Perdida - Sasusaku | AUSoulmate | [Libro 1: ✔️]

Perdida | 19

Sasuke caminaba por los pasillos de la escuela junto a Sakura y Sai, todo se sentía demasiado extraño para él, acostumbrado a estar durante los recesos siempre solo o en algunos casos acompañado por Naruto o su grupo de amigos.

—¿Entonces a donde se supone que irás después de la escuela? —cuestionó Sai mirando a su al rededor.

—A cualquier lugar que no sea su casa.

Sai solo asintió con la cabeza mediante observaba la cabeza cabizbaja de Sakura, no pudo evitar sentir mucha tristeza pero también mucha curiosidad de saber en qué estaba pensando la pelirosa... quería saber cómo se sentía.

—Sakura —la llamó.

Esta no contestó, se encontraba demasiado metida en su mente, analizando y procesando todo lo que estaba y había pasado.

—Sakura —insistió.

Cuando esta por fin salió de su trance, no dijo nada, solo lo miró con curiosidad para que siguiera hablando.

—¿A donde quieres ir luego de la escuela? Porque a tu casa no irás.

—No estoy muy de acuerdo con eso.

Ante eso, ambos jóvenes la miraron sorprendidos y confundidos, cuestionando sus palabras.

—Lo dejaré solo... y no sabrá donde estoy o qué sucederá conmigo. Se sentirá muy mal.

—Y de lo contrario si tú vas el te golpeará —Sasuke soltó sin ninguna sutileza— Sé que quieres lo mejor para el, pero dejarlo haciendo lo que quiere y hacerle creer que puede tener el control de todo solo hará que todo empeore Sakura.

Ante esas palabras la pelirosa no supo que decir y solo se quedó callada, volviendo a bajar su cabeza mientras pensaba en ello.

—Y hablando de donde puedes quedarte... puedes venir a mi casa, no habrá ningún problema pero si no te sientes cómoda o a gusto espero que Sai no tenga problema en que vayas a la suya.

—No, no tengo problema —aseguró Sai.

—De acuerdo —se resignó ella.

Los tres chicos estuvieron frente a la puerta de la cafetería, Sakura vio ese momento eterno, como si detrás estuviera su peor maldición. Sabia que adentro estaría un gran porcentaje de chicos que presenciaron la escena a fuera, y otro gran porcentaje que seguramente se había enterado por la boca de otros. Sin embargo ese momento no había durado más que un par de segundos que el azabache interrumpió abriendo la puerta como si nada, ajeno a los nervios de su alma gemela.

Cuando cruzaron, inevitablemente un gran número de miradas se posó sobre ellos, miradas que Sasuke ignoró y que el par de amigos notó con cierto grado de vergüenza dentro de ellos.

—Todos nos están mirando —Sakura dijo lo obvio.

—¿A quién le importa? —preguntó despreocupadamente el ojionix— ellos deben tener sus propios problemas, no creas que su opinión es importante. Si te miran es porque sus vidas no son los suficientemente interesantes para preocuparse de sus propios asuntos —dijo esto en un tono de voz más alto para que los demás pudieran oír sus indirectas.

—Vamos a sentarnos —dijo Sai— yo iré por comida y ustedes quédense allí para cuidar el lugar.

—De acuerdo —contestó el azabache.

Sasuke y Sakura se sentaron uno frente del otro, mirando la mesa de metal como si fuera lo más entretenido para observar. Fue en ese momento que ambos comenzaron a escuchar murmullos en todo su alrededor.

El azabache rodó los ojos con hartura y se acomodó mejor en su silla, demostrando así que realmente poco le importaba todo lo que pudieran.

Pero ese no era el caso de Sakura, que a cada segundo se sentía más y más pequeña, removiendose incómoda en su asiento y siendo conciente de todas las miradas que habían sobre ella. Entre tantas voces, no pudo evitar prestar atención a lo que decían y estarse cada vez más nerviosa.

"¿Qué fue lo que sucedió con ella?" Sakura escuchó eso provenir de la mesa que estaba tras de ella. "Al parecer su padre le dijo que no debía ser amiga de Sai y Sasuke y ella lo desobedeció", "que cosa más rara".

Se sentía muy incómoda, pero no fue hasta que escuchó otra cosa.... que toda su estabilidad cayó por la borda.

"Y al parecer ella y Sasuke son almas gemelas"

"¡¿Qué?! Eso no puede ser, ella es una friki, ¡no puede ser su alma gemela!"

Sakura estampó sus manos contra su cara mientras luchaba por no ponerse a llorar. Sasuke, que no había sido ajeno a las palabras de las chicas de atrás, se sentía hastiado y cansado de que todos fueran tan imbeciles.

Aunque el también lo fuera.

Pero sí, lo era. Por lo que al ser el también un imbecil mandó todo a la mierda y se paró sobre su silla sobresaltando a Sakura y a algunos de los presentes.

—¡Escuchenme bien! —llamó la atención de todos— me importa un carajo que es lo que están pensando o que opinan sobre lo que pasa en la vida de cualquier persona... Pero quería que supieran que son todos unos idiotas con cerebros de simios. ¡Por todos los cielos! Solo sigan con su vida y dejen de complicar la de otros. Si Sakura es mi alma gemela es mi problema y mientras yo no les pida su opinión mejor cierren el hocico.

Y luego volvió a sentarse como si nada, dejando a todos perplejos y atónitos por ello. Sakura miraba a Sasuke confundida y con el rostro como si acabara de ver un fantasma, haciendo que el azabache soltara una risita baja.

—¿Qué? —preguntó mirándola.

—Nada...

—Al menos ahora se quedaron callados —dijo Sai, el cual estaba volviendo hacia ellos y había presenciado las acciones del azabache— de la sorpresa, pero están callados —y río con ganas.