ACTO PRIMERO: 01

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Pocas cosas podían lograr frenar a Victoria, lograr que su respiración se acelere, que pierda el control de alguna situación o que más dolorosamente llegue a renunciar a alguna de sus convicciones . A pesar de parecer el mismo diablo encarnado por fuera, debido a su semblante intimidante Victoria en realidad era sensible y su mayor enemigo, era su mente. Solo bastaba de un pensamiento para que se abriera la puerta a un domino de negatividad que se apropiaba de su cuerpo, que paralizaba su corazón y llenaba su mente se angustia.

En algún punto, comenzó a fingir que aquella presión constante en el pecho y esos hilos enredados en su estómago no existían para tratar de vivir mejor y seguir con sus planes.

Harta de fingir, la castaña decidió comenzar a vivir. Deshacerse del pasado que la ataba y no la dejaba avanzar, cortar las cadenas que la mantenían anclada al sufrimiento.

Por eso mismo, esa noche de invierno cuando partió hacia la mansión por decisión de su padre, se prometió a si misma que jamás volvería a sentirse tan vulnerable como se sentía en ese momento.

SELCOUTH.

Con la llegada del invierno al castillo, la familia Vander de manera anual, suele festejar un baile de alto prestigio, al cual asisten los clanes sobrevivientes, las familias de mayor renombre de la alta sociedad y los socios del rey Jace

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Con la llegada del invierno al castillo, la familia Vander de manera anual, suele festejar un baile de alto prestigio, al cual asisten los clanes sobrevivientes, las familias de mayor renombre de la alta sociedad y los socios del rey Jace.

En el reloj de la habitación se marcaban las 19:34 y en el espejo se reflejaba una joven castaña retocando los últimos detalles de su atuendo para recibir a los invitados. El mal semblante se le notaba en todos sus agraciados movimientos y en cada una de sus expresiones.

- Preparate, no quiero ver ni un rastro de debilidad en tu rostro. - Se repetía Victoria con una sonrisa amarga. Estaba realmente cansada de ser uno de los peones de su padre por el título de heredera.

Mientras se colocaba la corona sobre su cabeza, escuchó los golpes en su puerta. "Adelante" dijo para seguir retocando las ondas en las puntas de su cabello, al girar la vista se encontró a su madre, la reina Eleonor mirándola con dulzura mientras se recargaba en el marco de la puerta.

- Victoria, por favor ten paciencia, evita los conflictos con tu padre, después de todo hoy habrá mucha gente de gran importancia.- Dijo la reina, para luego apoyar sus manos en los hombros tensos de su hija.

- Estoy cansada mamá, no entiendo como lo soportas, ni a él, ni a su ego, ni a sus planes. - Mencionó Victoria mientras tomaba la mano de su madre.

- A veces no lo hago preciosa, solo entendí que por más que lo intente no puedo cambiar a las personas. Solo te generará más frustración si sigues tratando de cambiar a tu padre, en el fondo, el solo quiere lo mejor para ti. - Eleonor le dirigió a su hija una mirada cargada de empatía.

- No quiero cambiarlo, solo quiero que me acepte o esté orgulloso, o que simplemente me reconozcan como algo más que su hija. - Los ojos de la castaña se llenaron de lágrimas al terminar su frase, igualmente al sentir sus ojos cristalinos endureció su rostro magistralmente.

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