Perdida | 22

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La ojijade caminaba hacia su casa, había sido un día bastante tranquilo en la escuela, de hecho podía decir que hasta había sido bastante bonito

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La ojijade caminaba hacia su casa, había sido un día bastante tranquilo en la escuela, de hecho podía decir que hasta había sido bastante bonito. Estuvo junto a Sasuke y Sai, y luego se les unió Kiba, a la salida Karin pasó a saludarla con una sonrisa y ahora corría un viento muy fresco que apaciguaba el calor que producía el enorme sol de ese día. Realmente se sentía agradecida con lo que fuera que hubiera allá arriba viéndola y cuidándola desde lo lejos, de la mejor manera que fuera posible en esas circunstancias. Anhelaba llegar a su casa y rogaba porque su padre estuviera tranquilo, durmiendo si era posible o jugando con Oliver.

—Hoy fue un bonito día y seguirá así —se dijo a si misma, autoconvenciendose y moviendo la cabeza de un lado a otro para arrojar al suelo cualquier idea pesimista de su mente. No necesitaba más de esas mierdas, se dijo que comenzaría a esforzarse para que todo fuera mejor en su vida.

Entonces, sacó su celular para marcarle a este y preguntarle como estaba, durante la mañana se había ido corriendo de la escuela diciendo que había tenido una emergencias. Se preguntaba que había sucedido, aunque también se reprochaba porque realmente eso no era asunto suyo, era una cuestión de la vida del azabache. Pero había algo en su cabeza que le decía y justificaba su curiosidad, explicándole que todo eso sucedía porque él era su alma gemela, y como era de esperarse ella tendría curiosidad por sus cosas, básicamente que tenía el derecho de meterse en sus asuntos.

Pero no, no iba a ser una entrometida, así que solo le preguntaría si todo estaba en orden y ya.

Sin embargo, el Uchiha parecía estar demasiado ocupado como para responder a su llamada, ya que de la otra linea sonaba una voz diciéndole que el número que marcaba no estaba disponible. Se dijo que no debía preocuparse demasiado, el era alguien inteligente y cualquier problema que tuviera podría resolverlo, aunque no lo pareciera. Pero había un mal presentimiento dentro de su corazón que ni la dejaba tranquila, pero que tampoco lograba descifrar su significado.

Se reprendió a si misma sacudiendo la cabeza una vez más. Había dicho que sería un buen día, y así lo sería.

Siguió caminando, apurando un poco el paso y abrazando su mochila contra su torso, apoyando el mentón sobre esta y preguntándose como seguiría todo. Al rato sintió que sus pies no tenían mucha energía que digamos, le dolían un poco y practicamente comenzaron a arrastrarse en el suelo mediante avanzaba, no se levantaban para dar un paso como normalmente lo harían. Tal vez el cansancio se debía a la clase de gimnasia, era lo más probable, razón por la que odiaba gimnasia, pero lamentablemente era una materia más que debía aprobar. Y realmente ella quería aprobar todas las materias que fueran posibles si quería conseguir esa beca para la universidad. En un rato, a lo lejos su vista logró divisar su casa, sonrió pensando en apurar el paso para llegar aún más rapido.

Pero, no fue hasta que se dio cuenta de las otras figuras en su patio que su corazón se aceleró, tiró la mochila al suelo cuando fue conciente de lo que estaba sucediendo y comenzó a correr, a correr con todas sus fuerzas mediante lagrimas escapaban de sus ojos.

—Oh, señorita —Dos hombres la tomaron de los brazos para que no pudiera seguir avanzando, deteniendola justo en la entrada del patio.

—¿Qué está sucediendo? ¡¿Qué quieren de mi padre?! —preguntó exaltada al ver a su progenitor gritar y patalear para escaparse de las manos de otros hombres que intentaban meterlo a una patrulla. Su corazón latía de prisa por la desesperación que le causaba ver a su padre en ese estado.

—Señorita, recibimos una llamada que nos avisó sobre los maltrataos de su padre.

—¡¿Qué?! —Sus ojos se abrieron como platos y comenzó a moverse como loca, buscando zafarse de los brazos de esos hombres— ¡Eso es una mentira, alejense de mi casa!

—Sakura...

Una corriente de aire helado pasó por su columna vertebral al oír su voz, haciéndose mil ideas en la cabeza, temiendo lo peor y deseando que todo eso fuera un mal sueño, un mal sueño del cual podría despertar si oponía la fuerza suficiente con su corazón, negándose a creer lo que estaba sucedienso.

—Yo fui quién los llamó. —Explicó el Uchiha, destrozando el corazón de Sakura y cerrando sus ojos para no ver el rostro destruido de su alma gemela. Se dijo a si mismo que eso era lo correcto, que sería lo mejor para ella y para su padre también, que no importaba cuanto ella implorara porque lo importante debía ser su bienestar.

Entonces, cuando por fin su padre estuvo dentro del auto, Sakura se tiró sobre el suelo para llorar desconsoladamente mientras miraba como se lo llevaban. Su padre estaba siendo sostenido sin ninguna delicadeza por las manos de esos hombres, y eso la destrozó por dentro cuando notó el sufrimiento en los ojos de su padre.

El azabache mantenía una expresión totalmente serena en su rostro, casi parecía cínico por mirar de aquella forma esa escena tan dramática que estaba delante de el. Pero realmente, en su corazón sentía un enorme porcentaje de culpabilidad, de autocrítica y de repulsión a si mismo por haber echo eso, y permitir que Sakura llorara por ver como se llevaban a su progenitor. Pero al fin y al cabo, había sido por ella, y no era momento de arrepentirse, ni en ese momento, ni nunca.

Los minutos pasaron y Sakura seguía llorando sobre el suelo, sin poder procesar aún lo que había pasado, sin querer creerlo y arrancando el pasto del suelo mediante deseaba que todo fuera un jodido sueño. Sasuke al verla se acercó hacia ella, agachándose hasta su altura para tratar de decir algo, alguna palabra que pudiera darle algún tipo de consuelo, pero ella no le permitió hablar.

—Eres un maldito —escupió hastiada— ¿Cómo pudiste hacerle esto a mi padre?

—Es por tu bien...

—¡No! Yo te importo una mierda. Lo hiciste porque quieres dispersar un poco de la culpabilidad que sientes por haberme echo sufrir, pero solo es por ti. Aléjate de mi Uchiha.

—Sakura...

—¡Que te aléjes! —ordenó gritándole.

Y Sasuke no tuvo más remedio que obedecerla, no sin antes hacer una llamada para no dejarla sola y que pudiera hacer algo para lastimarse.

Y Sasuke no tuvo más remedio que obedecerla, no sin antes hacer una llamada para no dejarla sola y que pudiera hacer algo para lastimarse

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Perdida - Sasusaku | AUSoulmate | [Libro 1: ✔️]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora