Capítulo II: La tierra de la discordia

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¡Hola! Aquí les dejo el capítulo 2, espero les guste :) ¡No olviden comentar!

Atentamente,

Nikky Grey.

Editado el 08/06/15

Segunda Edición: 25/09/19

Capítulo II:

La tierra de la discordia:

─ Esto no puede ser real─ dijo la joven con voz queda por enésima vez, retrocediendo hasta que su espalda golpeó el mesón de la cocina. Había palidecido tanto que, de haberla visto alguien, no habría pensado que había visto un fantasma.

Habría pensado que ella era el fantasma.

─ ¡Lo es! ¿No me estás viendo, niña tonta? –exclamó el hada, poniéndose roja de rabia─ ¡Deja de balbucear estupideces!

No podía creérselo, su alucinación le estaba hablando, eso tenía que ser señal de algún trastorno cerebral.

¿Y de dónde había sacado su cabeza una imagen así? Tenía el cuerpo de una mujer adulta, sólo que en miniatura, y llevaba el largo y rizado cabello rubio sujeto en una alta cola de caballo, con delicados tirabuzones a ambos lados de su rostro. Muy normal, si no se tomaba en cuenta las dos enormes alas cristalinas, que se movían tan rápido como las de un colibrí, y su vestido de hojas.

La criatura soltó un suspiro de frustración.

─ Ojalá pudieras entenderme...

Jane salió de su trance y enarcó las cejas.

─ Claro que puedo.

─ ¿En serio?─ se acercó hacia ella y se llevó las manos a la cintura, estudiándola con la mirada─ ¿Qué edad tienes?

─Dieciocho─ los ojos de la rubia se abrieron como platos.

─ No deberías poder escucharme. Ni siquiera deberías poder verme, en realidad─ negó con la cabeza en señal de reprobación─ A ti como que te echaron mucho polvo de hada.

Genial, ahora incluso su alucinación le estaba diciendo que se había vuelto loca... O algo así.

─ No puedes estar aquí─ repitió, negando con la cabeza, y de ser posible se pegó más al mesón, alejándose de ella.

─ Técnicamente, puedo. Que no debería es otra cosa.

La chica no pudo evitar alzar una ceja.

─ ¿Disculpa?

─A las hadas no se nos permite dejar Nunca Jamás, a menos que un bebé ría por primera vez─ la miró de arriba a abajo─ y tú estás muy grande para ser un bebé.

Por alguna razón, eso sonó como un insulto.

─ Pero─ murmuró, incrédula, más para sí misma que otra cosa─ pero si las hadas no...

─ ¡Ni se te ocurra! –Gritó su interlocutora, colocando sus manos sobre su boca y mirándola a los ojos, furiosa─ ¡No lo digas!

"Cada vez que alguien dice que no cree en las hadas, un hada muere." Llegaron hasta ella las palabras de su madre. Recordaba que se lo había dicho una vez en uno de sus cuentos, pero las hadas siempre le habían parecido eso: Una bonita historia para que se fuera a dormir.

Obviamente, había estado equivocada.

'e acuego─ masculló ella, las manos de la rubia aún sujetando sus labios e impidiéndole hablar correctamente.

Salvando Nunca Jamás (#Wattys2015)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora