Capítulo 36.

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Desde el lugar más oscuro, te amo

Jagger

Mis parpados están muy pesados por eso las tres ocasiones que he intentado abrirlos he fracasado, aparte mi cuerpo está muy débil, no ejerzo poder de él. Mi boca esta seca y en la comisura de mis labios hay algo pegado con sabor a hierro, me duele desde el cabello hasta los pies.

No sé cómo logro abrir mis ojos y desde que observo ese maldito cuadro sé que ya no esto en Tyson, sé que llegue al infierno que lidera mi padre una personificación de satanás.

Frente a mi hay un cuadro grande de una pintura de oleo en donde está mi Papá vestido de militar sentado en una elegante silla y mi madre a un lado tocando su hombro. La persona que dibujo eso supo captar la perfecta imagen de madre, lo que odio de ese cuadro es que ese día ella estaba muy triste por alguna razón que desconozco y mi padre la obligo a que los dibujaran solo para enaltecerse así mismo.

Mi madre tuvo que poner una sonrisa cuando por dentro, supongo, estaba destrozada. Recuerdo haberle escuchado llorar toda la noche.

A como puedo me pongo de pie porque ya no soporto estar en esa cama, siento repugnancia por cada cosa que hay en este lugar.

—ya estas despierto —una voz femenina que en algún lugar he escuchado inunda todo el lugar me hace girar. —hola, Jagger.

Me quedo helado por lo parecida que es a mi madre, tal vez su rostro sea diferente, pero su vestimenta y su cabello es igual a mi madre. Incluso su tono de voz, cabellera rubia y lacia, cuerpo voluptuoso, labios rosas, nariz respingada, ojos verdes y su vestimenta es muy casual. pareciera ser una fiel imitadora de mi reina.

No la saludo porque no tengo suficiente saliva como para abrir mi boca sin que duela por lo reseco.

—tu padre dijo que estarías aquí muy pronto pero no me imagine que vendrías en ese estado. Voy a curarte y luego tendrás que reunirte con él porque quiere hablar contigo.

Nuevamente no le respondo por no sentirme en condiciones, ella parece notarlo y se gira hacia una mesa en donde esta una jarra con agua y llena un vaso transparente. Se acerca a mí y con una sonrisa en sus labios rosa extiende el agua.

Débilmente lo tomo con mi mano y le doy el primer sorbo que me hace sentir un pequeño ardor en mi garganta, pero casi al instante me hace sentir fresco y con más energía.

—¿quieres comer? —pregunta con dulzura.

—¿Quién eres? —pregunto sin tomar en cuenta mi tono de voz o lo cálida que ella estaba siendo conmigo.

Se acomoda su falda y titubeando contesta —soy la esposa del comandante, tu padre —me ve con muchos nervios, pero aquí caigo a la cuenta de su parecido con mi madre.

—¿él te obliga a lucir así?

—que...no, no.

—si sabes que te pareces a ella o por lo menos intentas parecerlo —señalo el cuadro donde está mi mamá —no tienes la culpa, no te conozco y no voy a ser un patán contigo, solo que tú me confirmas lo enfermo que es ese tipo.

—oye —me regaña —en ningún momento el intenta hacerme lucir como ella, simplemente yo soy así.

—déjame adivinar —doy un paso muy al frente de ella —te decoloras el cabello cada dos meses, tu ropa es de Dory's Store, ese no es tu tono de voz y...—me acerco más y ella se aleja —usas lentes de contacto. Estas en tu papel.

Siento una mano impactar en mi mejilla y al voltear la vista ella respira con ira —no me faltes el respeto —da media vuelta y casi corriendo se va.

THE CURE ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora