STUBBORN HEART (KOOKJIN)

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ADVERTENCIAS: Noncon, humillación, feminización normalizada, exhibicionismo. 

El séptimo gobernante de la Dinastía Kim fue un férreo guerrero, un rey próspero y un tirano al mismo tiempo; había implantado mano dura en su gobierno, los ataques de pandillas, que antes eran comunes, habían pasado a ser un hecho totalmente ajeno para cada rincón de su reino. Pero también había sido un desgraciado con la casta omega, convirtiéndolos en seres sin derechos de autonomía en muchos aspectos, era tan patético decir que lo mejor que hizo por algunos de ellos fue respetar sus jerarquías económicas y sociales, un alfa no podía subyugar ni marcar sin su permiso a un omega de clase superior bajo ninguna circunstancia, caso contrario, era condenado a muerte. Fuera de esos parámetros, cada quien tenía que buscar la forma de salvaguardar su dignidad.

Seokjin lo había tenido todo a pesar de haber nacido con naturaleza omega, como el único hijo del rey estaba en la cima de todos, era enaltecido, la flor y nata de la realeza misma. No solo había disfrutado de los mayores lujos, ropas y alhajas de la mejor calidad, o las más extravagantes celebraciones; había sido instruido en todas las áreas académicas, artísticas y deportivas, sin olvidar las artes marciales, el uso de la espada y el arco. Eso significa que no vivió solo entre nubes de algodón; fue extremadamente difícil para él, como omega, ser sometido a exhaustivos entrenamientos dirigidos por alfas, terminó lesionado en múltiples ocasiones, tenía ásperas callosidades en sus manos y pies, manchas púrpuras y verdes salpicadas por todo su cuerpo. Luego de cada rutina de entrenamiento, tenía tratamientos para aliviar sus malestares, finos ungüentos para evitar marcas permanentes, exfoliar su piel y pulir las durezas que dejara el severo esfuerzo. Equilibrar entre el rudo adiestramiento y la preservación de una apariencia impoluta fue un verdadero desafío.

Seokjin, con el horario ocupado desde el alba hasta el ocaso, solo podía disfrutar del placer de recorrer el jardín del castillo y visitar el lago circundante cada sábado, quizá paseos en caballo con la guardia real algún domingo.

A los veinte años era un esbelto y apuesto joven, de lustrosos ojos cafés como un par de redondas castañas, tono que combinaba a la perfección con su sedoso cabello, jugosos y rosados labios coronados con el arco de cupido más sensual, todo él era la perfección materializada.

Y si bien habían personas que lo respetaban, muchas otras tenían un odio aberrante hacia él y sus privilegios solo por ser hijo del rey, un sucio omega pasando por encima de sus orgullos de alfa. Pero nadie podía mostrar ni un ápice de descontento, no si querían permanecer con vida.

Cuando el rey falleció a causa de una enfermedad incurable, el reino quedó sumido en la incertidumbre de lo que sucedería con el trono. La corte no estaba dispuesta a que un omega tomara ese lugar, pero bajo sus leyes, incluso las de carácter divino, no podía ser tomado por nadie que no fuera un familiar consanguíneo o,  en su defecto, un familiar político del difunto rey. Lamentablemente toda la línea real se había caracterizado por ser estrecha, hijos únicos, hijos que no llegaban a la mayoría de edad, hermanos desterrados.

Planearon acabar con Seokjin e inculpar al único primo político que seguía en la línea del trono, de ese modo podrían matar dos pájaros de un solo tiro. Toda esa situación los orillaría a tomar la medida extrema de poner a alguien externo a la familia real. Ellos podrían escoger a alguien que estuviera dispuesto a acatar sus designios y solo ser la figura representante superficialmente. Contrataron un asesino, confiaron en que haría bien su encargo, sin embargo, subestimaron las capacidades del príncipe.

Cuando Seokjin estaba disfrutando de su paseo sabatino por la misma ruta de siempre, notó algo extraño, sabía que alguien lo estaba siguiendo. Sonrió internamente, esos alfas de la corte se tardaron demasiado en tomar acción para deshacerse de él. Lástima por ellos, él no tenía intenciones de que su vida ni su legado terminaran aquí. Decidió parar y recoger setas comestibles, fingiendo escoger distraídamente entre ellas, hasta que el claro silbido de una espada desenvainada cortando el aire llenó sus entrenados oídos, entonces, sacó la cuchilla escondida en su talón y la lanzó hacia el pecho de su atacante. La espada que estaba alzada en lo alto fue lo primero en caer, el cuerpo sin vida le siguió, clavando hasta la empuñadura el afilado objeto y dejando un charco carmesí bajo el cadáver.

TEMPTATION [ Seokjin bottom ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora