Era un bonito día en la ciudad de California, el sol brillaba en lo más alto del cielo y las nubes parecían no existir, el manto azulado se encontraba totalmente despejado.
Dejemos de hablar sobre el cielo.
En una ya bien conocida mansión se encontraba una pareja a punto de salir a pasear.
La primera en bajar las escaleras fue una jóven de cabellos castaños, piel ligeramente morena y un aura brillante a su alrededor.
Tenía puesta una falda ajustada de tonos azules pastel y una camisa de mangas largas blanca, la cual adornó con una bonita cadena de plata alrededor de su cuello.Detrás de ella venía un hombre mucho más alto, esbelto y muy atractivo.
Su cabello era rubio y sus ojos de tonos verde azulados, los tonos oscuros de su ropa resaltaban la pigmentación de su piel, que parecía brillar mucho más cuando le daba el sol, igual que su pareja.Ambos parecían sacados de una revista.
– ¡Oh, que emoción! – Exclamó la jovencita, saltando el último escalón de la escalera y corriendo al flameante Ferrari negro del mayor, quién la miraba con una expresión de dulzura.
– Si, es muy emocionante ir al parque – Comentó el hombre con una voz capas de bajarle las bragas a cualquier mujer. La chica le miró sonriente apenas llegó al auto, él le abrió la puerta y le dejó entrar al coche, luego hizo lo mismo y salieron de aquella mansión tan lujosa rumbo a su cita.
...
Al llegar al parque y dejar el auto estacionado, la primera en salir fue _, quien no espero a que su pareja le abriese la puerta como de costumbre.
– ¡Hey! Mocosa, espérame, sabes que no siempre puedo seguirte el paso.. – Claro, él ya tenía 34 años, no era tan rápido como ella que apenas tenía 20.
La joven se dió vuelta, mirandole de forma burlona.– Oh, bueno, creo que no siempre podré salirme con la mía – Dijo ella, suspirando.
Ah, el día era realmente bonito. El mayor se bajó del auto y, cuando volvieron a estar uno al lado del otro, se tomaron de la mano para empezar a caminar, apreciando cada detalle de aquel bonito parque lleno de plantas coloridas.
Ella hablaba tanto como un cotorrito mientras que él se mantenía en silencio como una tumba, adoraba escucharla, era realmente adorable, no quería interrumpirla.
Pero algo sucedió, ella calló y luego chilló de emoción al ver..– ¡Un estanque con patitos! Daddy, ¡Vamos a ver los patitos! Por favor, ¡Por favor! – Suplicó una, dos, ¡Tres veces!
Él no podía resistirsele, era tan adorable..– Bien.. Vamo- – Ni siquiera le dejó terminar de hablar, tiró de su brazo y corrió hacia el estanque como si fuera una pequeña niña. Lo era, a ojos de Sebastian tan solo era una niña que se emocionaba por todo y a la vez por nada.
Se detuvieron cuando llegaron al estanque. _ miró con emoción los patos que nadaban libremente en aquel gran lugar. Sebastian miró también, sin entender muy bien porque le emocionaba tanto, eran solo patos.
– ¡Oh! Señor, ¿Desea alimentar a los patos? – Preguntó un vendedor, acercándose a la pareja. El rubio no necesitaba ver a la castaña, ya sabía la mirada que tenía en sus lindos ojitos..
– Si, por favor – Respondió, sacando dos billetes de 1 dólar para pagarle al hombre, que les entrego una bolsa con migas de pan. – Ten, cariño – Dijó él, dándole la bolsa a su adorada conejita, quien con emoción la sujetó entre sus manos, la abrió y tomo un pequeño puño del contenido para tirarlo al agua, viendo cómo un grupo de pequeños patitos se acercaba para comer.
– Son muy lindos, ¿No es así, daddy? –
– Si, conejita, lo son. –
Sebastian metió la mano en la bolsa y lanzó un poco de pan a los patos más grandes, haciendo sonreír a _, quien se acurrucó debajo de su brazo. El mayor paso este mismo brazo alrededor de su cintura, y no fue hasta que se les acabó el pan que decidieron irse a comer algo.
Si, fue un día bastante bonito.
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SE ACABÓ EL HIATUS AAAAAAAA
Publicado: nov. 09, 2021
Editado: feb. 13, 2023
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𝑶𝒉 𝑫𝒂𝒅𝒅𝒚
RomanceSolo un intento de historia romántica heterosexual entre dos personas con una gran diferencia de edad.