DESDE LA PERSPECTIVA DEL NARRADOR
Era una noche fría, la nieve caía desde el cielo y se acumulaba en el verde pasto.
En el comedor de la mansión se encontraba Sebastian cenando, estaba junto a sus padres, en total silencio, degustando una deliciosa cena, algunas de las comidas que estaban servidas en la mesa era Pagach, Kutya e incluso Bobal'ki, y muchas comidas más.
Sebastian estaba comiendo, pero a la vez tenía la cabeza en otro sitio. Su bebé no había quiero bajar a cenar y él no quiso obligarla a hacerlo, parecía.. Triste.. El brillo que la caracterizaba estuvo ausente desde hace algunos días, pero él no sabía el por que de esto, ella siempre se ponía así en navidad, pero este año ni siquiera bajo a cenar y eso hizo alertar al ruso.
La cena terminó tan rápido como empezó, el rubio no tenía nada demasiado interesante para decirle a sus padres y estos eran más bien.. fríos, más que todo su madre, su padre.. Era otro tema..
Los señores se fueron, despidiéndose antes de su hijo. Apenas cruzaron aquella enorme puerta de madera, Sebastian salió disparado hacia las escaleras, yendo directamente a la habitación de su conejita, se sentía muy preocupado por ella, quería saber lo que le sucedía y ayudarla a sentirse mejor, no soportaba verla mal..
Cuando estuvo frente a su puerta, entro sin siquiera tocar antes, y sorprendió a su bebé llorando, ella rápidamente empezó a secar las lágrimas de sus ojos, pero era demasiado tarde, él ya la había visto..
– Cariño.. ¿Que sucede?.. – Preguntó Sebastian, acercándose a ella y tomándola entre sus brazos. _ solo miro el suelo y se recostó sobre el fornido pecho de su daddy, sintiendo su calor y aguantando sus crecientes ganas de llorar.
– N-no es nada.. D-daddy.. No te preocupes.. – Dijo ella, con la voz rota y las manos temblorosas. Sebastian obviamente noto aquello, la soltó y se puso de rodillas frente a ella, tomando sus delicadas manos y acariciándolas con sus dedos, su rostro reflejaba la preocupación en todo su esplendor, haciendo sonrojar a la castaña.
– Cariño.. Sabes que puedes hablar conmigo.. No solo eres mi compañera sexual.. Eres mi pareja.. Puedes confiar en mí y desahogarte.. Estoy aquí para ti, mi bebé.. – Dijo el rubio con un tono de voz suave y amable. Los ojos de _ se llenaron de lágrimas y, sin esperar más, rompió en llanto, cayendo de rodillas frente a aquel hombre que la volvía loca, abrazando su cuello y mojando la camisa de él con sus saladas lágrimas. Sebastian la abrazo y acarició su espalda, consolándola.
– Sebastian.. No puedo soportarlo más.. – Dijo ella, llamando la atención de él. – En estás vísperas.. Yo no puedo ser feliz.. Mis padres me echaron de casa en estos días.. Y tuve que irme a vivir con un tío.. El mismo que me trajo aquí, a Estados Unidos.. Allá en Venezuela la cosa estaba difícil, pero lo que hicieron mis padres me rompió por completo y ya no puedo ser feliz en navidad.. – _ lloraba a mares, su respiración se entrecortaba y eso le rompía el corazón a Sebastian. La tomo con fuerza en sus brazos y beso sus mejillas, calmándola poco a poco.
– No sabía sobre eso.. ¿Por qué nunca me lo dijiste?.. – Preguntó el rubio, algo triste, enterarse de aquello le rompió el corazón, enterarse de que su bebé sufrió tanto por culpa de sus padres, la impotencia se apoderó de él y no podía soltar aquel cuerpo tan pequeño, quería protegerla, no quería verla triste..
– No quería preocuparte.. Es todo.. Es algo tonto después de todo.. – A Sebastian le hirvió la sangre al escuchar eso, ¿Cómo era capaz de restarle importancia a algo como eso?
– No seas tonta, _, aquello no es algo tonto, y no debió importarte el que me preocupara por eso.. Yo siempre me preocupo por ti, vivo pensando en ti y en tu bienestar.. Quiero conocerte, ayudarte a derrotar a tus demonios y hacer que llegues a tu felicidad, detesto verte triste, verte llorar.. No sabes cuánto odio verte sufrir.. De verdad.. Puedes hablar conmigo y yo te ayudaré, te escucharé.. No tienes que ocultarme nada, no me tengas miedo.. Yo te amo y solo quiero lo mejor para ti.. – Los ojos de Sebastian se llenaron de lágrimas al decir todo esto, _ al escucharlo, volvió a romper en llanto y lo abrazo con aún más fuerza que antes. El rubio le abrazo de la espalda y la subió a sus piernas, acurrucándola entre sus brazos y dejando que se desahogara.
La navidad podía ser una fecha feliz para muchos, pero el dolor de saber que tus propios padres te pudieron abandonar era lo suficientemente grande como para arruinar toda una festividad.
Pero como si fuera un milagro, aquel dolor y tristeza empezaban a desaparecer conforme el amor llegaba a su vida, aquel amor que la tenía entre sus brazos y la consolaba, desvaneciendo todo su sufrimiento y dando paso al calor de la felicidad.
_ dió un último suspiro, dejo caer una última lágrima y poso su cabeza en el hombro de su daddy, aflojando el agarre de su abrazo y calmándose.
– Gracias.. – Dijo ella, sacándole una sonrisa a Sebastian.
– No me agradezcas.. Haría lo que sea por ti.. – _ sonrió y le dió un beso en la mejilla a su daddy, él seco las mejillas de ella y la observó con sus tiernos ojos, ella era todo para él, la amaba demasiado.. Demasiado..
– Feliz navidad, daddy.. –
– Feliz navidad, Mi bebé.. –
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Feliz navidad linduras ❤️🎄
Publicado: dic. 28, 2020
Editado: feb. 13, 2023
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𝑶𝒉 𝑫𝒂𝒅𝒅𝒚
RomanceSolo un intento de historia romántica heterosexual entre dos personas con una gran diferencia de edad.