Capítulo VII: ¡A volar, Peter Pan!

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El título de este cap. está basado en una canción de Alejandro Sanz llamada Peter Punk (de hecho, creo que la letra original dice "A volar, a volar, Peter PUNK", pero eso obviamente no pega con la historia(?)). Como podrán ver, las canciones de Alejandro Sanz son buenas para mi inspiración.

Olvidé decirles que en el capítulo anterior, el título era una referencia a "Los Juegos del Hambre", otra saga que adoro :D (Sé que Peter Pan no es una saga, pero la mayoría de los libros que me gustan lo son, ya lo verán por los títulos de los capítulos siguientes)

Bye!

Love,

Nikky Grey.

PS: No olviden votar y comentar :) ambas cosas me alegran el día cuando los libros enormes sin dibujos atentan contra mi salud mental.

Editado el 09/06/15
Segunda edición: 25/09/19

Capítulo VII:

¡A volar, Peter Pan!:

Desde el agujero del techo, Jane pudo distinguir la oscura silueta de un barco enorme. Un barco que acababa de atracar en su casa.

De él, como sincronizados con precisión de orquesta, descendieron al mismo tiempo varias personas. El eco de sus botas rebotó en lo que quedaba del suelo.

─ ¡Dense prisa! –Gritó una voz gutural─ ¡Volver sin ellos no es una opción!

Escuchó sus pasos por el pasillo de la escalera, y sus sombras aparecieron sobre el rellano, haciéndose más grandes con cada paso que daban.

─ Tenemos que irnos─ susurró Jane, tirando del chico para alcanzar la puerta. No podía imaginarse cuál era la idea de Alfred de lo que estaba ocurriendo, pero se alegró de ver que la seguía sin protestar.

Sin embargo, no bien hubieron dado dos pasos cuando algo más volvió a caer del agujero recién abierto. Esta vez, ese "algo" era un "alguien".

Cayó de pie, como si los dos metros de distancia entre la habitación de arriba y el suelo del salón no significaran nada. Reconoció su cabello verde y el bigote a lo Clark Gable al momento.

─ ¿Van a algún lado? –preguntó Seaweed, sonriendo macabramente, y se hizo a un lado para ceder el puesto a otro pirata, que también acababa de saltar hacia ellos. Jane recordaba haberlo visto antes, aunque no había oído su nombre. Tenía el cabello negro, largo y enmarañado hasta la cintura, con dos trenzas pequeñas que le enmarcaban el rostro color canela.

─ ¿Qué quieren? –espetó Alfred, colocándose frente a ella. El pelinegro abrió la boca para responder, cuando los demás piratas bajaron a toda prisa las escaleras, rodeándolos. Jane contó mentalmente: Veinte, contra dos humanos y un hada.

No, no iba a ser fácil.

─ Ustedes busquen por toda la casa─ indicó Seaweed a diez de los piratas─ Nosotros nos encargamos de ellos.

─ ¿Buscar qué? –preguntó la pelirroja, pero nadie le prestó atención.

─ El capitán quiere hablar con ustedes─ dijo Seaweed, indicándoles el camino a la escalera.

─ Nosotros no queremos hablar con él─ replicó Jane. El pelinegro sonrió, y un escalofrío recorrió la columna de la chica.

─ No es como si tuvieran opción, muñeca─ Entonces recordó donde había visto esos ojos negros y esa sonrisa perversa. No había sido en su visita a Nunca Jamás.

Salvando Nunca Jamás (#Wattys2015)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora