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DIECIOCHO 


te vuelvo hacer mía 

TERCERA PERSONA

La chica, es tumbada a la cama con fuerza, asombrada alza su mirada y lo mira, ¿Qué hace? Se pregunta pues, todo estaba muy normal hasta que, la empujó de esa manera tan violenta, frunce el ceño al verlo tan desesperado, incluso, se sorprendió al notar las venas del chico marcarse en su cuello y brazos.
 
   ̶  ̶  ̶ ¿Que sucede?   ̶  ̶  ̶ preguntó dubitativa
 
El, no la escucho, tenía suficiente con las voces en su cabeza, sentía que, en cualquier momento su cabeza estallaría, resopló con fuerza antes de, tumbarse encima de ella, pegando su cuerpo lo más cerca posible al de ella, no quería hacerlo, pero los impulsos... o voces, ganaron contra su dominio, el, vio la chica que se encontraba presa debajo de su cuerpo, sintió un jubilo y a la misma vez unas ganas inmensas de hacer realidad su enferma fantasía con la chica.
 
   ̶  ̶  ̶ oye, ¿Que te pasa?   ̶  ̶  ̶ preguntó de nuevo viendo embelesada los ojos grises del chico
 
Pero no obtuvo respuesta, en ves de eso, el, sujeto con fuerza sus muñecas y las llevo arriba de su cabeza, sin despegar la mirada de la chica, beso sus labios con fuerza, hasta hacerlos sangrar, Azael, colo una de sus piernas entre las de ella con rapidez y dejo fuertes besos desde, mentón, hasta pechos, ella, soltó un suspiro, semejante aún jadeo cuando, sintió los tibios labios del chico pasar por las curvas de sus senos, el, sostuvo sus muñecas con una sola mano y con su otra mano libre, acarició el cuerpo de la chica, tocando hasta el último rincón, sin previo aviso, hizo añicos la blusa de la chica, sorprendiéndola en el apto, dejó húmedos besos por todo su abdomen desnudo, deleitando sus labios y cuerpo al sentir la piel fría de ella, Gema, solo, lo miraba embelesada, pensando en ese momento tan significativo para ella, pero, lo que la dejó más que asombrada fue cuando, una vez más, vio el torso desnudo del joven, pasó sus manos por la clavícula del joven, pero, este la detuvo. No le gustaba el contacto físico y era justo lo que hacía. Gema, sin quitar sus su mirada de los ojos de, Azael, se arriesgó y siguió tocando el joven, vio un tatuaje en la parte baja de su abdomen, una pluma negra perfectamente dibujada, quiso tocarlo más, lo deseo, pero, paró al escuchar el bufido de Azael, quien de un galón, quitó los pantalones de ella.
 
 
En una carretera desierta, tres autos, yacían sobre el pavimento, dos carros persiguiendo uno. El apuesto joven, se encontraba en aprietos, la gran lluvia, volvió resbaladiza la acera, provocando que, el auto de Calipso, se deslizara y desviara al bosque, el chico frenó en seco, produciendo un gran ruido, el auto, chocó contra un grueso, pero muy bajo tronco, haciendo que, Calipso se golpeara con el volante, de su cabeza empezó a salir sangre, el vidrio delantero del auto, se reventó y cortó los brazos, piernas y un poco el rostro del joven, pero aún así, herido, salió del auto y corrió con todas sus fuerzas posibles, escapando de los ocho hombres que lo perseguían.
 
   ̶  ̶  ̶ ¡No huyas! ¡Tu papi estará muy contento al verte!   ̶  ̶  ̶ escucho el grito de un hombre y con la vista borrosa, apresuró el paso, lo último que vio fue, la carretera y un auto rojo
 
 
Azael, pronunciaba las marcas en el cuerpo de la chica, excitándola, besaba y mordía sus piernas con fuerza, quitó el sostén de un solo movimiento y beso sus senos con firmeza.
 
   ̶  ̶  ̶ Azael   ̶  ̶  ̶ pronunció su nombre en un suspiro y con una ladina sonrisa, embelesada e hipnotizada por las caricias violentas del chico
 
   ̶  ̶  ̶ ¿Ahora si sonríes?   ̶  ̶  ̶ dijo con firmeza   ̶  ̶  ̶ ¿Ahora si me sonríes? ¿Ves, Gema?   ̶  ̶  ̶ dijo con molestia y dio una fuerte palmada en su muslo, molesto   ̶  ̶  ̶ yo puedo hacer que sonrías de manera placentera, solo yo, no Óscar, solo yo   ̶  ̶  ̶ demando pasando sus manos por las piernas de Gema y de un tirón, Azael, quedo en bóxer
 
La chica bajo del auto rojo y miro el gran cuerpo del muchacho que yacía en la mitad de la carretera, asustada y viendo su alrededor, la joven, corrió hacia el chico, alzó las cejas al ver lo agraciado que era, miró su cabeza sangrar y cortaduras por sus brazos, tuvo que, hacer demasiada fuerza para, poder levantarlo y llevarlo hasta su auto, con rapidez, condujo hasta su casa en el pueblo y con ayuda de sus padres, atendieron el chico.
 
   ̶  ̶  ̶ ¿Sabes quién es?   ̶  ̶  ̶ le pregunto la mamá 
 
   ̶  ̶  ̶ su cedula decía que, se llama Calipso 
 
 
 
Gema, soltó un pequeño suspiro, cerró los ojos con fuerza, buscando aire, cautiva del chico encima de su cuerpo, sabía que, lo amaba con locura, que estaría dispuesta a hacer lo que fuera por tenerlo solo para ella, clavó sus uñas en los brazos de Azael, cuando, sintió el placer en su sistema de una manera intensa.
 
   ̶  ̶  ̶ abre los ojos, Gema   ̶  ̶  ̶ demando con voz acelerada y más gruesa de lo habitual   ̶  ̶  ̶ mírame   ̶  ̶  ̶ dijo jadeante
 
Gema, abrió sus ojos, viendo directamente los de, Azael , aún no podía creer que, estaba sucediendo, quizás, después se arrepentiría, pero, ahora su mente y cuerpo estaban inundados de excitación, soltó el aire cuando, Azael, entró en ella de manera violenta y fuerte.
 
Solo eran dos jóvenes que, se dejaron llevar por las hormonas, solo eran dos jóvenes pecando de una manera terrible, ella, hipnotizada por el chico, embelesada por los raros y violentos cariños que le ofrecía, el, deleitándose, e intentando calmar sus voces, viendo cada expresión que la menor hacia, grabándose por completo cada mueca facial que producía.
 
Gema, sacudió su cabeza, provocando que, Azael, frunciera el ceño, parpadeó repetidas veces, asegurándose que, lo que estaba pasando no fuera un sueño, cuando sintió las fuertes mordidas del chico en su cuerpo, pudo estar tranquila.
 
Entonces, no estaba soñando, estaba haciéndote el amor, pensaron.
 
 
Por otra parte del pequeño pueblo, una chica de cabello corto, miraba nerviosa al apuesto chico en el gran sofá, aún, no sabía quien rayos era esa persona que yacía en su casa, en su sofá y mucho menos, el por qué estaba inconsciente en medio de la carretera, pero, lo que la tenia nerviosa e inquieta era que, encontró un arma entre las caderas y pantalón del chico, ¿Será un ladrón? ¿O quizás vagabundo? ¿O... un asesino? Se preguntaba, toda la poca calma que tenía se desvaneció cuando, Calipso, se empezó a mover, la chica, rápidamente se puso de pie, frente a él, Calipso, rápidamente se levantó del sofá y buscó su arma, dejando aterrada a la chica.
 
   ̶  ̶  ̶ ¡Mi arma! ¡¿Donde está mi arma?! ¡¿Que hago aquí?!   ̶  ̶  ̶ bramó a la defensiva, la chica palideció del susto y retrocedió viéndolo con espanto y nervios   ̶  ̶  ̶ ¡¿Donde estoy, niña?!   ̶  ̶  ̶ vociferó firme
 
   ̶  ̶  ̶ es-esta es-escondida, yo....yo, te en-encontré en la ca-carretera   ̶  ̶  ̶ tartamudeo con miedo, cosa que, hizo sonreír a Calipso   ̶  ̶  ̶ no se nada, te lo ju-juro, no me hagas da...
 
   ̶  ̶  ̶ Shhh   ̶  ̶  ̶ la interrumpió Calipso cuando, supo que la chica temblando no tenía nada que ver, se acercó a ella, tocan su rostro   ̶  ̶  ̶ eres muy linda, niña, muy linda, pero ¿Que decías? No te e escuchado bien   ̶  ̶  ̶ le sonrió de manera encantadora, la joven, cerró con fuerza los ojos   ̶  ̶  ̶ mírame, niña, déjame ver esos hermosos ojos   ̶  ̶  ̶ ella, empezó a respirar con rapidez al sentir los dedos de, Calipso en sus labios
 
   ̶  ̶  ̶ n-no me ha-hagas daño, no se nada   ̶  ̶  ̶ susurro como pudo, Calipso soltó una leve risa y roso sus labios contra la mejilla roja de la chica, para después alejarse, se sentó en el sofá pues, por levantarse tan rápido minutos antes, provocó un mareo y malestar
 
   ̶  ̶  ̶ discúlpame, niña   ̶  ̶  ̶ hizo un fingido mohín   ̶  ̶  ̶ solo estaba... asustado   ̶  ̶  ̶ mintió de manera descarada   ̶  ̶  ̶ ¿Como te llamas? Quisiera... agradecerte   ̶  ̶  ̶ volvió a mentir, la chica, con un poco más de confianza se acercó a el
 
   ̶  ̶  ̶ tranquilo, solo no lo vuelvas hacer ¿Si?   ̶  ̶  ̶ respondió amigable, Calipso, se quedo viendo su lindo rostro, era una morocha hermosa
 
   ̶  ̶  ̶ claro   ̶  ̶  ̶ dijo distraídamente pues, la hermosura de la joven, lo estaba distrayendo demasiado, mucho para su gusto
 
   ̶  ̶  ̶ me llamo, Alaska, un gusto   ̶  ̶  ̶ ella, extendió su mano, Calipso, de inmediato cogió aceptó su saludo y dejo un cuidadoso beso en su muñeca, cosa que sonrojo a la chica
 
   ̶  ̶  ̶ increíble nombre para una niña tan encantadora, Alaska   ̶  ̶  ̶ dijo viendo los verdosos ojos de la chica que, brillaron al escucharlo 
 
   ̶  ̶  ̶ gra-gracias   ̶  ̶  ̶ balbuceo sintiéndose muy halagada por el apuesto joven
 
   ̶  ̶  ̶ y dime, Alaska, ¿Has escuchado de los séptimos?   ̶  ̶  ̶ pregunto invitándola a sentarse, cosa que hizo, terrible error. Tomo asiento en la boca de su cazador.
 
 
   ̶  ̶  ̶ mírame, Gema   ̶  ̶  ̶ ordenó ronco, mientras la besaba con fuerza   ̶  ̶  ̶ mira como, te pongo, mira como me haces perder la cordura   ̶  ̶  ̶ bufo y de manera suave beso su mejilla para después, morder con fuerza la parte de su cuello   ̶  ̶  ̶ grábate esto, Gema, fuiste, eres y serás solo para mi. Por qué una vez más, te vuelvo hacer mía, por qué una vez más te vuelvo a marcar de adentro hacia fuerza y te marcaré las veces suficientes para que nunca olvides de quien eres... un vez mas, con la lluvia cayendo y frío clima volviste hacer mía    ̶  ̶  ̶ hablo ronco

LA OBSESIÓN DE AZAELDonde viven las historias. Descúbrelo ahora