Capítulo 33.

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La respuesta jamás escuchada

Barbara

El lunes me desperté muy temprano, fui corriendo al baño para poder prepararme quería verme bien porque era un día muy especial.

Como usaba uniforme lo único que me tarde en elegir fue la sudadera que usaría, pero al final me decidí por la chamarra de la banda favorita de Jagger. Peine mi cabello y baje a desayunar.

Le di los buenos días a mi familia y muy entusiasmada me dispuse a comer mi cereal. Mientras comía pensaba en las formas en las que le contestaria la pregunta a Jagger y me imaginaba distintos escenarios, pero el más apropiado era el lugarcito que hicimos nuestro.

La biblioteca de la primaria.

Terminamos de desayunar y fui corriendo al espejo que está en la entrada de mi casa y acomodé mi cabello, Sali casi corriendo de casa y entre al auto de Rob.

Esta vez ya no usaba mi iPod, pues rob me compro unos Airpods y ahora podía escuchar directamente desde mi celular. Se reproducía una de mis canciones favoritas.

Los nervios estaban matándome, incluso practique todo el domingo como iba a decirle, tampoco le escribí porque quería que todo fuera una sorpresa, aunque él sabía perfectamente cual sería mi respuesta.

De pronto noté que tampoco Jagger me había escrito y fui directo a revisar mis mensajes y no tenía ni uno solo de su parte. Es extraño porque acostumbra a darme las buenas noches. No le tome importancia y solo le envié el mensaje para decirle que lo esperaba en el descanso.

Antes de entrar me despedí de mi hermano quien posiblemente saldría de viaje hoy. Camine hasta la entrada y mi ánimo era tan bueno que ni siquiera me fije a mi alrededor.

Llegue a mi casillero donde guarde mis cosas y subí a mi salón, me senté cómodamente y como todos los días empecé a trabajar en un boceto nuevo, esta vez estaba dibujando un par de ojos, esta vez quería hacer que el iris fuera en forma de corazón como un filtro que usa Abbie, me pareció interesante.

—buenos días, Barb —saluda Hellen y se sienta a mi derecha — hoy la escuela está muy silenciosa.

—demos gracias al señor Helen.

Una mochila es ventada en nuestra mesa cubriendo mi boceto —odio que no hablen de lo bien que le fue a la feria —bufa Rachell mientras acomoda su falda —pero odio más que no hablen de nada, es como si hoy tuvieran que guardar silencio.

—demos gracias a Dios por eso, Rachell.

—definitivamente no.

Toda la jornada pase concentrada en las clases porque ya casi son las vacaciones de las festividades y quiero ir a casa de mis abuelos sin tener preocupaciones.

Mas tarde cuando estábamos terminando la última clase, mi corazón brinco de emoción porque ya se acercaba la hora que tanto esperaba. Guarde mis cosas y prácticamente Sali corriendo hacia la biblioteca de la primaria.

Mis amigas no se molestaban en preguntarme cosas porque ya era costumbre mi ano comer con ellas. Llegue a la biblioteca y me senté en silencio a esperar que el llegara.

Respire muchas veces y trate de practicar, pero no podía concentrarme.

De pronto la puerta se abrió y gire para ver quien era, pero solo fue una maestra que entro por libros.

Pasaron cinco minutos, lo supe porque estoy viendo constantemente el reloj en la pared.

Durante ese tiempo la puerta se habido en tres ocasiones, pero ninguna era Jagger, poco a poco mis ánimos iban disminuyendo, pero no iba a perder la esperanza. Tomé mi libreta y seguí dibujando, pero mi cabeza solo podía pensar en Jagger.

THE CURE ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora