Capítulo XXXVI: Las ruinas ambulantes

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¡Hola! Me he tomado un pequeño descanso para traerles el nuevo capítulo, que lleva ya dos días terminado rogando por su edición. Con este comenzamos la tercera y última parte, así que espero les guste :) El próximo estará listo pronto (Quizás el viernes, o el sábado, tan pronto salga de esta semana, jeje). En fin, aquí son las dos de la mañana, de modo que esta nota será corta. Muchas gracias a todos por leer, y no olviden votar comentar, me alegran el estudio :D

¡Casi lo olvido! La cita del principio es de una saga llamada "Traición". Son tres libros y es una historia muy buena, con un aire a Los Juegos del Hambre y Divergente, so si les gustaron esos, estos les encantarán :)

¡Hasta pronto!

Love,

Nikky Grey.

Editado el 09/08/15

Segunda edición 02/10/19

Capítulo XXXVI:

Las ruinas ambulantes:

"Siempre dependemos de algo. Si alguien nos lo quita, todo lo que queda de nosotros es alguna anécdota citada en una clase de historia."

Traición (novela). Por Scott Westerfeld.

El sol se asomaba sobre la línea del horizonte cuando partieron. Una silueta a medias, amarilla y solitaria recortada sobre el mar, asomándose entre dos hileras uniformes de enredaderas oscuras cuyas flores blancas de pétalos delgados flotaban quedamente sobre el agua cristalina color verde botella, movidas por las ondas que producía el barco al pasar.

El túnel olía a lirios, a sal, rocío y hierbabuena. Habían entrado en él minutos atrás, y se extendía ante ellos como una pacífica hilera sin fin de hojas y flores que los guiaría directo al paraíso.

O al infierno, si se tomaba en cuenta a dónde se dirigían.

─ Nunca Jamás está a dos horas de aquí ─había anunciado el príncipe, tan pronto habían zarpado.

Y esa era la única frase que había dicho, apartando el hechizo que había lanzado a la embarcación para que se moviera sola— A pesar de las quejas de Bloodtooth, que en el momento presente miraba la madera sobre la que estaba sentado con aire gruñón, aunque sin molestarse en expresar una vez más su descontento en voz alta—. De hecho, el viaje había transcurrido en un prolongado silencio incómodo. Incluso Campanita estaba callada, flotando frente a los demás como una linterna sobrenatural. Tenía la mirada ausente, perdida en sus pensamientos, lo que era bastante inquietante... Si no se tomaba en cuenta que lo que los esperaba al final del viaje los había llevado a todos a la misma situación.

Luego de varias horas desaparecida, había bajado el acantilado tras ellos tranquilamente, como si siempre hubiera estado allí. Ante las miradas estupefactas de Peter y Jane, ella había fruncido el ceño, llevándose las manos a la cintura y mirándolos seriamente.

─ No esperarán que me quede aquí para siempre, ¿O sí?

Eran conscientes de que jamás entenderían el estilo de vida del hada, de manera se abstuvieron de comentar algo al respecto. Además, Jane se alegraba de que, si bien silentes, hubiera alguien más con ellos en la barcaza. Hacer el viaje sólo con Peter y Seka hubiera sido una experiencia mucho más incómoda.

Aunque sabía que era desaprobación lo que veía en la mirada del peliazul, no podía conseguir que le preocupara lo suficiente. Y no se trataba de que estuviera contenta, ni nada por el estilo; el miedo y la incertidumbre se habían encargado de hacer que cualquier otra cosa pareciera terriblemente mundana. ¿Cómo podía ser feliz, o avergonzarse, cuando con cada segundo que pasaba, estaban más cerca de enfrentarse a los piratas?

Salvando Nunca Jamás (#Wattys2015)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora