RITUAL (KOOKJIN)

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Jungkook se unió a la colorida fila danzante, un cuenco fue pasado de mano en mano, tomó un buen sorbo cuando llegó a él, el liquido extraño bailó en sus papilas entre lo dulce y lo amargo, su cuerpo se balanceaba al ritmo de los pasos y voces ajenas.

Después, el calor lo invadía desde los pies hasta la cabeza, excesivo calor, lo asfixiaba, su ropa se sentía como una pesada armadura encarcelándolo. Necesitaba quitarlo, sacar todas las prendas que no le dejaban respirar. Y eso hizo. Haló de su camiseta y la retiró de su cabeza, sus zapatos y pantalones cortos salieron a tropezones luego, estaba solo en ropa interior frente a todas esas personas. A su mente aliviada no le importaba, demasiado hundido en la intoxicante euforia, en cómo los dedos de sus pies se hundían en la tierra como si fuera su primera vez en el exterior, podía sentir maxificarse cada sensación, la frescura de la noche golpeando su desnudo cuerpo y la ligereza del aire que parecía tenerlo flotando.

En el centro del lugar, sobre una singular roca cristalina rodeada de flores, había un hombre inclinado hacia atrás y apoyado en su codos, desnudo con las piernas dobladas y abiertas, su piel reflectaba destellos acentuados por la luz de las antorchas, como si estuviera cubierto de purpurina dorada. Jungkook tenia una vista de su perfil, la suave curva de su nariz, sus delicadas pestañas y los labios entreabiertos.

De imprevisto, el hombre le dirigió la mirada, sus ojos miel derramaban encanto, eran como caramelo derritiéndose en el calor, dulces y ardientes. Hipnotizado, sus pies lo llevaron ante la hermosa figura cuyo rostro estaba sonrojado, asume que por el calor, porque no mostraba ni un ápice de timidez. Ahora que lo tenia directamente frente a él, notó que habían escritos grabados en su pecho, tinta roja cubriéndole el ancho y largo de los pectorales, símbolos desconocidos marcando su plano abdomen, estrechándose en cada línea, al punto de dar forma a un triángulo invertido que terminaba justo sobre el ombligo.

Tan abstraído por la idílica vista, Jungkook ni siquiera reparó en las dadivas de las personas a su alrededor, la forma en la que el ambiente de algarabía tocó su punto máximo. La tersa piel lo tenia encantado, sin poder controlarlo, las manos de Jungkook acariciaron las piernas. El calor que antes lo abrumaba, se aglomeró en su vientre bajo y la entrepierna. Sabía que se había puesto duro, no había forma de evitarlo si tenía a la sensualidad personificada adelante.

"Bésame" una voz hizo eco en su cabeza, melodiosa cual canto de aves, pero Jungkook no vio los labios del hombre formular palabra alguna y tampoco la sintió vibrando en sus tímpanos, solo resonó clara en su cabeza, se sentía familiar, como una vieja y conocida canción repitiéndose de imprevisto.

Atrevido no es una palabra que caracterice realmente a Jungkook, pasional mucho menos. Eso no significa que sea un muchacho callado y retraído, es de los tipos que prefiere no lanzarse a complacer sus instintos carnales con desconocidos y aventuras de una noche, los noviazgos de larga duración son más lo suyo. Sin embargo, esta noche simplemente no puede contenerse a dar rienda suelta a sus ganas, usualmente se conformaría con apreciar y desear, pero hay una extraña energía recorriéndole las venas, lujuria liquida, el valor ganando fuerza y orillándolo a tomar y disfrutar todo lo que pueda.

Su mano tomó la nuca ajena y lo hizo levantar el rostro, tomó el belfo inferior entre sus dientes y jugueteó con él hasta que estuvo rojo e hinchado, luego introdujo su lengua en la dulce cavidad, robándole el aliento y bebiendo de sus suspiros. El otro hombre no se limitó a dejarse besar sumisamente, enredo su lengua en un sensual baile, mordió suavemente el labio de Jungkook y lo miró con picardía.

Después de un rato, Jungkook se apartó por la falta de aire, había estado tan inmerso en su tarea de recorrer la boca ajena y saborear esos labios que hasta olvidó respirar correctamente.

El hombre inclinó la cabeza hacia atrás, su cuello exponiéndose sensualmente, la manzana de adán luciendo apetitosa y suplicando ser probada. Y ¿Quién era Jungkook para negarse? Solo se inclinó a lamer la protuberancia, recorriéndola suavemente con sus dientes.

"Tómame" dice la suave voz, "Tómame sin miedo" repite. Las largas piernas se envuelven alrededor de su cintura y lo aprisionan, puede sentir los talones pinchando en su espalda baja. La delgada tela de los boxers separa a Jungkook de la gloria, así que no duda ni un segundo antes de desprenderse de ella.

Libre, una bestia escapando del cautiverio, con todas las posibilidades de tomar y profanar el dulce capullo, la rosa grieta lo invita a invadir su interior y comprobar su calidez.

El rosal extiende sus tallos y los pétalos de las flores traen consigo un aceite natural, una señal para ser usadas en la tarea de humedecer al hombre en el altar. Jungkook, sin prestarle atención al insólito hecho, baña sus dedos en la aromática esencia y abre con ellos la estrecha cavidad, los muslos tiemblan por la electrizante sensación y las piernas se aprietan contra sus caderas.

Cuando está estirado e idealmente abierto no puede evitar lamerse los labios, un hambre lo invade. Tras una inspiración anhelante, la polla inicia su travesía entre las tersas paredes musculares. Es sofocante, ciñéndose a su longitud de manera deliciosa. Una magnética mirada lo atrae y envuelve en un hechizo de lujuria, cautivado por el suave batir de pestañas, el ceño contraído por el placer y el cálido hálito exhalado sobre sus labios cuando está con el rostro a centímetros del otro. Mueve sus caderas de manera circular antes de retirarse dejando la punta roma dentro, luego irrumpe nuevamente en la abertura mientras mira al hombre fijamente a los ojos.

Se mantiene golpeando, entrando y saliendo, hasta que los muslos tiemblan y agudos gimoteos escapan de un hombre sobre estimulado. Jungkook sonríe con ternura, el hombre bajo él es extremadamente impaciente, si se toma un segundo más en volver a introducirse, las piernas ajenas lo atraen desesperadas y un puchero adorna los belfos rosados. Se concentra en mantener el ritmo para no defraudar a la belleza reencarnada, incluso acelera y aumenta la intensidad. Pronto, el punto álgido está cerca, solo un poco más, solo unos movimientos más y está seguro de que un poderoso orgasmo lo va a alcanzar.

Tan empecinado en su labor de complacerse y complacer, ni siquiera recuerda que no esta usando un condón, no es mentira cuándo se dice que es la primera vez que tiene sexo sin protección. Pero parece que ser el Jungkook de siempre no está en sus planes de hoy.  

"Hazlo dentro, lo quiero" Suavemente murmura la voz en su cabeza y como un fiel lacayo se somete a la petición. El cabello naranja se pega en la frente del bonito muchacho a causa del sudor y los ojos se tornan del mismo color cuando está a nada de llenarlo con su esencia. Se corren al unísono, el hombre se levanta un poco y le muerde el hombro, no tan fuerte como para doler demasiado, pero lo suficiente para dejar una marca. El etéreo ser bajo él está tan colmado que el sobrante se desliza por esas piernas de infarto.

Un sonrisa se expande por el rostro espolvoreado de rubor "Soy Seokjin" comparte la corta frase de la misma forma en la que se ha estado comunicando todo el tiempo. "Jungkook" se desliza de los labios del pelinegro en respuesta. "Lo sé" recibe a cambio. Se miran un momento, con la atracción mutua brillando en sus ojos. Quiere besarlo tanto, se acerca más, pero antes de hacer su movimiento todo se pone borroso. Hay nubes blancas y grises rodeándolo, el cuerpo frente a él desaparece en la bruma, el calor se va con él.

Abre los ojos y el sudor perla su frente, la camiseta está mojada y tiene una tienda de campaña entre los pantalones. Está en la cabaña que alquiló con sus amigos para una excursión, las botellas de alcohol están desparramadas por la estancia, un par de personas están dormidas en los sillones y el suelo. Todo está patas arriba. Se levanta y dirige al baño, moja su cara recordando el sueño más intenso de su vida, sin embargo, la huella de una mordida se muestra en su reflejo.


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Hola, gente preciosa. Que no se note que el Kookjin es mi pareja favorita, es que amo mucho a mis papis uwu


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