, aún no saben cómo lo hizo, suertuda la niña-comento, Megan lleva ahí más años que todos los demás. Ella perdió la esperanza de salir hace mucho tiempo.

—¡Carajo!—Todos los presentes presenciaron como le partían la Noés al pobre del encargado.

—Uhhhh—se escuchó en todo el patio, más que nada en los chicos—Hasta a mí me dolió y eso que soy mujer— Grace apareció, ella a estado ahí hace un año, cada vez que intenta escapar, la traen de vuelta.

Varios guardias se dirigen hacía la novata, todos sabían lo que le esperaba a la pobre, eso ya es bastante normal. Le inyectaron un calmante para dormirla, unos de los guardias la cargo como costal de papa, lo hacía con tanta facilidad, como si no pesará nada.
Otro guardia ayudaba a Demián a incorporarse, este aún seguía quejándose.

—¡Vuelvan a lo suyo!—ordeno otras de las sicóloga del establecimiento.

—Es mejor que hagamos caso, o terminaremos igual que la enana—
willian apresuro a decir.—si tienes razón, ¡no quiero volver a estar encerrada!-articulo Megan asustada.

Todos volvimos hacía dónde habíamos dejado los libros, para seguir en donde estábamos.

Todos estamos de acuerdo en algo, no volver a estar dentro de cuatro paredes, la mayoría hemos obtenido claustrofobia.

—oigan, ya ha pasado una semana desde que Jack volvió a su casa—
grace, volvió a sacar el tema—Se supone que debió haber mandado cartas ¿No?—preguntó dudosa.

Hace unas semanas Jack volvió a casa, o al menos eso nos dijeron ese día.

Pero aún recuerdo su rostro de pánico al a ver recordado algo, en ese mismo instante que recordó, unas personas de pintas diferente, que jamás habíamos visto aparecieron para llevarselo a rastra contra su voluntad.

—¡No! ¡No quiero irme, quiero seguir aquí!—jack gritaba despavorido, todos en el lugar veían la escena con miedo—¡steven! Ayudame, diles que no me quiero ir, ¡Diles!—intente ayudarlo, pero justo en ese momento me acorralaron—¡Steven, no intentes recordar! No lo intentes—fue lo último lo que escuche,porque de un golpe me dejaron inconciente.

Al otro día cuando desperté, nos juntaron a todos.

—volvio a casa— solo eso respondieron ante todas las preguntas.

Pero lo más raro es que todos en este lugar, incluso él querían escapar, ¿Por que de varios intento de fuga, no quiso irse ?

—¿tal vez lo hará pronto?—
respondí, o más bien pregunté más para mí.

Una campana tintinea, dando el aviso de que es hora de volver al comedor y que después de almorzar cada uno debería ir a sus respectivos habitación.

—Ya era hora—megan se queja acercándose a Steven y apollo su cabeza en su hombro—¡Muero de hambre!—siempre fue una chica exagerada, pero sin duda él la ama.

Ambos se encamina hacia la puerta abrazados, ya qué esas son las únicas oportunidades que tienen para estar juntos, la mayor parte del tiempo, siempre están en detención encerrados.

—¡No sabes cuánto te amo!-la alza al estilo princesa y da vueltas con ella, steven tampoco se queda atrás, también exagera cuando es cariñoso con ella.

—¿Crees que hoy también nos den ensalada?—hiso un pequeño puchero mientras se queja por la mala comida del lugar, sus pequeñas  pecas la hacen ver más adorables—ojala nos den gelatina también—termino diciendo mientras arruga su pequeña nariz y está se mueve, eso enamora a Steven.

—Eu escreve uma carta pra você— Steven era bueno hablando en portugués, la mayor parte del tiempo habla en ese idioma, no por presumido, si no porque eso hace que su pelirroja se sonroje y se vea más hermosa para los ojos de él.

—Me gustaría leerla— Megan se siente muy afortunada, desde que lo conoció ya no volvió a llorar por las noches.

(Dos días después)

Steven sale de su habitación perezoso, va camino a una sección junto con otros pacientes, repiten eso cada dos días, las mismas preguntas de siempre, y cada uno responde de una manera independiente, comentan lo que leyeron o hicieron el día anterior.

—Steven—megan se posiciona al lado de el y se engancha con su brazo.

—¡Cariño!— ver a Megan hace que el día este lleno de energía, sería algo así como su cargador humano.

—No se ustedes, pero ¿no sienten que algo malo sucederá hoy?—aparece Williams

—tambien lo sentí, pero es porque me levanté con el pies izquierdo— adans aparece detrás de nosotros con su típica risitas.

—!Ya vienes con tu mala vibra!— Steven exclamó, encabronado.

—Sharara, anda para asha :v/ —comenta Megan intentando aligerar el ambiente.

El Chico Usurpador De MundosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora