Muriel caminaba lentamente por el bosque, parecía estar dando un paseo.
-Creo que cambiare mi aspecto...por ahora-la mire y me sorprendio al ver que ahora parecía una mujer normal y corriente.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
-Vaya,¿todas las brujas saben hacer eso?-pregunte admirada.
Se me quedó mirando y soltó una risa fría.
-No, solo las que son más poderosas pueden-me explicó.
Seguimos caminando en silencio cuando se paró.
-Acompañame, por lo visto...tenemos intrusos-hizo una sonrisa que me puso los pelos de punta y sacó su varita.
La seguí de cerca y vi que eran tres cazadores.
-Ponte detrás del árbol-me ordenó.
Me escondi esperando que todo pasara rápido.
Muriel les pregunto qué que hacían en el bosque por la noche y ellos por lo visto buscaban unos niños para rescatarlos.
-Aqui no hay...ningún niño... ... Aquí ¡Solo hay muerte!-en ese momento supe que había vuelto a su otra forma de bruja y vi como mataba uno por uno sin piedad.
El último que quedaba corrió a mi dirección con un cuchillo en la mano.
Cuando me vio me cargó en brazos corriendo y yo no sabía si gritar para avisar a Muriel o por el contrario dejar que me llevará de vuelta con mis padres.
Sabía que estaba perdida pero decidí la opción más loca posible.
-¡MURIEL, SOCORRO!-trate de zafarme del que me tenía sujeta dándole golpes y patadas sin mirar.
-Niña, nos vas a matar a los dos-dijo nervioso el hombre mirando a todos lados.
-No, aquí...solo morirá uno y ese...¡Serás tú!-se oyó a nuestra espalda y vi como ramas me cogían y me dejaban suavemente en el suelo, mientras que el que me tenía sujeta lo atrapaban en el aire agarrándolo por todas las extremidades.
-¡Como osas acercarte a este bosque! ¡ESTA ES MI TIERRA!-tras ese último mensaje lo mato sin contemplaciones.
Me levanté a duras penas, quitándome las hojas secas del pelo.
Muriel se me quedó mirando unos momentos.
-Podias haber regresado al pueblo y librarte de mi-dice mirandome extrañada.
-Me hubieses buscado y matado, aprecio mi vida y me pareció la cosa más sensata ponerme de tu lado- -Bien, vámonos, sube a mi escoba, iremos volando-
Es una rama muy estilosa sin embargo dejo de contemplarla para subirme diligentemente.
-Agarrate a mi cintura, me gusta viajar rapido-
Con duda a esa orden la miro y me da una mirada exasperada.
Me agarra bruscamente el brazo y pone mi mano en su cintura.
-Bien, hora de irnos, Ja ja ja ja-rie locamente y me agarro fuerte para no caerme.
Cierro los ojos cada vez que pienso que nos vamos a estrellar contra un árbol.
Sin embargo la conductora se ríe de mí desgracia. Sigue volando unos diez minutos.
-Hemos llegado-
Dos figuras se nos acercan -Muriel, ¿nos has traído la cena?-dice una bruja pelirroja.
-No, esta será mi prisionera particular... prohibido matarla o torturarla-
Las tres nos sorprendimos, las brujas me miraban curiosas y yo me encogí de hombros sin saber que decir.
-Por cierto, solo una cosita más...-se giro a verme.
-Mirelle-
-¿Eh?-
-A partir de ahora te llamaras...Mirelle-asenti algo confundida.
-Vamos, tenemos muchas cosas por hacer- dicho esto Muriel me empujó adentro de una especie de cueva.
