THE CURE ©

capítulo 12. 2/5

Baila tu victoria.

—llegas tres minutos tardes —Jagger tenía sus brazos cruzados y su mirada puesta en un libro.

Me encogí de hombros y me senté frente a él, ambos estábamos en silencio, yo no quería hablar porque me sentía vacía sin mi iPod y me preocupaba haberlo perdido.

—estas volviendo a tu configuración anterior ¿no somos amigos?

me recosté en la mesa —perdí mi iPod.

—no lo perdiste.

—si lo perdí.

—que no lo perdiste —insistió.

—Jagger, como puedes decir que no lo perdí si ni siquiera tú lo has visto.

—no lo perdiste porque ayer yo lo tome. —me levante golpe y lo vi de mala gana —perdón, lo vi en el asiento del copiloto y lo tome, quería saber que escuchas.

—regrésalo —lo fulminé con la mirada —Jagger regresa mi iPod ¡YA! —grité algo fuerte y me asusté al escuchar el "Shuu" por parte de la encargada. —lo siento —me disculpe en susurro.

—no lo tengo conmigo, hice un respaldo de tu música en mi computador, solo por eso lo tomé. Después de clase iremos por él.

Mis sentidos se agudizaron, yo no quiero ir con el. Además, rob vendrá por mi y al no verme se pondrá furioso...o ¿no?

—tráelo mañana.

—olvídalo, iras conmigo por él; supongo que no soportarías otras horas sin el —me sonrió sarcásticamente de boca cerrada.

Tenía un buen punto.

Me recosté frustrada en la silla —está bien, pero tú me llevaras de regreso a casa.

—¿Quién dijo que no lo iba hacer? —me guiño el ojo —no te dejaría sola en este mundo tan perverso, Barbie.

Por unos segundos, antes que mencionara el "Barbie" hizo que mis nervios se activaran, pero no de una manera casual, esta vez fue algo instantáneo que no sé cómo descifrar.

Unas simples palabras lograron provocar eso.

***

—ese signo está mal —pegue mi frente en el pizarrón. Me sentía agotada, ya era la quinta vez que me equivocaba en un signo. —vuelve hacerlo, tiene que ser negativo, así como tú.

voltee mi cabeza lentamente como la niña del exorcista para luego sacarle la lengua a Jagger.

Tal vez ayer logramos conocernos mejor y ser más amigos, y, parece raro que ahora actuemos como si nos conociéramos de años, pero así me siento, siento como que Jagger y yo hemos estado juntos en algún momento de nuestras vidas y este solo es el reencuentro amnésico.

Seguí intentando, calculaba, no me daba, volvía a calcular y luego de unos cuatro intentos fallidos logré calcular exactamente. Al igual que la otra vez hice el baile de la victoria que mi padre me enseño.

Y, nuevamente reaccione tarde.

Me detuve al sentir unos ojos en mi espalda y escuchar una carcajada. Golpeé mi frente con la palma de mi mano y muy apenada me fui hacia mi lugar. —¿Qué se supone que es eso?

—nada —dije con mi frente pegada a la mesa.

—a mí no me parece nada. Lo haces cuando te sale bien algo. —sonaba burlesco, pero intrigado.

—Jagger pasemos a otra cosa.

—enséñame. —dijo firme, de hecho, se escuchaba como el Jagger que conocen todos.